La semana del sida creo inquietud en Madrid
-De verdad que no me lo tragu¨¦, ?eh? Tan s¨®lo lo retuve mucho tiempo, lo escup¨ª y despu¨¦s me cepill¨¦ los dientes. ?Cree que me habr¨¦ contagiado?Los doctores le respondieron que el riesgo es muy bajo, pero que no conviene realizar esa pr¨¢ctica con un hombre con anti cuerpos, aunque la posibilidad de contagio sea remota. Con el D¨ªa del Sida, esa mujer y otros miles tan desinformados como ella tal vez salvaron su vida; quiz¨¢s, gracias a la alarma.
Algunos padres hablaban de gente extra?a que ara?¨® a su ni?a en la cara y preguntaban si pod¨ªa haber riesgos. Esa posibilidad era inexistente, pero en muchos casos, la respuesta de los cerca de veinte profesionales, entre m¨¦dicos, enfermeros y coordinadores del centro de salud Sandoval -en la calle del mismo nombre, cercana a la glorieta de Bilbao- era: "P¨¢sese por aqu¨ª para hacerle unos an¨¢lisis".
Media hora emplean en practicar las pruebas y ocho d¨ªas en entregar los resultados. No hay un centro para rehabilitar drogadictos o un bar de homosexuales en Madrid sin que alguno de sus parroquianos haya dejado su historial cl¨ªnico en Sandoval.
Entre aquellas paredes se han efectuado 14.000 pruebas desde hace cinco. a?os. Algunos pacientes llegaban aquejados de verdadera paranoia. Era el caso de la chica que quiso hacerse los an¨¢lisis cuando se enter¨® de los de Magic Jhonson, porque su novio jugaba al baloncesto tambi¨¦n; otros acudieron maltratados por la sociedad, como el se?or a quien en la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz la enfermera quer¨ªa tomarle la tensi¨®n con el jersey puesto para no contagiarse.
"Innecesario y absurdo"
En una jornada normal acuden a Sandoval unas 15 personas para hacerse los an¨¢lisis por primera vez; esta semana se presentaron m¨¢s de cuarenta diarios, casi el triple. La causa directa fueron las innumerables informaciones period¨ªsticas que aparecieron a ra¨ªz de la conmemoraci¨®n del D¨ªa del Sida, el pasado martes. De innecesaria y absurda tacha el doctor Jorge del Romero, del centro Sandoval, la "alarma" que se ha creado sobre todo en personas que no ejercen pr¨¢cticas de riesgo. De momento, seg¨²n el especialista, el sida s¨®lo ha afectado a capas muy concretas de la poblaci¨®n.
Del Romero se apoya en un estudio elaborado en su centro: de los drogadictos que acudieron en los dos ¨²ltimos a?os a Sandoval, el 50% estaba infectado; de los homosexuales que se sometieron a las pruebas-, el 24%, 3, de las prostitutas no drogadictas, el 3,6%. De los heterosexuales no drogadictos, s¨®lo el 0,5% estaba contagiado, y eso cuando presentaban elevada promiscuidad sexual.
La informaci¨®n que aportaron tantos programas sobre el s¨ªndrome no siempre result¨® eficaz. Hay parejas con un miembro contagiado que contin¨²an haciendo el amor sin condones, a pesar de que uno de los dos se juega la vida en cada acto. ?Por qu¨¦? Es muy duro cambiar de h¨¢bitos, aducen.
Manolo, un homosexual afectado por el s¨ªndrome, mantiene una postura cr¨ªtica con la semana del sida. "Muchos programas pecaron de morbosidad; eso no anula los buenos testimonios de los enfermos, pero el sida. es un tema que se vende bien period¨ªsticamente, y tanto sensacionalismo ha de evitarse. El otro d¨ªa tuve que apagar la televisi¨®n cuando vi en Antena 3 la opini¨®n de un hombre que me parec¨ªa pat¨¦tico".
Los d¨ªas en que m¨¢s afluencia registraron en Sandoval fueron los posteriores al programa de Mercedes Mil¨¢, el pasado martes. Los pacientes llegaban a las ocho y media de la ma?ana para que los atendieran a las dos de la tarde.
Carmen Ortiz, la responsable del centro municipal de Navas de Tolosa, 10, ha visto triplicado el n¨²mero de llamadas al respecto durante toda la semana. La lista de espera -es obligatoria la cita previa- se alarg¨® hasta enero. Ortiz no sabe por qu¨¦ este a?o funcion¨® "tan bien" la conmemoraci¨®n, y otros no, pero cree que nunca el D¨ªa del Sida despert¨® tanto inter¨¦s entre la gente. "Desde octubre estaba viendo yo gente con el lacito rojo por Madrid. He participado en m¨¢s conferencias y debates que nunca", asegur¨®.
Aparte de la comprensi¨®n y la tolerancia, las aportaciones materiales tampoco llegaron esta semana a la capital. El jefe del departamento de infecciosos en el hospital Gregorio Mara?¨®n, Emilio Bouza, cree que la "grandilocuencia institucional", con que se trat¨® el tema no se ha reflejado en ayuda concreta: en el centro de Europa que m¨¢s afectados por esta enfermedad acoge -cada mes, 100 nuevos pacientes-, sigue disponiendo de 22 camas, cuando, seg¨²n ¨¦l, se necesitan el doble.
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