Sombras del 93
SOMBR¨ªO PANORAMA el reflejado en el ¨²ltimo informe de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) para las econom¨ªas de los pa¨ªses industrializados. Como ya anticiparan otras instituciones, la recuperaci¨®n del ritmo de crecimiento econ¨®mico ser¨¢ lenta y moderada, y con ella las posibilidades de neutralizar el significativo aumento del desempleo en la pr¨¢ctica totalidad de los pa¨ªses. Al final de 1993, para el que se prev¨¦ una tasa de crecimiento econ¨®mico del 1,9%, ser¨¢n 34 millones los desempleados en el conjunto de los 24 pa¨ªses que integran esa organizaci¨®n, equivalentes al 8,3% de la poblaci¨®n activa. Menos adversas son las perspectivas de evoluci¨®n de los precios; la OCDE conf¨ªa en que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses continuar¨¢ la desaceleraci¨®n de precios iniciada en 1990, situando en el 3,2% la tasa media de inflaci¨®n prevista para el conjunto de esos pa¨ªses al t¨¦rmino de 1993, la menor desde 1960. Esa combinaci¨®n de bajo crecimiento, elevado desempleo y bajas tasas de inflaci¨®n, propiciadora de la aplicaci¨®n de pol¨ªticas orientadas a estimular la demanda a corto plazo, no es en modo alguno homog¨¦nea en el conjunto de los pa¨ªses miembros de la OCDE. Las posibilidades de asentamiento de esa recuperaci¨®n en Europa est¨¢n limitadas por los desequilibrios presupuestarios existentes y por unos elevados tipos de inter¨¦s reales, en gran medida dependientes, dada la disciplina cambiaria existente en la zona, del nivel en que est¨¢n situados los alemanes.Bajo el panorama global que describe la OCDE se amparan posiciones c¨ªclicas algo distintas y desequilibrios de magnitud y posibilidades de correcci¨®n igualmente diferenciados, seg¨²n los pa¨ªses. Nuestra econom¨ªa, por ejemplo, perteneciente al subgrupo de las que exhiben y exhibir¨¢n porcentajes de desempleo de dos d¨ªgitos (la previsi¨®n de la OCDE sit¨²a la tasa de paro en el 19,5% de la poblaci¨®n activa al final de 1993), tampoco consigue situarse entre las que registrar¨¢n una m¨¢s baja tasa de inflaci¨®n. Las fuerzas depresivas que subyacen en la actividad de la econom¨ªa espa?ola s¨ª son, sin embargo, comunes a la generalidad de las econom¨ªas de la OCDE. El marcado descenso en la inversi¨®n privada y el menor crecimiento en el consumo p¨²blico y privado determinar¨¢n una tasa de crecimiento de la econom¨ªa en 1993 que no llegar¨¢ al 1%.
La probable excepci¨®n a ese cuadro de perfiles recesivos es la econom¨ªa estadounidense; la OCDE constata factores latentes en aquella econom¨ªa suficientes para que los indicios de recuperaci¨®n se consoliden en los pr¨®ximos meses, aunque en modo alguno cabe confiar en impulsos expansivos similares a los que sucedieron a etapas recesivas anteriores. Qu¨¦ duda cabe que en ese asentamiento de las posibilidades de recuperaci¨®n de esa econom¨ªa han de desempe?ar un papel esencial las actuaciones con que la nueva Administraci¨®n inicie su andadura y las expectativas que permitan formar en los agentes econ¨®micos dentro y fuera de Estados Unidos. En este sentido hay que valorar como positiva la iniciativa de Bill Clinton de abrir un amplio foro de discusi¨®n sobre los problemas de la econom¨ªa estadounidense y las posibles soluciones a los mismos. Esa especie de c¨®nclave, que ha conseguido reunir a m¨¢s de 300 expertos en Little Rock durante dos d¨ªas, ha supuesto algo m¨¢s que una mera operaci¨®n de relaciones p¨²blicas y ha reforzado p¨²blicamente el compromiso program¨¢tico de la nueva presidencia en torno al papel del presupuesto federal en el crecimiento y funcionamiento de aquella econom¨ªa, articulado en torno a esas tres prioridades inversoras: educaci¨®n, formaci¨®n profesional e infraestructuras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.