Inspiraci¨®n divina
He quedado sorprendido por el ingente esfuerzo humano que ha supuesto la preparaci¨®n del nuevo catecismo de la Iglesia cat¨®lica: 20 a?os de trabajo, miles de obispos y te¨®logos de todo el planeta; 24.000 enmiendas; una labor de cientos de miles de horas de trabajo, probablemente.Para esta misi¨®n, la Iglesia emplea los mismos m¨¦todos que cualquier otra empresa de este mundo: trabajo en cantidad y calidad en consonancia con el fruto a conseguir. Y recuerdo, por ejemplo, una frase: "La calidad es un 2% de inspiraci¨®n y un 98% de transpiraci¨®n". Pero la Iglesia cuenta con la inspiraci¨®n divina, que se traduce en la infalibilidad del Papa y del Colegio de Obispos, por partida doble.
?De qu¨¦ sirven estas armas si no se emplean en varios siglos ni siquiera en su objeto m¨¢s indicado, la fe y las buenas costumbres, como es el caso del catecismo? ?Ser¨¢ que la inspiraci¨®n divina consiste precisamente en concentrar un enorme esfuerzo humano? ?Existi¨® en otro tiempo tal inspiraci¨®n o se puede hablar de un poder y saber organizados?
En mi modesta opini¨®n, el nuevo catecismo se me antoja una prueba importante contra la infalibilidad de las personas, o un magn¨ªfico mausoleo para un viejo mito, construido adem¨¢s por la propia familia-
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