El laberinto de Orozko
La sentencia por un crimen deja insatisfechos a la familia la v¨ªctima y a los condenados
Casi 12 a?os han sido insuficientes para poner el punto final al crimen de Orozko. Superadas la tortuosa tramitaci¨®n del sumario y las dos semanas de juicio, la sentencia dictada por la Audiencia de Bilbao no ha satisfecho ni a la familia de la v¨ªctima ni a los inculpados. Los recursos retrasar¨¢n a?os la resoluci¨®n por el Supremo de la muerte de Aureliano Letona, un guarda forestal que en 1981 fue arrojado sin vida a un r¨ªo despu¨¦s de ser golpeado y vejado en una juerga en Orozko (Vizcaya). Ocho de los procesados han sido condenados por un delito de imprudencia temeraria, siete de ellos a una pena de un a?o de c¨¢rcel y el otro a seis meses de arresto.Estas conductas no han sido las ¨²nicas censuradas por el tribunal: la sentencia critica la actuaci¨®n de la Ertzaintza y del juez instructor.La viuda de Letona, Mar¨ªa Carmen L¨®pez de Gere?u, una mujer menuda que ronda los 50, no quiere hablar, de las circunstancias que rodearon la muerte de su marido ni de las consecuencias que ha tenido sobre la convivencia con el resto de los vecinos de Orozko, un pueblo de cerca de 2.000 habitantes, mayoritariamente dedicados a la explotaci¨®n forestal y ganadera. "S¨®lo pido justicia. El que lo ha hecho que lo pague, y que lo pague con c¨¢rcel", dice. "Todos los que saben lo que pas¨® han escurrido el bulto y han cerrado el pico".
Letona viv¨ªa con su esposa y su hija Yolanda, de 10 a?os, en un modesto caser¨ªo del barrio de Ibarra, en Orozko, cuando, el 5 de febrero de 1981, su cad¨¢ver apareci¨® en la orilla de un r¨ªo cercano, medio desnudo y con se?ales de violencia. Ten¨ªa entonces 55 a?os.
La sentencia ha considerado probado que en la madrugada de aquel d¨ªa, mientras en Ibarra se celebraba la fiesta de Santa Agueda, un grupo de personas -formado por los ocho condenados, un hombre ya fallecido y dos m¨¢s sin identificar- convirti¨® a Letona en el blanco de sus pesadas bromas. Recibi¨® golpes y m¨²ltiples vejaciones. La v¨ªctima trat¨® de huir, pero se lo impidieron.
El forcejeo acab¨® cuando uno de los integrantes del c¨ªrculo que rodeaba a Letona -el tribunal no ha. podido precisar qui¨¦n fue- le propin¨® un fuerte golpe en la cabeza con un objeto duro. Cuando trataron de trasladar al guarda forestal a un hospital, era ya muy tarde. Letona falleci¨® en el camino y entonces, los agresores decidieron abandonar el cad¨¢ver en un r¨ªo cercano, seg¨²n relata la sentencia.En 1981, la Guardia Civil inici¨® las investigaciones sin lograr avance alguno. Seis a?os despu¨¦s de la muerte de Aureliario, un grupo experimental de la Ertzaintza se hizo cargo del caso, bajo la direcci¨®n del juez titular de un juzgado de Durango (Vizcaya).Una veintena de agentes reabri¨® la investigaci¨®n y llegaron hasta Mariano Urquijo, cuyas declaraciones le llevaron al banquillo junto a los otros 10 procesados. Urquijo ha visto reducida su condena a seis meses por "facil¨ªtar la acci¨®n de la, justicia".Sombras en la instrucci¨®nEl ¨¦xito de la actuaci¨®n policial ha quedado, sin embargo, ensombrecido por la forma en la que se desarroll¨® la instrucci¨®n. A lo largo de la vista oral, los procesados y los testigos se retractaron de sus declaraciones inculpatorias y acusaron a la Ertzaintza de ejercer presiones para conseguir que apoyaran su versi¨®n de los hechos. Nadie vio nada raro; ante el tribunal., todos los testigos recordaban una noche sin violencia en la que celebraron comiendo y bebiendo la noche de Santa ?gueda.
. La sentencia ha declarado nulas las declaraciones ante la polic¨ªa y su ratificaci¨®n judicial debido a que se cometieron "graves infracciones del sistema de garant¨ªas". Las actuaciones han constituido, dice la resoluci¨®n judicial, "un dise?o acabado de lo que no debe ser una investigaci¨®n judicial".. El ponente, el magistrado Joaqu¨ªn Gim¨¦nez, ha criticado de forma severa las irregularidades cometidas por la Ertzaintza y extiende la responsabilidad al juez instructor. "La autoridad judicial no pudo ser ajena a la desmesura y extremosidad de la instrucci¨®n sumarial, en la medida en que tambi¨¦n en sus propias actuaciones se observa lo mismo".
La sentencia rechaza los prolongados interrogatorios, la confusi¨®n entre la tramitaci¨®n del atestado policial y las diligencias judiciales, y la existencia de largas conversaciones entre los agentes y los testigos previas a la toma de declaraciones. Pero a¨²n hubo m¨¢s irregularidades censuradas por el tribunal: algunos interrogatorios en los que aparec¨ªan datos incriminatorios continuaban sin presencia de abogado y sin informar al testigo sobre sus derechos constitucionales.
Finalmente, la condena se ha sustentado sobre el testimonio de Urquijo, una ¨²nica prueba de cargo. Sobre ella se ha sustentado la condena de ?ngel Guerrero, Juan Antonio Urraza, Juli¨¢n Olabarr¨ªa, Ant¨®n Garc¨ªa de Cort¨¢zar, Lorenzo Manzarbeitia, Joseba Arbaiza, Leandro Ere?o y del propio Urquijo, por un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte, de autor¨ªa compartida. Otros tres procesados han sido absueltos.
La Audiencia de Vizcaya ha establecido el pago de una indemnizaci¨®n de 25 millones de pesetas a la familia de Letona, una cantidad sensiblemente inferior a la solicitada por la fiscal y los letrados de la acusaci¨®n particular.
"?Qu¨¦ me va a parecer! Poco. Poco por haber destrozado una familia", dice la viuda. En la fijaci¨®n de esta cantidad, el tribunal ha tenido en cuenta el perjuicio ps¨ªquico sufrido por Yolanda Letona y tambi¨¦n las posibilidades reales de los procesados de atender efectivamente al pago "como medio de obtener un resarcimiento efectivo". El dinero es, tras m¨¢s de 11 a?os de espera la ¨²nica respuesta que puede ofrecer el sistema penal despu¨¦s de tan dilatada instrucci¨®n de la causa", se afirma en la sentencia.
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