Bush lanza sus misiles sobre Bagdad para destruir una supuesta planta nuclear
RAM?N LOBO ENVIADO ESPECIAL, Todo el mundo esperaba y tem¨ªa en Bagdad lo que iba a ocurrir, como justamente dos a?os antes, otro 17 de enero, cuando el general Norman Schwarzkopf lanz¨® la Operaci¨®n Tormenta de? Desierto. Tambi¨¦n ayer, se sab¨ªa que el ataque era inminente. Tras una tarde repleta de temores, al filo de las 21.30 (dos horas menos en la Espa?a peninsular), el cielo de la capital iraqu¨ª se ilumin¨® con las balas trazadoras y los se?uelos de color rojo, destinados a confundir a los aviones norteamericanos. Esta vez no fueron aviones, sino los superprecisos misiles de crucero Tomahawk, los que llevaron la destrucci¨®n y la muerte a la ciudad. Por segunda vez en cuatro d¨ªas, el presidente norteamericano, George Bush, dio la orden, de ataque. El objetivo fue una planta que, seg¨²n la Casa Blanca, forma parte del programa nuclear iraqu¨ª, y seg¨²n Sadam, es una simple instalaci¨®n industrial.
A las 21.45, las bater¨ªas antia¨¦reas comenzaron a disparar r¨¢fagas desde el suelo y desde los tejados de algunos centros oficiales en direcci¨®n al Sur y al Norte. El sonido era met¨¢lico. Temblaba todo, el suelo y los edificios. El ataque parec¨ªa muy real. Se oyeron varias explosiones, aunque era imposible determinar en ese momento si proced¨ªan o no de una incursi¨®n a¨¦rea.Un proyectil cay¨® en el hotel Al Rachid, en el que se hospedaban numerosos periodistas extranjeros. Casi todos resultamos ilesos, gracias a encontrarnos en la sala de prensa, situada en el Ministerio de Informaci¨®n. Pero el hotel sufri¨® serios da?os en el vest¨ªbulo, en las cafeter¨ªas y restaurantes y en algunas de las habitaciones de las plantas quinta y sexta. La explosi¨®n arranc¨® puertas de cuajo y las lanz¨® a un pasillo, rompi¨® centenares de cristales, volc¨® muebles...
Dos personas resultaron muertas y 31 resultaron heridas, de las m¨¢s de 300 que se encontraban en el hotel en esos momentos. Llantos, gritos de nerviosismo y de dolor. ?se era el escenario. Casi todos los heridos fueron trasladados en taxis y autom¨®viles privados a los hospitales, la mayor¨ªa con cortes en la cara.
Entre ellos se encontraba un periodista alem¨¢n de 48 a?os, Peter Brinkmann, del sensacionalista Bild Zeitung, que en el momento de la explosi¨®n conversaba con la operadora de t¨¦lex. Est¨¢ fuera de peligro. En el hospital de Kamara, donde fue atendido, recibi¨® una inesperada visita: la de Sadam Husein.
"Me ca¨ª al suelo", declar¨® el informador. "Perd¨ª las gafas. Sent¨ª algo caliente en la cara. Era sangre. Comprob¨¦ que mis piernas y brazos estaban bien, pero perd¨ª dos dientes. Todo estaba oscuro. Al cabo de media hora consegu¨ª abrirme camino hasta el s¨®tano del hotel. Un m¨¦dico comprob¨® que sangraba mucho y decidi¨® trasladarme a un hospital privado". Una vez en ¨¦l, permanec¨ªa tendido en la cama cuando un grupo de militares uniformados se present¨® en su habitaci¨®n. "No pod¨ªa distinguir qui¨¦nes eran porque apenas pod¨ªa ver", asegur¨® el periodista. Pero uno de ellos era Sadam.
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M¨¢s informaci¨®n en las p¨¢ginas 2 a 5
Sadam: "La ONU es un pe¨®n de EE UU"
Viene de la primera p¨¢gina"Hab¨ªa un gran silencio", asegur¨® el periodista alem¨¢n. "Uno de los militares se acerc¨® a m¨ª. Le pregunt¨¦ si era el presidente y me asegur¨® que s¨ª. Se interes¨® por asuntos puramente personales: '?C¨®mo te encuentras?, pregunt¨®. '?Puedo ayudarte, hacer algo por ti?'. Hablaba en un tono muy tranquilo. Le expliqu¨¦ que s¨®lo hab¨ªa perdido dos dientes, que la cosa no era grave. Sadam dijo 'El mundo occidental puede comprobar ahora c¨®mo los aliados bombardean objetivos civiles. Luego se retir¨®"." Amjab Tadros, jefe de la oficina en Amm¨¢n de la cadena de televisi¨®n norteamericana CBS, tambi¨¦n result¨® herido, en un pie.
Aunque la Casa Blanca se mostr¨® esc¨¦ptica sobre la posibilidad de que el proyectil que cay¨® en el hotel fuese norteamericano, un camar¨®grafo de la cadena de televisi¨®n CNN capt¨® im¨¢genes de los restos del artefacto, en el que se pod¨ªa leer que era de la marca Unison y que estaban fabricado en Jacksonville (Florida). Tambi¨¦n aparec¨ªa la inscripci¨®n Williams International, empresa dedicada a fabricar, entre otros productos, componentes de los misiles de crucero.
Ment¨ªs
Un segundo misil cay¨® en el barrio de Karada, unos dos kil¨®metros al norte del hotel Al Rachid. Varios m¨¢s, decenas seg¨²n fuentes norteamericanas, hicieron explosi¨®n en Zafariniy¨¢n, donde Estados Unidos asegura que se encontraba un centro que formaba parte del programa iraqu¨ª de fabricaci¨®n de armas de destrucci¨®n masiva, concretamente nucleares. Bagdad lo desmiente rotundamente y dice que es una planta industrial sin ning¨²n tipo de inter¨¦s militar.
Ante el Ministerio de Informaci¨®n, el ataque se vivi¨® Con gran preocupaci¨®n. En unos segundos se arremolinaron en la calle, detr¨¢s de las columnas, decenas de periodistas curiosos, funcionarios nerviosos y soldados con el arma en la mano y el dedo en el gatillo. Nadie sab¨ªa qu¨¦ hacer pero todos miraban al cielo.
No hab¨ªa aviones pero se distingu¨ªan las explosiones con gran claridad. A las 10.06, todo comenz¨® de nuevo pero ya sin las balas trazadoras. Los antia¨¦reos disparaban una y otra vez sin dar a un blanco invisible. Poco despu¨¦s termin¨® todo. Hab¨ªan pasado 36 minutos.
Las ¨²ltimas dificultades puestas por Irak al movimiento de los inspectores de las Naciones Unidas en su territorio han sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia norteamericana, aunque muchos iraqu¨ªes creen que Bush se ha tomado el conflicto como una cuesti¨®n personal en la que quiere anotarse puntos antes de entregar pasado ma?ana el bast¨®n de mando a Bill Clinton.
. Ayer, justamente el d¨ªa en el que se cumpl¨ªan dos a?os del inicio de la guerra del Golfo fue especialmente dram¨¢tico en Bagdad. Hubo manifestaciones de apoyo a Sadam Husein, quema de banderas aliadas y de retratos de Bush.
Sadam no cedi¨® un ¨¢pice en el tono desafiante que ha estado demostrando en los ¨²ltimos d¨ªas. Primero, antes del ataque, en un discurso transmitido por radio y televisi¨®n a todo el pa¨ªs, con la ret¨®rica de los viejos tiempos, proclam¨®: "El pueblo iraqu¨ª no ser¨¢ vencido. Nuestro gran ej¨¦rcito no ser¨¢ derrotado, los agresores fracasar¨¢n...". En su opini¨®n, las "agresiones" de los ¨²ltimos d¨ªas abren la puerta a la victoria. No falt¨® la referencia a la madre de todas las batallas", como en los momentos m¨¢s calientes de la guerra del golfo P¨¦rsico.
Contra la ONU
El principal objeto de sus iras fue las Naciones Unidas, a cuyo Consejo de Seguridad considera "un pe¨®n en manos de Estados Unidos". Y m¨¢s desafiante se mostr¨® a¨²n en un nuevo mensaje tras el ataque, al que consider¨® "un completo fracaso, como los anteriores", al tiempo que instaba a sus compatriotas a que combatiesen la agresi¨®n. "Atacadles donde les encontr¨¦is", dijo. "Dios y los creyentes estar¨¢n satisfechos con vosotros si lo hac¨¦is".
Entrada ya la madrugada de hoy, se supo que las dos v¨ªctimas mortales de la explosi¨®n de una bomba en el hotel Al Rachid eran dos recepcionistas y que 11 de los heridos eran estudiantes isl¨¢micos que asist¨ªan a una conferencia. El m¨¦dico Fawzan al Naim, jefe de cirug¨ªa del hospital Yarmuk, asegur¨® que en este centro hab¨ªan llegado tres cad¨¢veres y se hab¨ªa atendido a 19 heridos.
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