Un gesto de paz para el nuevo presidente

Viene de la primera p¨¢gina

El portavoz del presidente electo, George Stephanopoulos, contest¨® que esa oferta era insuficiente para Bill Clinton y reiter¨® que lo que espera la pr¨®xima Administraci¨®n es "el total cumplimiento de todas las condiciones de las resoluciones de la ONU". "Lo que necesitamos es ver si el comportamiento de Sadam Husein cambia", dijo Stephanopoulos, quien a?adi¨® que Clinton, a quien por primera vez se refiri¨® como "el comandante en jefe", est¨¢ listo para tomar decisiones sobre este tema en cuanto tome posesi¨®n del cargo.

El todav¨ªa portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, explic¨® que Sadam Husein, en lugar de ofrecer un nuevo alto el fuego, debe respetar los t¨¦rminos del alto el fuego alcanzado en 1991 tras el final de la guerra del Golfo. Si el presidente iraqu¨ª cumple con esas condiciones "no deber¨ªa haber ning¨²n problema", dijo Fitzwater.

El primer ministro brit¨¢nico, John Major, consider¨® "un desprop¨®sito" la oferta iraqu¨ª y reiter¨® la necesidad de que Irak cumpla todas las resoluciones impuestas al t¨¦rmino de la guerra del Golfo. Major convers¨® telef¨®nicamente con Clinton por espacio de un cuarto de hora y, seg¨²n fuentes oficiales brit¨¢nicas, comparte "Id¨¦nticos puntos de vista" con el presidente electo sobre la situaci¨®n en el Golfo.

Un portavoz de la ONU se expres¨® en t¨¦rminos m¨¢s optimistas al asegurar que la oferta de Sadam es "una propuesta positiva que tomaremos en cuenta". El embajador ruso ante Naciones Unidas, Youli Vorontsov, declar¨® que el alto el fuego y la posibilidad de reanudar las inspecciones de los observadores de la ONU constituye una propuesta "muy interesante". Para el representante franc¨¦s ante al ONU, Jean Bernard Merrim¨¦, los iraqu¨ªes "han ofrecido una respuesta buena y directa". Merrim¨¦ afirm¨® que, en su opini¨®n, la crisis ha concluido.

Dif¨ªcil herencia

Bill Clinton no ha hecho hasta ahora m¨¢s que cumplir con la tradici¨®n que obliga a cualquier presidente electo a ponerse al lado de la pol¨ªtica exterior de su antecesor. Pero, a partir de hoy, el nuevo mandatario tendr¨¢ que decidir c¨®mo resolver la dif¨ªcil situaci¨®n heredada sin arriesgar su enorme popularidad. Clinton se encuentra ante un tr¨¢gico dilema: mantener el uso de la fuerza, a riesgo de que se le critique por haber faltado a su promesa de dar prioridad absoluta a los asuntos dom¨¦sticos, o detener los bombardeos sobre Irak, lo que podr¨ªa confirmar su imagen de flaqueza ante los grandes retos internacionales.

La segunda opci¨®n, renunciar al uso de la fuerza, cada d¨ªa se antoja m¨¢s improbable ante la evoluci¨®n de los hechos. Un nuevo portaaviones, el John E Kennedy, con 85 aparatos a bordo, navega en estos momentos hacia aguas del Mediterr¨¢neo oriental, acompa?ado por otros tres barcos de guerra, para reforzar, si es necesario, la flota norteamericana en el Golfo.

La situaci¨®n en el ¨¢rea se mantiene en un estado de conflicto abierto. Fuerzas norteamericanos atacaron ayer de nuevo dos posiciones de defensa antia¨¦rea en el norte de Irak. En uno de los ataques, ocurridos en horas de la ma?ana, fueron empleados misiles, y en el otro, bombas.

El Pent¨¢gono inform¨® que estos nuevos ataques no fueron premeditados, sino simples actos de respuesta -a disparos de la artiller¨ªa iraqu¨ª contra los aviones norteamericanos que patrullan la zona de exclusi¨®n a¨¦rea establecida por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia al norte del paralelo 36 para proteger a la poblaci¨®n kurda.

?ste es el cuarto incidente militar ocurrido en Irak desde que el mi¨¦rcoles pasado fueron atacadas bater¨ªas de misiles en el sur del pa¨ªs. El domingo fueron, lanzados m¨¢s de 40 misiles de crucero sobre Bagdad, uno de los cuales, seg¨²n ha reconocido ya el Pent¨¢gono, da?¨® un hotel de la capital. Menos de 24 horas despu¨¦s de ese ataque, aviones de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido bombardearon durante m¨¢s de tres horas diversas posiciones militares iraqu¨ªes al norte y al sur del pa¨ªs.

La situaci¨®n ha degenerado, en definitiva, hacia un estado de guerra permanente. Bill Clinton se encuentra, pues, con su pol¨ªtica exterior pr¨¢cticamente predeterminada en este importante asunto durante los primeros 100 d¨ªas de su mandato.