Del aborto libre al aborto 'cat¨®lico'
Interrumpir el embarazo en Polonia se convierte en una opci¨®n s¨®lo para mujeres pudientes
"Ning¨²n problema, cuesta un mill¨®n y medio de zlotys (10.000 pesetas)", respondi¨® con voz tranquila la secretaria de un ginec¨®logo a la pregunta de si. en su consulta pod¨ªa hacerse "una intervenci¨®n", eufemismo polaco para el aborto. En los hospitales p¨²blicos, sin embargo, es ahora imposible abortar. La ley ¨¦tica de los colegios m¨¦dicos lo proh¨ªbe, salvo en caso de peligro para la vida o la salud de la mujer o si el embarazo es efecto de un incesto o violaci¨®n. La ley sobre el aborto, a punto de aprobarse en el Parlamento, pondr¨¢ fin a esta relativa libertad.
Elzbieta, una ginec¨®loga de 42 a?os, cuenta el calvario de una joven con tres hijos y el marido en paro, que vino a su hospital pidiendo que le interrumpieran el cuarto embarazo. Fue imposible. Tuvo que ir al Ministerio de Sanidad a por un permiso especial. Lo obtuvo. (Desde 1990 el Ministerio de Sanidad obliga a la mujer a realizar dos consultas con especialistas y otra con psic¨®logo, antes de abortar). "La mandaron a un hospital concreto, pero all¨ª" contin¨²a EIzbieta ir¨®nicamente, "todos los m¨¦dicos resultaron tan cat¨®licos como para negarse a practicar el aborto. La pobre vino otra vez a nuestro hospital, pero no la pudimos ayudar", termina esta ginec¨®loga que, aunque nunca ha practicado abortos, conoce las tragedias originadas por la decisi¨®n del Consejo Superior de M¨¦dicos, tomada hace un a?o, de impedir parcialmente las interrupciones so pena de inhabilitaci¨®n profesional.Cuando se la pregunta por qu¨¦ no atendieron a la joven si la ley todav¨ªa lo permite, responde que se trata de una orden del director del hospital. "Hace seis a?os en este hospital, hac¨ªamos cuatro o cinco abortos al d¨ªa. Desde hace un a?o no hemos practicado ninguno", afirma. "Hasta hubo problemas para provocar el parto prematuro de un feto sin el cr¨¢neo", contin¨²a. "Todos los m¨¦dicos tienen miedo a perder el trabajo".
Miedo por dinero
Este miedo s¨®lo logra superarse en algunos m¨¦dicos con dinero. Algo comprensible si se tiene en cuenta que el sueldo de un m¨¦dico con segundo grado de especialidad en un hospital, junto con todas las primas y horas extras, puede ascender a cuatro millones de zlotys (unas 25.000 pesetas). lo mismo que cuesta un aborto en muchas cl¨ªnicas privadas.Seg¨²n Jacek, ginec¨®logo de Radom, una ciudad a 100 kil¨®metros de Varsovia, prohibir el aborto en Polonia es una locu ra. "S¨®lo una de cada diez mujeres que acuden a mi gabinete utiliza los modernos contraconceptivos, el DIU o la p¨ªldora", afirma. Adem¨¢s, explica, "las m¨¢s afectadas por la situaci¨®n actual son las mujeres con complicaciones, o sea, las que m¨¢s ayuda necesitan". En las consultas privadas temen intervenirlas por el peligro de hemorragias o infecciones, y en los hospitales p¨²blicos tampoco es posible. En las ¨²ltimas semanas, la prensa polaca ha relatado varios casos de mujeres a las que se hab¨ªa negado ayuda en hospitales. Una de ellas fue Irene, de 40 a?os, con tumores en el ¨²tero. Finalmente, dio a luz un feto muerto tras 19 semanas de embarazo. No pudo abortar tampoco una invidente, epil¨¦ptica y violada, que se present¨® en el hospital en la und¨¦cima semana del embarazo. Los m¨¦dicos no supieron qu¨¦ hacer con ella y esperaron una semana, justo lo necesario para que el aborto quedara legalmente excluido hasta por la liberal ley comunista.
Marek, un ginec¨®logo de 36 a?os, de Varsovia, no tiene dudas. Si imponen la ley restrictiva. del aborto, los precios en las consultas privadas se multiplicar¨¢n por 10. "Muchas mujeres saldr¨¢n para abortar al extranjero, a Lvov, a San Petersburgo o a Berl¨ªn las m¨¢s ricas", a?ade preocupado. "Estos cat¨®licos fan¨¢ticos", termina, "har¨¢n que en 1996 la gente queme las iglesias, tal como en 1976 quemaba los comit¨¦s del partido comunista". De momento, en las consultas privadas los ginec¨®logos polacos siguen practicando las interrupciones de embarazo. Los anuncios "Intervenciones con anestesia", "Todo tipo de intervenciones", "Intervenciones baratas"... llenan columnas enteras en los rotativos. Seg¨²n el ginec¨®logo Marek, los m¨¦dicos no tienen miedo a interrumpir embarazos en sus consultas porque la norma impuesta por el gremio no se respeta en la pr¨¢ctica. "No ha habido ni un solo caso de inhabilitaci¨®n profesional", explica.
En los hospitales p¨²blicos es distinto porque, m¨¢s que nada, se trata de la presi¨®n psicol¨®gica. Sobre todo en las peque?as ciudades, donde el p¨¢rroco, "si haces una intervenci¨®n de este tipo, puede negarse a bautizar a tus hijos o a enterrar en tierra sagrada a tus allegados", a?ade Marek.
Las intervenciones baratas resultan ser una consulta en Zakroczym, una localidad cercana a Varsovia. Cuando se llama por tel¨¦fono, la secretaria no tiene ning¨²n reparo en dar todo tipo de informaci¨®n sobre las condiciones de la intervenci¨®n. Primero,. uno debe tener 1,5 millones de zlotys (10.000 pesetas), o sea, la mitad del sueldo medio. Realmente, es barato.
Seg¨²n Marek, los precios se han disparado en la capital y rozan los ocho millones. "Todo depende de la asistencia y de las condiciones sanitarias del gabinete", dice.
En autob¨²s y con prisas
En Zakroczym aseguran que las condiciones son relativamente buenas, pero el gabinete s¨®lo ofrece anestesia local. Preguntan si se vendr¨¢ en coche o en autob¨²s. "Ser¨ªa mucho mejor en coche, claro est¨¢, pero en el autob¨²s tambi¨¦n se puede. La parada est¨¢ cerca". Cuando se les interroga si la paciente podr¨ªa quedarse unas horas tras la intervenci¨®n, contestan que "no hace falta. No crea usted, esto no es tan grave". "De todas formas, dese prisa, para hacerlo antes de que entre en vigor la ley", a?aden.Se trata, evidentemente, de la ley sobre el aborto que acaba de aprobar la Dieta (Congreso) y que sustituir¨¢ a la de 1956, comunista, que permit¨ªa el aborto en todos los supuestos hasta las 12 semanas de embarazo. La nueva norma, que podr¨¢ modificarse todav¨ªa en el Senado, proh¨ªbe la interrupci¨®n del embarazo en el "supuesto social", o situaci¨®n econ¨®mica precaria de la mujer.
Se teme, sin embargo, que la C¨¢mara alta endurezca la ley a¨²n m¨¢s imponiendo el criterio de la Iglesia cat¨®lica, que permite el aborto s¨®lo en caso de peligro para la vida de la madre. "Volver¨ªamos a la Edad Media", afirma la ginec¨®loga Elzbieta.
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