La larga agon¨ªa de Salman Rushdie
Se cumplen cuatro a?os de la condena, a muerte del escritor anglo-indio dictada por el ayatol¨¢ Jomeini
El 14 de febrero de 1989, el ayatol¨¢ Jomeini conden¨® a muerte a Salman Rushdie por las blasfemias contenidas en su libro Los versos sat¨¢nicos. El ayatol¨¢ fue contundente. Ofreci¨® una fuerte cantidad de dinero por eliminar al escritor anglo-indio: tres millones de d¨®lares a los iran¨ªes y un mill¨®n de d¨®lares a los extranjeros. Rushdie se enter¨® de su condena por un periodista de la BBC. "Qued¨¦ absolutamente conmocionado. Desde el primer momento pens¨¦ que era un hombre muerto", dijo el escritor durante su viaje a Madrid el verano pasado.Un 14 de febrero, cuando medio mundo celebra el D¨ªa de los Enamorados, comenz¨® la larga agon¨ªa de Salman Rushdie en una c¨¢rcel sin barrotes, condenado a un ostracismo vigilado.
Se cre¨®, en marzo de 1989, el Comit¨¦ Internacional para la Defensa de Salman Rushdie y de sus Editores, del que forman parte los m¨¢s prestigiosos peri¨®dicos de todo el mundo, entre ellos, The Financial Times, The Guardian, The Independent, Le Monde, La Repubblica y EL PA?S, ¨²nico diario espa?ol en el comit¨¦. ?ste public¨® un manifiesto en el que vindicaba los derechos de todos los pueblos a expresar sus ideas y creencias y a exponerlas de forma cr¨ªtica- en base a una mutua tolerancia, libre de censuras o de posibles intimidaciones. Y ped¨ªa a los gobernantes de todo el mundo que repudiasen la condena contra Rushdie. Cuatro a?os despu¨¦s sigue siendo v¨¢lido.
Hubo presiones internacionales. De nada sirvi¨®. Ni eso ni los gestos de reconciliaci¨®n del propio escritor. Las autoridades iran¨ªes no tuvieron en cuenta la conversi¨®n de Rushdie al islam, anunciada por el escritor en las navidades de 1990, ni su donativo de 900.000 pesetas con motivo del terremoto que asol¨® Ir¨¢n ese mismo a?o. Fue rechazado vigorosamente como dinero sucio logrado con insultos a Mahoma. En marzo de 1991 se duplic¨® a dos millones de d¨®lares la recompensa a los extranjeros por matar a Rushdie.
Rushdie, que acaba de cumplir 45 a?os, aprendi¨® a vivir en la clandestinidad, bajo la fuerte y f¨¦rrea protecci¨®n de Scotland Yard, cambiando continuamente de domicilio. En cierta ocasi¨®n lleg¨® a dormir en 13 camas diferentes en 20 noches. Se acostumbr¨® a ello y no dej¨® de escribir, ensayos y un libro, Har¨²n y el mar de historias, dedicado a su hijo. Un cuento de final feliz en el que el ni?o Har¨²n devuelve la palabra y la felicidad a su padre, un escritor que ha perdido la capacidad de fabular y de contar historias. Ahora, el autor de Hijos de la medianoche, escribe otra novela que lleva un bello t¨ªtulo espa?ol, El ¨²ltimo suspiro del moro, y est¨¢ ambientada en Andaluc¨ªa.
1991 fue un mal, peor, a?o para Rushdie. Marianne Wiggins, su esposa, le abandon¨® y se fue a vivir a Estados Unidos con su hijo. En marzo obtuvieron el divorcio. Apenas cuatro meses despu¨¦s, el 3 de julio, Ettore Capriolo, traductor de Los versos sat¨¢nicos al italiano, fue apu?alado en Mil¨¢n. Sufri¨® numerosas heridas en la cara, la nuca y el torso. Menos suerte tuvo el catedr¨¢tico Hitoshi Igarshi, traductor del libro al japon¨¦s, que fue apu?alado hasta morir, el 12 de julio, en la Universidad de Tsukuba, a 60 kil¨®metros de Tokio.
La liberaci¨®n de los rehenes en L¨ªbano mejor¨® un poco las cosas para el escritor, que fue finalmente autorizado a viajar a Estados Unidos a finales de 1991. Al a?o siguiente realiz¨® m¨¢s y m¨¢s salidas, a Dinamarca, Espa?a, Noruega, Alemania, Suecia, Canad¨¢. Con un solo objetivo: movilizar a la opini¨®n p¨²blica y convencer a los Gobiernos de que presionen al Gobierno iran¨ª. Pero ¨¦ste no se deja convencer. El viernes pasado, la agencia oficial IRNA public¨® un comunicado en el que acusa al Gobierno brit¨¢nico de reactivar el caso Rushdie y de apoyar al escritor.
Aquel 14 de febrero parece lejano y el futuro es a¨²n incierto, pero Rushdie, entre luces y sombras, no pierde la esperanza. ?l mismo lo explica en un largo, emocionado art¨ªculo, que EL PA?S publica a partir de hoy en tres entregas. El escritor relata minuciosamente lo que han sido para ¨¦l estos cuatro a?os terribles.
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