El fantasma del integrismo planea sobre Tayikist¨¢n
Rusos y uzbekos apoyan a los ex comunistas para frenar el avance isl¨¢mico en Asia central
El fantasma de Afganist¨¢n y el temor a una penetraci¨®n isl¨¢mica. fundamentalista en el territorio de la ex URSS han impulsado a Rusia, Uzbekist¨¢n y otros Estados asi¨¢ticos ex sovi¨¦ticos a apoyar militarmente al r¨¦gimen de la Rep¨²blica de Tayikist¨¢n, dirigido por antiguos appar¨¢tchik comunistas del oeste del pa¨ªs que se est¨¢n imponiendo a otras ¨¦lites regionales tayikas gracias a los sangrientos m¨¦todos de un delincuente com¨²n con un historial penitenciario d 23 a?os.
Sangak Saf¨¢rov, el l¨ªder del Frente Popular de Tayikist¨¢n (FPT), es el hombre fuerte del r¨¦gimen que, desde diciembre, encabeza el presidente Emomal¨ª Rajm¨®nov (antiguo jefe de un sovj¨®s o granja colectiva). El FPT es la organizaci¨®n armada que desband¨® a los dem¨®cratas islamistas, que desde mayo de 1992 anduvieron a tiros con los defensores del presidente Rajm¨¢n Nab¨ªyev.Siendo una persona temperamental y amante del orden, Saf¨¢rov cambi¨® por el fusil los pinchitos morunos que preparaba como cocinero en Kul¨ªab (en el suroeste de Tayikist¨¢n) y asegur¨® la reinstauraci¨®n del antiguo r¨¦gimen en versi¨®n renovada por Rajm¨®nov. Esencial en esta misi¨®n fue la ayuda militar uzbeka (carros de combate y armamento), que le permiti¨® aterrorizar al adversario, seg¨²n una informaci¨®n ampliamente divulgada en los medios de comunicaci¨®n rusos, que Saf¨¢rov niega.
El FPT ser¨¢ la base del futuro ej¨¦rcito tayiko, y Saf¨¢rov no falt¨® entre los interlocutores del ministro de Defensa de Rusia, P¨¢vel Grashov, la semana pasada en Dushanb¨¦. Tayikist¨¢n tiene una "importancia estrat¨¦gica" para la seguridad de Rusia, dijo el ministro a los oficiales de la Divisi¨®n Motorizada rusa 201, que tiene su base en Dushanb¨¦. "No podemos permitir que este Estado sea amenazado por el fundamentalismo isl¨¢mico ni que un conflicto global parta de esta regi¨®n", subray¨® el ministro.
Frontera con Afganist¨¢n
Tayikist¨¢n tiene una frontera de 1.500 kil¨®metros con Afganist¨¢n, donde decenas de miles de tayikos han huido de la guerra civil. En Afganist¨¢n, la oposici¨®n isl¨¢mica prepara a guerrilleros tayikos para una ofensiva de primavera, seg¨²n asegura Saf¨¢rov, que calcula en 40.000 o 50.000 el n¨²mero de personas susceptibles de ser adiestradas militarmente por los muyahidin de Gulbudin Hekmatiar, el l¨ªder de Hezbi Islami.
De momento, la mayor garant¨ªa de seguridad contra la penetraci¨®n de guerrilleros, armas y narc¨®ticos en el espacio com¨²n ex sovi¨¦tico a partir de Tayikist¨¢n es la Divisi¨®n 201. En la atm¨®sfera de su cuartel general hay reminiscencias del 400 Ej¨¦rcito Sovi¨¦tico, que durante casi 10 a?os sostuvo al r¨¦gimen de Kabul. "Con ¨¦stos va mejor, porque los otros no paraban de atacar a la [Divisi¨®n] 201 en la prensa y quer¨ªan privatizarla", dice Grigori Diomin, jefe de un regimiento de carros, refiri¨¦ndose a los gobernantes de hoy en contraste con los islamistas dem¨®cratas; que dominaban antes. Del mismo modo parece pensar un suboficial de guardia, impresionado por la desaparici¨®n sin rastro de uno de sus compa?eros, trompeta como ¨¦l en la banda de m¨²sica. Un joven teniente que ha llegado de Estonia se consuela afirmando que los tayikos, por lo menos, son hospitalarios con los rusos.
Crear un ej¨¦rcito
La Divisi¨®n 201, cuyos efectivos, unos 6.000 hombres en tiempos de paz, no est¨¢n cubiertos del todo, se quedar¨¢ en Tayikist¨¢n 5 o 6 a?os, el tiempo necesario para formar el ej¨¦rcito tayiko, seg¨²n dice Rashid Al¨ªmov, el ministro de Exteriores de Tayikist¨¢n. Adem¨¢s de la divisi¨®n, hay 3.500 guardias de fronteras (rusos con contingentes de uzbekos y kazajos) y se espera la llegada de cinco batallones (2.500 hombres) de los pa¨ªses firmantes del tratado de seguridad colectiva en el marco de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Seg¨²n Al¨ªmov, Rusia ayudara a formar un ej¨¦rcito de 15.000 a 20.000 hombres en las academias que en el pasado rechazaban a buena parte de los candidatos tayikos porque no reun¨ªan las aptitudes para el servicio profesional en el Ej¨¦rcito sovi¨¦tico. Rusia dar¨¢ tambi¨¦n armas a Tayikist¨¢n y este pa¨ªs volver¨¢ a conectarse al sistema de defensa antia¨¦rea de, la CEI, desmontado en tiempos de los dem¨®cratas islamistas, que se orientaban hacia Ir¨¢n y no hacia Mosc¨². Los dirigentes de Tayikist¨¢n se quejan de que su espacio a¨¦reo es violado por aviones procedentes de Afganist¨¢n y del apoyo que la oposici¨®n isl¨¢mica encuentra en Ir¨¢n. Sin embargo, los representantes oficiales tayikos se guardan muy bien de formular acusaciones oficiales contra Kabul y Teher¨¢n.
La Divisi¨®n 201 no participa en combates, aunque tuvo que rechazar los intentos de asalto por parte de grupos afectos a los dem¨®cratas islamistas durante los des¨®rdenes que se prolongaron con altibajos desde mayo hasta diciembre de 1992.
El Gobierno de Dushanb¨¦ se ha comprometido a pagar los sueldos de los oficiales rusos y a procurarles viviendas para retenerlos en la rep¨²blica. Entre las misiones de la 201 est¨¢ la de patrullar despu¨¦s del toque de queda e incluso repartir pan a una poblaci¨®n enfurecida por una guerra civil en la que la lista de crueldades de un bando y de otro -documentadas por cad¨¢veres irreconocibles- se diferencian poco entre s¨ª.
La guerra ha trastornado Tayikist¨¢n y ha causado varias decenas de miles de muertos y unos doscientos mil fugitivos. El algod¨®n, la principal industria, est¨¢ sin recoger en los campos que se extienden entre las casas quemadas. En provincias hay una epidemia de hepatitis que afecta a miles de ni?os y en Dushanb¨¦ los refugiados se hacinan en un hotel que parece una cueva. Las mujeres, vestidas con sus chillones trajes t¨ªpicos, custodian la puerta para que no penetren los borrachos que les asedian constantemente. Varios hombres se echan a re¨ªr cuando les pregunto sobre sus convicciones religiosas. Viv¨ªan, dicen, en la regi¨®n de Kurg¨¢n-Tiub¨¦, aunque son originarios de la regi¨®n de Garm (al este de Dushanb¨¦, por donde pasa hoy la l¨ªnea del frente entre los grupos gubernamentales y la oposici¨®n dem¨®crata islamista). Para ellos, el enemigo son los guerrilleros del Kuli¨¢b, que les obligaron a abandonar sus casas.
Adem¨¢s de los oriundos de Garm, al r¨¦gimen de Dushanb¨¦ se oponen hoy los oriundos del Pamir, que se han hecho fuertes en el reducto inexpugnable de la rep¨²blica aut¨®noma de Gorno Badajsh¨¢n. En el Pamir tayiko se han refugiado parte de los adversarios del r¨¦gimen, fugitivos de una feroz persecuci¨®n. Oficialmente, hay cargos contra siete dirigentes de la oposici¨®n, incluida la m¨¢xima autoridad isl¨¢mica de Tayikist¨¢n, el qoz¨ª Akbar Turadzhon Zod¨¢, acusado de traici¨®n a la patria. "Fue utilizado por los dem¨®cratas", manifiesta el imam Jativ Azamj¨¢nov, que por si acaso lleva tres meses sin salir de la mezquita en Dushanb¨¦.
Los adversarios del r¨¦gimen no se sienten a salvo de los brazos del aparato de seguridad tayiko ni siquiera en Mosc¨², sin hablar ya de otras rep¨²blicas asi¨¢ticas como Kirguizist¨¢n o Uzbekist¨¢n, a las que acusan de colaborar con los servicios secretos de Dushanb¨¦.
"Horror silencioso"
"Lo que sucede aqu¨ª es un horror silencioso", me dice un correcto joven que asegura ser del Pamir y que, con miradas temerosas alrededor, me acompa?a un rato por las calles de Dushanb¨¦. El joven habla de desapariciones nocturnas y de controles en los aviones para evitar la fuga de los disidentes. En Mosc¨², las asociaciones de derechos humanos publican listas con casi un centenar de nombres de intelectuales y funcionarios muertos y desaparecidos. El horror, sin embargo, no es tan silencioso, porque por las noches las r¨¢fagas de metralleta, viciosamente largas, retumban sobre la ciudad. Los periodistas rusos destacados en Dushanb¨¦ hablan de "limpieza ¨¦tnica".
Los tayikos son mayoritariamente sun¨ªes, aunque en el Pamir hay tambi¨¦n shi¨ªes y miembros de la secta radical ismaelita. El fundamentalismo isl¨¢mico es, sin embargo, tan s¨®lo uno de los ingredientes en la lucha fratricida en el, pa¨ªs m¨¢s pobre de la ex URSS, que por debajo del barniz comunista viv¨ªa en un mundo tribal y est¨¢ poco preparado para asumir una idea de Estado com¨²n. El desmoronamiento del comunismo supuso tambi¨¦n la destrucci¨®n del equilibrio tribal que Mosc¨² manten¨ªa con una distribuci¨®n de puestos y funciones que primaba pol¨ªticamente a Leninabad (hoy Jodzhent). Los clanes de Jodzhent han vuelto a recuperar su protagonismo, pero con matices, porque los guerreros de Kuli¨¢b llevan hoy la voz cantante.
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