Las tribulaciones de su se?or¨ªa
La juez del accidente del acelerador de Zaragoza desear¨ªa un tribunal colegiado
Nerviosa, con voz aguda, habla r¨¢pida y gesto preocupado, la juez Mar¨ªa Jos¨¦ Gil interrumpe muchas veces las declaraciones en el juicio por el accidente del acelerador del Cl¨ªnico de Zaragoza. Lo hace cuando no ha entendido algo o cuando, simplemente, se le ha escapado alg¨²n dato. Pese a la complejidad del caso, con 20 v¨ªctimas mortales, 70 testigos y una prueba pericial que convierte la sala de vistas en una clase de f¨ªsica, la valoraci¨®n de todo ello corresponde a un solo juez. La magistrada es la primera que no duda en afirmar que preferir¨ªa estar acompa?ada por otros dos magistrados y formar un tribunal colegiado.No es por azar que el juicio por el fallo del acelerador se celebre ante un solo juez. Tiene una explicaci¨®n jur¨ªdica: las peticiones que pesan sobre los 11 inculpados son menores de seis a?os de prisi¨®n, y ¨¦sa fue la frontera que la reforma M¨²gica impuso para delimitar que los casos con penas mayores de seis a?os de prisi¨®n o inhabilitaci¨®n se resolvieran por un tribunal colegiado de una audiencia. Si la petici¨®n es menor, le corresponde a un solo juez de lo penal. Lo que la reforma M¨²gica no previ¨® es que, pese a penas relativamente bajas, los casos pod¨ªan ser extremadamente complejos.
"Es el m¨¢s importante que he tenido", dice, sin dudarlo, la magistrada de Zaragoza. "Es muy complicado, hay muchos testimonios y la prueba es dif¨ªcil. Preferir¨ªa estar con otros dos magistrados para discutir los puntos de vista y las distintas apreciaciones", asegura. Todas las sesiones del juicio se est¨¢n grabando ¨ªntegramente. Pero para la juez parece que esa fidelidad de todo lo que ocurre no es suficiente. Corta a los testigos y a los inculpados si hay algo que no ha entendido.
El martes pasado escuch¨® atentamente las explicaciones que dio un profesor de f¨ªsica sobre la distinci¨®n entre energ¨ªa, intensidad, dosis y el funcionamiento del haz de electrones. En medio de la clase, la magistrada interrumpe: "Un momento, si lo he entendido bien, eso quiere decir que la dosis y la juez le cuenta al f¨ªsico lo que cree tener. claro. "No, se?or¨ªa. Confunde la dosis con la energ¨ªa. Mire...", se esfuerza el perito en volver a explicar. Entonces la juez, una mujer tremendamente expresiva, no disimula el chasco. Resopla, se pone una mano en la cabeza, frunce el ce?o y se tira atr¨¢s en el asiento. Y as¨ª va rias veces.
La juez, que ronda los 40 a?os, no acaba de entrar en la carrera. Lleva ya 13 a?os con la toga puesta. Primero en Zaragoza, en un juzgado. Luego form¨® parte de una sala de la Audiencia de Tarragona. Regres¨® a Arag¨®n y estuvo en un juzga do de lo penal en Huesca hasta abril de 1992. Desde entonces es la titular del Juzgado de lo Pe nal n¨²mero 1 de Zaragoza. Lo era en julio del a?o pasado, cuando en un juicio un delincuente amenaz¨® con una navaja al fiscal. "Vaya susto", recuerda.
Su a veces patente agobio en el juicio responde a la preocupaci¨®n que tiene por el caso y porque el juicio se acabe antes del 28 de febrero, d¨ªa en que expira el contrato de la sala de actos. "Tengo un plazo de 15 d¨ªas para dictar la sentencia, pero creo que voy a pedir una pr¨®rroga", explica.
La magistrada es consciente de la trascendencia social del accidente del acelerador y del juicio. Esas mismas razones de trascendencia o alarma social son las que, en opini¨®n de algunos juristas, har¨ªan aconsejable que el juicio se celebrase ante un tribunal colegiado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.