Una turbulenta historia
El edificio del Reichstag, una mezcla de estilos que va desde el renacimiento al neocl¨¢sico pasando por el neobarroco guillerminiano, es obra del arquitecto de Francfort de origen hugonote Paul Wallot. Fue inaugurado por el kaiser Guillermo 11 el 5 de diciembre de 1894. La inscripci¨®n Dem Deutschen Volke (para el pueblo alem¨¢n), que figura en grandes letras g¨®ticas en el friso de su entrada principal, no fue a?adida hasta 1916, ya que Guillermo II se hab¨ªa negado a que sobre la piedra de tan insigne instituci¨®n del Estado hubiera una consigna "demasiado democr¨¢tica".,Lo menos que se puede decir es que este imponente edificio, que durante d¨¦cadas dio la espalda al muro que separaba las dos partes de la ciudad, y desde cuyos ventanales se pod¨ªa ver a los guardias fronterizos de la Alemania comunista encaramados en las torretas de vigilancia, es que dif¨ªcilmente puede considerarse como un s¨ªmbolo de la democracia y de la soberan¨ªa popular. Cuando empez¨® a funcionar el II Reich bismarckiano tocaba a su fin, y en cualquier caso el parlamento no ostentaba la soberan¨ªa, sino que era una simple asamblea consultiva. S¨®lo en su segunda y ¨²ltima ¨¦poca, la que corresponde a la Rep¨²blica de Weimar (1919-1933), fue la sede de la soberan¨ªa popular. Pero no puede decirse que aquellos turbulentos a?os fueran un modelo de democracia, especialmente si se tiene en cuenta que fue la asamblea sal?ente de las elecciones de 1932 la que el 30 de enero de 1933 elegi¨® canciller a Adolf Hitler. El 27 de febrero de aquel a?o, un pavoroso incendio, del que fue acusado el holand¨¦s Marinus van der Lubbe, destruy¨® el Reichstag, lo que dio pie a que Hitler consiguiera los poderes excepcionales con los que impuso la dictadura.
El r¨¦gimen nazi no se preocup¨® de reconstruirlo; las vigas renegridas de la c¨²pula eran el mejor ejemplo de lo que Hitler pensaba de la democracia. Durante la guerra sufri¨® a¨²n m¨¢s destrozos y al acabar la misma, tras quedar en la parte occidental de la ciudad, fue reconstruido por el Gobierno de la Rep¨²blica Federal de Alemania, salvo la c¨²pula, que es el elemento que ahora se discute. En los ¨²ltimos a?os ha servido como centro para conferencias pol¨ªticas, reuniones solemnes del Bundestag o el funeral por Willy Brandt.
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