La historia interminable
Despu¨¦s de una d¨¦cada de las 800 empresas de Rumasa s¨®lo sobrevive la cuarta parte
Hay 215 empresas reprivatizadas, 565 fusionadas o absorbidas y s¨®lo una pendiente de liquidaci¨®n. La historia del holding Rumasa en los ¨²ltimos diez a?os -desde su expropiaci¨®n, el 23 de febrero de 1983- se puede resumir en un pu?ado de datos. Pero detr¨¢s de la fr¨ªa estad¨ªstica -y de m¨¢s de 40 millones de documentos- hay gastados casi 700.000 millones de pesetas de dinero p¨²blico; m¨¢s de 9.000 empleos desaparecidos; pleitos en medio mundo y mucha pol¨¦mica sobre la reprivatizaci¨®n llevada a cabo por el Estado. Despu¨¦s de una d¨¦cada, el caso del holding de la abeja est¨¢ dando sus ¨²ltimos coletazos. En lo econ¨®mico, la operaci¨®n est¨¢ pr¨¢cticamente cerrada. En lo jur¨ªdico, a pesar de la insistencia del ex presidente de Rumasa Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz- Mateos, tambi¨¦n se est¨¢ llegando al final. Las altas instancias jur¨ªdicas espa?olas -tribunales Supremo y Constitucional- han fallado' en su contra. Los tribunales brit¨¢nicos y estadounidenses tampoco han atendido sus argumentos. S¨®lo le resta el Tribunal de Estrasburgo, aunque su reclamaci¨®n no tiene nada que ver con el fondo de la expropiaci¨®n.
"Quiero llegar a saber qu¨¦ es Rumasa". Mariano Rubio, subgobernador del Banco de Espa?a en esa ¨¦poca, manifest¨® este deseo en el despacho del abogado Eduardo Garc¨ªa de Enterr¨ªa en octubre de 1982, apenas cinco meses antes de la expropiaci¨®n del holding de la abeja. Rubio, enfrentado desde hac¨ªa tiempo al presidente de Rumasa, Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos, expresaba en voz alta sus sospechas. Para el Ministerio de Econom¨ªa y para el Banco de Espa?a, Rumasa era oficialmente, antes de febrero de 1983, un conglomerado de 225 sociedades y bancos sobre el que se dispon¨ªa de una informaci¨®n muy limitada. Tras la expropiaci¨®n, se descubrir¨ªa que el holding estaba compuesto por m¨¢s de 700 sociedades estructuradas de forma compleja y con una titularidad difuminada a trav¨¦s de fiduciarios.Los recelos del subgobernador est¨¢n recogidos en una carta remitida a Ruiz-Mateos por uno de sus empleados y archivada entre los 40 millones de documentos de la historia del grupo. En la carta, el empleado esp¨ªa cuenta al presidente de Rumasa lo tratado en la reuni¨®n de altos cargos, a la que asistieron, adem¨¢s de Mariano Rubio, algunos miembros del equipo de Garc¨ªa de Enterr¨ªa y el responsable del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (la uvi bancaria), Arist¨®bulo de Juan.
La reuni¨®n estaba convocada para dar los ¨²ltimos toques jur¨ªdicos a la creaci¨®n del Fondo de Garant¨ªa de las Cajas Rurales. Pero la conversaci¨®n deriv¨® hacia la posibilidad de preparar un decreto ley para ampliar los sistemas de inspecci¨®n de la banca privada. Rumasa, el imperio que naci¨® en Jerez el 16 de mayo de 1961 con 300.000 pesetas de capital y la asociaci¨®n de seis hermanos, estaba en el punto de mira de las autoridades.
El gato y el rat¨®n
Ruiz-Mateos hab¨ªa aprovechado las lagunas legales existentes para, desde 1961, adquirir participaciones bancarias a trav¨¦s de sus empresas, y estaba jugando al gato y al rat¨®n con el Banco de Espa?a al menos desde 1978, a?o en que recibi¨® la primer a amonestaci¨®n grave de la autoridad monetaria.
Con ambici¨®n, tes¨®n, personalismo y desprecio por las normas, el tercero de los hermanos Ruiz-Mateos hab¨ªa construido en dos d¨¦cadas un gran mecano: m¨¢s de 700 empresas, 20 bancos, 48.000 trabajadores, un d¨¦ficit patrimonial de 259.339 millones, p¨¦rdidas acumuladas de 346.000 millones, un capital social de 17.000. millones y unas reservas restringidas de 69.753 millones.?
Dos cifras resumen la situaci¨®n de Rumasa en el momento de la expropiaci¨®n: con unas deudas frente a terceros de 1,08 billones, el valor contable de los activos del grupo s¨®lo alcanzaba los 821.737 millones. El grupo estaba en situaci¨®n de quiebra t¨¦cnica.
Mariano Rubio conoc¨ªa de sobra las m¨²ltiples advertencias del gobernador del Banco de Espa?a, Jos¨¦ Ram¨®n ?lvarez Rendueles, a Ruiz-Mateos. Seg¨²n recoge el profesor y economista Julio Arg¨¹elles en su tesis doctoral An¨¢lisis del grupo Rumasa, ?lvarez Rendueles advirti¨® al empresario Jerezano cinco a?os antes de la expropiaci¨®n de que "la funci¨®n de los bancos no puede consistir principalmente en financiar a las empresas directamente vinculadas a ellos". Era lo que ven¨ªa haciendo Rumasa. Se hab¨ªa acabado la complacencia oficial con Ruiz-Mateos. Se hab¨ªan acabado la facilidades que permitieron la expansi¨®n del grupo hasta 1975.
Las inspecciones continuas en bancos y en empresas de Rumasa no hab¨ªan servido de nada. Los intentos de saber qu¨¦ era Rumasa se hab¨ªan intensificado desde 1977, tras el nombramiento como vicepresidente econ¨®mico del profesor Fuentes Quintana. Pero, a pesar de designar dos grupos de inspecci¨®n -en Comercio y en Hacienda-, Rumasa segu¨ªa siendo una inc¨®gnita. Sencillamente, los inspectores no pod¨ªan inspeccionar.
"Los inspectores", dir¨ªa luego en el Congreso Fuentes Quintana, "estaban hartos de comparecer en domicilios de empresas inexistentes, de ir y encontrarse con la empresa cerrada". Por si fuera poco, Ruiz-Mateos no paraba en barras y, en ocasiones, ofrec¨ªa trabajo a los funcionarios. El ¨¦xito de las ofertas oblig¨®, seg¨²n recoge Arg¨¹elles en su tesis, a enviar a los inspectores en grupos de cuatro o cinco para contrarrestar tentaciones.
Mariano Rubio ten¨ªa, por tanto, muchas razones para estar enfadado. La vigilancia del Banco de Espa?a culmin¨® en un informe a Econom¨ªa, 14 d¨ªas antes de la expropiaci¨®n, en el que se detalla parte de las irregularidades. El informe demuestra que la autoridad monetarias, a finales de 1982, hab¨ªa podido hacerse ya una idea de lo que verdaderamente era Rumasa y de c¨®mo actuaba.
Elusi¨®n de limitaciones
"Es muy frecuente", se afirma en el informe, "la utilizaci¨®n del cr¨¦dito por una sociedad distinta de la que figura como titular del mismo ( ... ); no son ciertas las cifras que se declaran a la Central de Informaci¨®n de Riesgos; se eluden las limitaciones sobre volumen de cr¨¦ditos; es pr¨¢ctica generalizada que el pago de intereses de los cr¨¦ditos se realice mediante la concesi¨®n de nuevos cr¨¦ditos".
El nudo, a finales de 1982, estaba apret¨¢ndose, y Ruiz-Mateos lo sab¨ªa. El empresario lo hab¨ªa intentado todo. Hab¨ªa explorado sus apoyos aprovechando sus vinculaciones con el Opus Dei tal y como narra Ernesto Ekaizer en su obra Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos, el ¨²ltimo magnate. Hab¨ªa conversado con el jefe de. la oposici¨®n, el joven Felipe Gonz¨¢lez, semanas antes de las elecciones de octubre de 1982 en encuentros organizados por su abogado Crisp¨ªn de Vicente. Hab¨ªa visitado al presidente de la banca privada, Rafael Termes. Hab¨ªa contratado como asesores a dos miembros del que fue partido gobernante, UCD, Alejandro Rebollo y Fernando Castedo.
Nada serv¨ªa. El nuevo Gobierno socialista, con el ministro Miguel Boyer como punta de lanza, hab¨ªa llegado a la conclusi¨®n de que Rumasa pod¨ªa estallar. Boyer y sus compa?eros de Gabinete dispon¨ªan de cuatro posibilidades para actuar, y la de
La historia interminable
la expropiaci¨®n no era la m¨¢s f¨¢cil. Los socialistas, que acababan de devaluar la peseta, tem¨ªan que la expropiaci¨®n se interpretara como la primera de una serie de grandes nacionalizaciones.Las cuatro alternativas estaban preparadas por el Banco de Espa?a desde el 9 de febrero: continuar con las recomendaciones y advertencias; expulsar a los bancos de Rumasa del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos; intervenir los bancos provisionalmente y, finalmente, expropiar.
Las cuatro f¨®rmulas se discutieron el lunes 14 de febrero en comisi¨®n delegada. Estaban presentes Miguel Boyer; el ministro de Industria, Carlos Solchaga; el de Agricultura, Carlos Romero; el de Obras P¨²blicas, Juli¨¢n Campo` el de Transportes, Enrique Bar¨®n; el de Trabajo, Joaqu¨ªn Almunia; el de Sanidad, Ernest Lluch; el secretario de Estado de Econom¨ªa, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez; el director general de Econom¨ªa, Pedro P¨¦rez, y el portavoz del nuevo Gobierno, Eduardo Sotillos.
Nuevo debate
Los reunidos acordaron un nuevo debate en Consejo de Ministros. La deliberaci¨®n no se mantuvo en secreto mucho tiempo. Apenas finalizada, el flamante presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, recibi¨®, una llamada en La Moncloa. Eran las nueve de la noche y al otro extremo del hilo telef¨®nico el ex presidente Adolfo Su¨¢rez preguntaba a Gonz¨¢lez si era cierta la intervenci¨®n de Rumasa. Gonz¨¢lez, seg¨²n la versi¨®n m¨¢s extendida, contest¨® a Su¨¢rez que no hab¨ªa nada decidido.
La, expropiaci¨®n se decidi¨® el mi¨¦rcoles 23 de febrero, en un largo Consejo de Ministros. Los acontecimientos se hab¨ªan precipitado. El peri¨®dico Tribuna Vasca, que hasta diciembre de 1982 hab¨ªa estado dirigido por Eduardo Sotillos, adelant¨®, el viernes 18 de febrero, los rumores sobre las dificultades de Rumasa; el periodista Mariano Guindal pregunt¨® directamente a Boyer ese mismo viernes 18. Boyer, en su respuesta, revel¨® que las relaciones con Ruiz-Mateos eran m¨¢s que tensas. Los nervios estaban desatados. El lunes 21 de febrero, Boyer y Ruiz-Mateos se vieron las caras. No hubo acuerdo sobre las auditor¨ªas que ped¨ªa el Ejecutivo, ni sobre un posible comunicado conjunto. Sotillos, portavoz del Gobierno, anunci¨® a las 11.40 del mi¨¦rcoles 23 de febrero, por televisi¨®n, que el Ejecutivo hab¨ªa decidido expropiar el holding.
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