El ex jefe de la Dina comparece ante la justicia chilena por el asesinato de Letelier
El general retirado Manuel Contreras, ex jefe de la Direcci¨®n de Inteligencia Nacional (Dina), la polic¨ªa secreta del r¨¦gimen militar chileno, declar¨® ayer ante un tribunal, acusado de ser coautor del asesinato del ex ministro socialista de Asuntos Exteriores Orlando Letelier. ?ste muri¨® en pleno centro de Washington en septiembre de 1976 por la explosi¨®n de una bomba colocada en su coche. La justicia de Estados Unidos conden¨® a los ejecutores del crimen, entre ellos, a varios cubanos anticastristas.Este juicio, que est¨¢ llegando a su etapa final, se ha transformado en un s¨ªmbolo de la aspiraci¨®n popular de justicia por las violaciones de los derechos humanos cometidas por el r¨¦gimen del general Pinochet, la mayor¨ªa de las cuales contin¨²a impunes.
Contreras lleg¨® a la sala de la Corte Suprema rodeado de fuertes medidas de seguridad. D¨ªas antes anticip¨® a los periodistas el contenido de su defensa: responsabilizar del asesinato de Letelier a la CIA (Agencia Central de Inteligencia norteamericana), en conexi¨®n con la Direcci¨®n, de Inteligencia Venezolana (Disip), con el fin, supuestamente, de desprestigiar as¨ª a Pinochet, que aparecer¨ªa como culpable.
La misma hip¨®tesis, pero ?mplicando adem¨¢s al FBI, expuso el brigadier Pedro Espinosa, ex jefe de operaciones de la Dina, tambi¨¦n acusado como coautor del crimen. Los parientes de Letelier descartan por completo esta tesis y la consideran destinada a ganar tiempo.
La situaci¨®n de Contreras, que fue uno de los hombres m¨¢s poderosos del r¨¦gimen militar, parece cr¨ªtica. Hasta ahora, el Ej¨¦rcito no ha hecho ning¨²n gesto para solidarizarse con el hombre que hizo el trabajo sucio de la dictadura.
Contreras tuvo que comparecer despu¨¦s de que sus defensores hicieran valer in¨²tilmente que el general gozaba del fuero militar, que le permite no declarar personalmente. Desde que en 1991 tom¨® el caso el juez Adolfo Ba?ados, un magistrado de la Corte Suprema conocido por su activismo a favor de los derechos humanos, se precipitaron los acontecimientos
La investigaci¨®n por el ases?nato hab¨ªa permanecido pr¨¢cticamente estancada durante el r¨¦gimen de Pinochet, al quedar en manos de la justicia militar. En 1979, alegando la insuficiencia de las pruebas, la Corte Suprema rechaz¨® una petici¨®n de extradici¨®n de Contreras y Espinosa formulada por la justicia estadounidense.
Despu¨¦s de la vuelta de la democracia, el juez Ba?ados actu¨® con energ¨ªa y cit¨® a numerosos testigos, lo que le permiti¨® reunir pruebas y juntar un legajo (le 8.000 p¨¢ginas.
Los abogados que representan a Letelier estiman que Ba?ados podr¨ªa hacer p¨²blico el fallo en abril pr¨®ximo. Si condena a Contreras a m¨¢s de un a?o y un d¨ªa de c¨¢rcel, ¨¦ste deber¨ªa cumplir la pena en un recinto carcelario com¨²n y no en una unidad militar, aunque el general puede apelar contra la sentencia ante la Corte Suprema.
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