Marek Halter reivindica la fuerza de la palabra frente a la violencia en la historia del pueblo jud¨ªo

"La resistencia a trav¨¦s de la palabra es mucho m¨¢s fuerte que a trav¨¦s de las armas". Esta afirmaci¨®n la hizo anoche en Madrid el escritor jud¨ªo (nacido en Polonia, nacionalizado franc¨¦s) Marek Halter durante la presentaci¨®n de su novela La memoria de Abraham. Y no fue una afirmaci¨®n gratuita porque, precisamente, la palabra escrita es la memoria y el nexo de uni¨®n de 2.000 a?os de historia de un pueblo errante que ¨¦l ha relatado en una novela buscando convertir la epopeya en retrato cotidiano a trav¨¦s de una saga familiar siempre unida tambi¨¦n a la palabra.

La novela publicada primero en Francia en 1983, y luego traducida pr¨¢cticamente a todas las lenguas, se presenta ahora en Espa?a editada por Ada Korn / Summa, tras haber vendido varios millones de ejemplares en todo el mundo. Marek Halter (nacido en Polonia, 1936, de donde huy¨® su familia en 1941 para refugiarse en Rusia y, luego, desde 1950, residente en Francia) emple¨® seis a?os en escribir este libro. "Cuando murieron mis padres, sent¨ª que s¨®lo me quedaba de ellos fotograf¨ªas, porque no hab¨ªa tenido paciencia para escucharlos. Sent¨ª que me faltaban las ra¨ªces", explica el escritor. A partir de ah¨ª, "siguiendo un modelo parecido al del detective belga creado por Agatha Christie, H¨¦rcules Poirot", seg¨²n afirma, se dedic¨® a un exhaustivo trabajo de investigaci¨®n sobre los or¨ªgenes de su familia -su padre era impresor- que le llev¨® hasta el "mism¨ªsimo nacimiento de la imprenta con Gutenberg, ya que encontr¨¦ que un Halter trabaj¨® con ¨¦l".

"No somos diferentes"

M¨¢s tarde decidi¨® que no le bastaba su saga familiar para recorrer la historia del pueblo jud¨ªo, por lo que decidi¨® pasar a la ficci¨®n remont¨¢ndose hasta el comienzo de la di¨¢spora, a?o 70 despu¨¦s de Cristo, con la destrucci¨®n del templo de Jerusal¨¦n. "Estoy cansado de o¨ªr que los jud¨ªos somos diferentes y lo que he querido ha sido mostrar la vida cotidiana de un pueblo, que no s¨®lo ha vivido la tragedia sino tambi¨¦n la alegr¨ªa y, adem¨¢s, ha pasado largas temporadas conviviendo en paz y armon¨ªa con otros pueblos", dice Halter.El autor de La memoria de Abraham afirma que "la historia del pueblo jud¨ªo ha sido mal contada y s¨®lo se han recordado los momentos tr¨¢gicos, pero la historia de un pueblo se hace tambi¨¦n con los sue?os y las esperanzas cotidianas". Por eso ¨¦l no ha querido relatar en su libro el holocausto. "Mi objetivo ha sido compartir con los no jud¨ªos nuestra memoria".

Este punto de vista le ha tra¨ªdo consigo las cr¨ªticas de los halcones de Israel porque, no solamente se ha limitado a escribir sino que ha luchado por los derechos humanos y hasta se permite el lujo de decir que es amigo del l¨ªder de la OLP, Yasir Arafat. "Nuestra relaci¨®n es especial. Incluso nos contamos chistes. Conoc¨ª a Arafat en 1968. Entonces, ¨¦l quer¨ªa destruir a Israel y recuerdo que nuestra primera conversaci¨®n fue terrible: "En un a?o nos vemos en Israel", me dijo. "Si fuera verdad yo te matar¨ªa una hora antes de que entraras, le contest¨¦ yo". Luego contin¨²a Halter "nos hemos visto mucho y lo que ocurre es que hay un malentendido: Arafat piensa que yo soy portavoz del pueblo jud¨ªo. Yo le explico que no; pero no hay manera".

Marek Halter, autodidacta que habla ocho idiomas, que primero fue mimo con Marcel Marceau, luego pintor, m¨¢s tarde escritor y ahora mismo incluso ha hecho de guionista para Spielberg, afirma que con el Gobierno de Israel le ocurre tambi¨¦n un "malentendido".

"Ellos no pueden criticarme como a un enemigo porque saben que yo soy jud¨ªo y que si veo a Arafat no es porque le ame a ¨¦l, sino al pueblo jud¨ªo. Lo que sucede", contin¨²a, "es que no me gusta ver a los jud¨ªos como ocupantes ni verles disparar sobre ni?os palestinos. Lo que hago es hablar como un buen jud¨ªo y, como soy un muy conocido, la gente puede escuchar mis iniciativas en favor de la paz entre ¨¢rabes y jud¨ªos".