Un Madrid agotado sufre para ganar al Estudiantes
Restaban nueve segundos para el final del partido y el Madrid, a trancas y barrancas, venc¨ªa por un punto (74-73). Sabonis dispon¨ªa de un un.o m¨¢s uno casi definitivo. Fall¨® el primero. El rebote queda suelto, llega a manos de Pinone. Nueve segundos son muchos segundos, pero el veterano jugador estudiantil pierde la pelota de una forma absurda. El Madrid gana el encuentro. Un final muy l¨®gico y consecuente para un choque que di¨® de s¨ª mucho menos de lo habitual.Tampoco fue una sorpresa, pues ambos equipos no estaban para florituras. El Real Madrid, agotado f¨ªsica y ps¨ªquicamente despu¨¦s de sus ¨¦xitos en La Coru?a y Bolonia, intentaba disimular con coraje su falta de piernas e ideas, pero una mirada a Sabonis bastaba para diagnosticar el cansancio. Y el lituano no era el ¨²nico.
El problema del Estudiantes no va por esos derroteros, lo que es m¨¢s preocupante, pues el agotamiento se pasa con un par de d¨ªas de descanso, y lo que le ocurre a los colegiales es de m¨¢s complicada soluci¨®n. Estudiantes ha perdido la alegr¨ªa por jugar, que era lo que le diferenciaba del resto. Ahora es un conjunto crispado, donde las caras tristes o cabreadas abundan en demas¨ªa. Y un Estudiantes triste se convierte en un equipo vulgar. Aun as¨ª, tuvo detalles de orgullo, como por ejemplo, no aplaudir ni uno solo de sus jugadores cuando tuvieron que hacer el pasillo al Real Madrid.
Con un equipo con m¨¢s ganas de estar tirado en la cama que j ugando a baloncesto y otro en horas bajas, la calidad se fue de vacaciones esperando mejor ocasi¨®n. Pero fue m¨¢s sorprendente que la temperatura del encuentro no alcanzase los niveles habituales de un Madrid- Estudiantes hasta cerca del minuto 30. Basta decir que el protagonismo corri¨® a cargo del ¨²ltimo y por lo que parece afortunado fichaje del Real Madrid, Joe Wallace.
Clifford Luyk, con muy buen criterio, le incluy¨® en el quinteto titular. Wallace respondi¨® con 17 puntos en los primeros veinte minutos, detalles de buen tirador, y un par de movimientos felinos en las zonas calientes. De su mano el Madrid llev¨® la iniciativa sin excesivos agobios mientras que el Estudiantes no encontraba su sitio. El esfuerzo de Orenga en su tit¨¢nica lucha con Sabonis era la ¨²nica nota positiva del equipo del Ramiro.
El descanso no cambi¨® el panorama, hasta que lleg¨® la jugada que todos esper¨¢bamos (minuto 28, 55-48). Sabonis captur¨® un rebote, Orenga se le colg¨®, y el pivot madridista solt¨® un codazo. Falta para Orenga e intencionada para Sabonis. Winslow se encara con el lituano, el p¨²blico se pone de parte de sus respectivos colores y por fin el partido se calienta. Quedaban 12 minutos y empezaba una nueva historia.
Con un quinteto poco habitual (Pinone y Winslow en el banco) el Estudiantes fue recuperando terreno hasta colocarse en disposici¨®n de ganar el partido (64-62, minuto 35). Seg¨²n la teor¨ªa, es el momento en el que debe aparecer un jugador y decidir. Sabonis estaba enfadado y dispuesto, pero 5 partidos en 9 d¨ªas es mucho trote. Herreros quiso pero no le dejaron, y fue Cjeveticanin el que intent¨® tomar el relevo sin suerte. Error tras error lleg¨® la jugada decisiva, donde Pinone, despu¨¦s de muchos minutos en el banco, perdi¨® la bola y el Estudiantes el partido.
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