La corrupci¨®n, la deuda y la falta de confianza hipotecan el futuro de la econom¨ªa italiana
ENVIADO ESPECIALPol¨ªticos, empresarios y financieros intentan, in¨²tilmente, hacer como si nada hubiera sucedido. Pero han sucedido demasiadas cosas en muy poco tiempo. Tantas, que algunos observadores hablan de un peligro real de colapso de la econom¨ªa italiana. Las dos c¨¢maras legislativas italianas discuten los proyectos de ley en un clima de crispaci¨®n, mientras que los empresarios -p¨²blicos y privados- no saben a qu¨¦ atenerse y los financieros no se atreven a dar un paso en falso. La econom¨ªa est¨¢ paralizada. Aunque oficialmente Italia no haya entrado todav¨ªa en un periodo de recesi¨®n econ¨®mica como algunos de sus vecinos comunitarios -Espa?a, Alemania y Reino Unido-, la depresi¨®n se respira en el ambiente. En la Administraci¨®n y en el mundo empresarial.
Innocenzo Cipolletta, director general de la todopoderosa patronal italiana, Confindustria, explica as¨ª la situaci¨®n: "La econom¨ªa de mi pa¨ªs vive en estos momentos una encrucijada dificil de superar. Ya viv¨ªamos una crisis financiera e industrial considerable antes de que estallar¨¢ el esc¨¢ndalo pol¨ªtico de la corrupci¨®n y la inestabilidad de los mercados cambiarios europeos, que han dado al traste con la lira. Y todo ello en medio de una situaci¨®n de recesi¨®n econ¨®mica que impide a las empresas italianas, tradicionalmente exportadoras, aprovechar la mejora de su competitividad exterior por la devaluaci¨®n de la lira".
Efecto 'bola de nieve'
Con todo, este economista, que dirige una organizaci¨®n que aglutina a m¨¢s de 130.000 empresas privadas, que dan tres millones de empleos, considera que el principal problema de la econom¨ªa italiana no es el esc¨¢ndalo pol¨ªtico y la consiguiente crisis institucional. "El problema real de Italia es el excesivo peso del sector p¨²blico y el crecimiento de la deuda p¨²blica, que avanza como una gran bola de nieve y pone en serio peligro el futuro del pa¨ªs", afirma Cipolletta. Y en eso coinciden todos los expertos consultados por este peri¨®dico. Un analista de una conocida firma internacional de consultor¨ªa instalada en Italia llegaba a decir que el Estado italiano podr¨ªa suspender pagos ante el tremendo peso de los intereses de la deuda, que superan el 10% del PIB.
Los datos no dejan lugar a dudas sobre ese riesgo de crash de la Administraci¨®n italiana. La deuda p¨²blica ha crecido en los ¨²ltimos 10 a?os a un ritmo muy superior al PIB y ha superado, en t¨¦rminos absolutos, la cifra de producto bruto (PIB) italiano. En estos momentos, la deuda supone el 108% del PIB. Quiere esto decir que no s¨®lo es imposible que Italia cumpla7 el cuarto requisito de convergencia de Maastricht, que limita esa proporci¨®n en el 60%, sino que la tendencia ascendente de esta magnitud puede llegar a estrangular la econom¨ªa.
"La situaci¨®n es grave y peligrosa", afirma Mario Pirani, editorialista de La Repubblica, el diario italiano de mayor difusi¨®n e influencia. "La mezcla de la crisis institucional, la inestabilidad de la lira y alt¨ªsima deuda p¨²blica sit¨²an a la econom¨ªa italiana en una fragilidad sin precedentes", a?ade Pirani.
Algunas entidades financieras extranjeras han llegado a comentar, por escrito y en informes internos, la posibilidad de que el Estado tome una medida dr¨¢stica para solucionar de una vez por todas el problema de la deuda: consolidarla.
Esa amenaza de convertir los bonos italianos en deuda perpetua, pagando tan s¨®lo los intereses pero absteni¨¦ndose de devolver el principal, es desmentida una y otra vez por fuentes oficiales. Lo que no desmienten con tanta vehemencia es una posibilidad intermedia de fijar una moratoria de tres a?os en el pago de esa deuda.
La medida, aunque nada ortodoxa, estar¨ªa en la l¨ªnea de las acciones de choque emprendidas por el Gobierno de Giuliano Amato, como el trabucazo de hace un a?o por el que expropi¨®, mediante un impuesto de nuevo cu?o (de un d¨ªa para otro y por decreto), el 0,6% de todos los dep¨®sitos bancarios del pa¨ªs.
De cualquier forma, todas las fuentes consultadas coinciden en se?alar que la ¨²nica f¨®rmula sensata para acabar contra el riesgo de crash financiero por el volumen de la deuda, y de paso racionalizar el sistema econ¨®mico italiano, es emprender de una vez por todas el programa de privatizaciones.
Privatizaciones
Romano Prodi, que fue ministro de Industria en los setenta y presidente del IRI en los ochenta, es tajante al afirmar que "el cambio que debe acometer Italia, adem¨¢s de afectar profundamente al sistema pol¨ªtico, debe acabar con el excesivo peso del Estado en la sociedad y en la econom¨ªa". El actual presidente de la Fundaci¨®n Nomisma urge adem¨¢s a que el plan de privatizaciones anunciado por el Gobierno se acelere para evitar males mayores.
Sin embargo, Amato y su ministro del Tesoro, Piero Barucci, se est¨¢n encontrando con serias dificultades para sacar adelante el programa. Los poblemas est¨¢n dentro del Gabinete, ya que el ministro de Industria, Giuseppe Guarino, se ha opuesto frontalmente al plan. El primer ministro Amato respondi¨® hace semanas con dureza ante la oposici¨®n de Guarino y, en una maniobra de "ingenier¨ªa pol¨ªtica" para no poner en peligro el ya de por s¨ª fr¨¢gil Gobierno, cre¨® un nuevo Ministerio para las Privatizaciones, quit¨¢ndole esa competencia a Industria.
Esquem¨¢ticamente, el plan de privatizaciones, aprobado el 14 de noviembre pasado, pretende dar un giro de 180 grados a la actual estructura industrial italiana, anquilosada en cuatro gran des grupos empresariales priva dos y otros tantos p¨²blicos. El objetivo es crear un nuevo tejido empresarial de una veintena de sociedades an¨®nimas que ayuden adem¨¢s a impulsar la Bolsa.
Los activos que se sacar¨¢n a la venta pertenecen al grupo p¨²blico IRI, el energ¨¦tico ENI y el el¨¦ctrico ENEL (cuyos presidentes est¨¢n detenidos por el esc¨¢ndalo de la corrupci¨®n), el grupo asegurador INA y el bancario que gira en torno a la Banca Nazionale de Lavoro (BNL).
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