Una cuesti¨®n de Estado
Analiza el articulista por qu¨¦ fue la Casa Blanca la que anunci¨® la primera detenci¨®n relacionada con el atentado al World Trade Center, en Nueva York. Ello prueba la importancia que se le da a un nuevo factor en el terrorismo: Ir¨¢n.
El anuncio de la detenci¨®n de: Mohamed Salam¨¦, presunto responsable de la colocaci¨®n de: la bomba que caus¨® la explosi¨®n en el World Trade Center, procedi¨® de la Casa Blanca. Esto no s¨®lo era poco habitual,, sino que carec¨ªa de precedente -ciertamente, el FBI, experto en relaciones p¨²blicas, podr¨ªa haber hecho su propio anuncio- El mensaje estaba muy, claro: el presidente Bill Clinton., como sus predecesores inmediatos, empe?ar¨ªa todos los poderes de la presidencia en combatir el terrorismo.Pero ?por qu¨¦ se consider¨® necesario ese mensaje? La respuesta remite al ¨²nico verdadero misterio de la actual era de terror internacional: la extraordinaria inmunidad de que de Estados Unidos hab¨ªa gozado hasta ahora.
Por un lado, no hay blanco m¨¢s f¨¢cil para los terroristas. Cualquiera puede entrar en Estados Unidos con s¨®lo volar a M¨¦xico (el control de pasaportes all¨ª es especialmente negligente durante la temporada alta de turismo) y luego atravesar ilegalmente la frontera, casi siempre sin vigilancia, como hacen miles de personas todos los d¨ªas. Una vez en Estados Unidos, los potenciales terroristas pueden adquirir legalmente armas semiautom¨¢ticas, explosivos de tipo industrial., detonadores el¨¦ctricos por control remoto, cron¨®metros, equipos de radio de emisi¨®n y recepci¨®n y otras herramientas propias del oficio sin tener que mostrar ning¨²n documento oficial de identidad (Estados Unidos es pr¨¢cticamente el ¨²nico pa¨ªs que no obliga a sus ciudadanos a llevar ninguno de esos documentos).
Por otro lado, ning¨²n pa¨ªs ha irritado a los terroristas m¨¢s que Estados Unidos, sencillamente porque es una potencia global, interviene casi en todas partes y casi siempre se opone a la violencia pol¨ªtica, que es la actividad terrorista fundamental. Adem¨¢s, Estados Unidos es el gran enemigo del islam, no tanto por su pol¨ªtica exterior cuanto por la cultura popular estadounidense, que, con su mensaje de libertad personal, es hostil a todas las religiones autoritarias.
Cerebros del terror
Pero, a pesar de las oportunidades y de las provocaciones, el terrorismo extranjero rara vez ha elegido como escenario Estados Unidos. La ¨²nica explicaci¨®n posible es que a los cerebros del terror les d¨¦ miedo atentar con bombas en Estados Unidos o llevar a cabo una invasi¨®n implacable del pa¨ªs. Pero esta explicaci¨®n conlleva una importante implicaci¨®n: que muchos ataques terroristas, puede que la mayor¨ªa, han sido en realidad actos camuflados de agresi¨®n estatal, y no acciones independientes de grupos aislados de terroristas. S¨®lo si los Gobiernos estuvieran implicados tendr¨ªan motivos los autores para temer represalias. Los terroristas que act¨²an por su cuenta no tienen ese temor, porque carecen de territorio nacional susceptible de ser atacado.
Por consiguiente, la inmunidad de Estados Unidos al terrorismo era, a pesar de las apariencias, la mejor prueba de que hab¨ªa Estados detr¨¢s de gran parte de la actividad del terror mundial. Pero la fachada de independencia de los terroristas, fr¨¢gil a veces, ha sido tenazmente protegida, en ocasiones por las propias v¨ªctimas. Por ejemplo, los franceses todav¨ªa no han reconocido que los atentados con bomba perpetrados en Par¨ªs en 1986 estuvieran patrocinados por Ir¨¢n como represalia a la intervenci¨®n directa de Francia en los ataques a¨¦reos iraqu¨ªes contra la terminal petrol¨ªfera iran¨ª de la isla de Kharg.
Entonces, ?por qu¨¦ la disuasi¨®n de Estados Unidos no logr¨® impedir el atentado contra el World Trade Center? Una explicaci¨®n es que ning¨²n Gobierno estuviera implicado, que Salam¨¦ y sus amigos actuaran solos al servicio de sus propios objetivos. Por supuesto, esto es posible, aunque su financiaci¨®n sugiere que alg¨²n Gobierno ha estado pagando sus facturas. Otra explicaci¨®n posible: el Estados Unidos de Clinton inspira menos temor que el Estados Unidos de Ronald Reagan y George Bush.
Un nuevo actor
Pero la explicaci¨®n m¨¢s probable es que un actor dotado de una gran intrepidez, como es Ir¨¢n, est¨¢ m¨¢s dispuesto de lo que Siria y Libia lo estuvieron nunca a correr los riesgos que implica patrocinar ataques terroristas. No cabe la menor duda de que Ir¨¢n es responsable de los asesinatos, muy profesionales, de adversarios a su r¨¦gimen cometidos en Berl¨ªn y Par¨ªs, entre otros lugares. Por el contrario, los intentos de asesinato libios casi siempre fracasaban, los iraqu¨ªes eran demasiado evidentes y los sirios actuaban pobremente cuando intentaban operaciones semejantes. Tampoco hay duda de que Ir¨¢n financia y dirige en parte a los terroristas de L¨ªbano, Sud¨¢n y Egipto.
Adem¨¢s hay muy buenas razones para creer que Ir¨¢n fue responsable de los recientes ataques con bombas en Bombay -puede que el mayor atentado terrorista que se haya perpetrado jam¨¢s en cuanto a n¨²mero de v¨ªctimas- y que lo que pretend¨ªa era demostrar la capacidad de Ir¨¢n para defender el islam en todas partes, incluido Bombay, donde los musulmanes se vieron gravemente afectados en recientes motines en la comunidad. Y ahora parece bastante probable que Ir¨¢n financiara el movimiento fundamentalista que inspir¨®, o incluso dirigi¨®, el ataque contra el Trade Center.
Aunque s¨®lo sea porque Ir¨¢n es mucho m¨¢s terrible que Libia, sus recientes actividades han dado un significado completamente nuevo al terrorismo como agresi¨®n apoyada por el Estado llevada a cabo por grupos seudoindependientes. Por eso, la Casa Blanca de Clinton se crey¨® en la obligaci¨®n de anunciar la primera detenci¨®n relacionada con el caso del Trade Center. La experiencia pasada sugiere que puede que el mensaje sea demasiado sutil para los iran¨ªes: si Ir¨¢n no deja de patrocinar el terrorismo, se arriesga a recibir una represalia militar de EE UU.
Edward N. Luttwak es director de Geoeconom¨ªa en el Centro de Estudios Estrat¨¦gicos e Internacionales de Washington.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.