"Me acusan de corrupci¨®n para desestabilizar el pa¨ªs"
Con 70 a?os de edad, y cuando faltan 10 meses para concluir su segundo mandato, el presidente de Venezuela, Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, afronta una acusaci¨®n por presunto uso indebido, en, 1989, de 250 millones de bol¨ªvares (unos 350 millones de pesetas) de una partida secreta de gastos. En una entrevista con EL PA?S, P¨¦rez declara que la acusaci¨®n es parte de una estrategia desestabilizadora que fracasar¨¢; est¨¢ seguro de que la Corte le absolver¨¢; justifica la operaci¨®n con cargo a la partida secreta, afirma que cumplir¨¢ su mandato hasta el 2 de febrero de 1994 y est¨¢ convencido de que su sucesor mantendr¨¢ el modelo econ¨®mico, pero necesitar¨¢ de un Gobierno de coalici¨®n.
Carlos Andr¨¦s P¨¦rez cree que ha triunfado en la misi¨®n de sacar a Venezuela del atraso estructural. Reconoce que su presidencia ha sido un verdadero calvario. Su impopularidad en algunos sectores es, seg¨²n ¨¦l, el precio de su misi¨®n de modernizar el pa¨ªs.
Pregunta. Esta acusaci¨®n contra usted en la Corte Suprema de Justicia ?es un factor de desestabilizaci¨®n?
Respuesta. Lamentablemente, s¨ª. Pero son situaciones y contingencias que deben afrontarse, puesto que forman parte de toda la cayapa [grupo que se echa encima de alguien], como dicen los venezolanos, que se organiz¨® contra m¨ª. Esta acusaci¨®n carece de base y no tendr¨¢ ning¨²n efecto. Estoy completamente seguro.
P. ?No es un poco sospechosa esta operaci¨®n de cambiar 250 millones de bol¨ªvares en d¨®lares preferenciales en v¨ªsperas de suprimir el control de cambios?
R. No, porque esto forma parte de la tradici¨®n hist¨®rica de la partida de gastos secretos. Y desde luego se trataba de obtener una cantidad de d¨®lares a un precio m¨¢s bajo, puesto que los recursos de Venezuela no son abundantes. Y la prueba es que las medidas no se tomaron en secreto, sino que el decreto sali¨® en la Gaceta Oficial. Lo que pasa es que ahora, cuatro a?os despu¨¦s, se le ha querido dar espectacularidad y presentarla como algo ins¨®lito.
P. ?Considera que este sistema de la partida secreta debe mantenerse tal como est¨¢ o exigir¨ªa alguna reforma?
R. En esta materia no puede haber reforma. O existe partida secreta, como en todos los Estados, o no existe, y el manejo, desde luego, es un manejo discrecional por parte del ministro correspondiente. Tambi¨¦n aqu¨ª se ha querido retorcer la situaci¨®n, porque el objetivo soy yo.
P. ?No se siente usted ya condenado por la opini¨®n p¨²blica?
R. En absoluto. Recuerde usted que a m¨ª se me quiso hacer una trapacer¨ªa similar al final del anterior periodo de Gobierno. [Por un voto de mayor¨ªa, el Congreso absolvi¨® a P¨¦rez de la acusaci¨®n de haber comprado un buque a un precio excesivo].
P. El presidente de su partido, Acci¨®n Democr¨¢tica, ha pedido que se adelanten las elecciones... para acortarle el calvario.
R. Eso no es verdad. Nadie ha pedido que se adelanten las elecciones, y ¨¦ste es un proceso ya establecido. Adem¨¢s es inconstitucional. Habr¨ªa que reformar la Constituci¨®n. Esto no es como en los pa¨ªses donde hay sistema parlamentario y el jefe del Gobierno tiene esta facultad.
P. Las tasas de inter¨¦s est¨¢n ya por el 80%...
R. No est¨¢n por el 80%. Esta es la confusi¨®n que se crea muchas veces. El tope al que pueden llegar las tasas de inter¨¦s, de acuerdo con las normas que ha establecido el Banco Central de Venezuela, que ahora es un organismo plenamente aut¨®nomo, es que pueden llegar hasta el 80%, pero las tasas habr¨¢n subido unos seis u ocho puntos.
P. ?No teme que se produzca un par¨®n de inversiones?
R. No. Esta es una cuesti¨®n completamente provisional. Aqu¨ª tendr¨ªamos dos soluciones: ir a un control de cambios o dejar que el Banco Central manejase mediante esta combinaci¨®n de intereses y la situaci¨®n del d¨®lar. Y esta ¨²ltima acci¨®n es la que hemos tomado. Bajo ning¨²n aspecto cometeremos el error que tanto da?o trajo en el pasado, como es el control de cambios.
P. Si la Corte Suprema admite la acusaci¨®n y la pasa al Senado, ?usted dimite?
R. Desde luego que a m¨ª no me gusta trabajar sobre hip¨®tesis. Yo creo que mi historia determina mi conducta. Yo he sido siempre un fiel cumplidor de la Constituci¨®n y la democracia venezolanas.
P. ?Quiere decir esto que usted va a luchar hasta el final?
R. No s¨®lo voy a luchar hasta el final, sino que yo tengo un periodo presidencial que termina el 2 de febrero de 1994, y tenga la seguridad de que lo voy a cumplir hasta el final.
P. ?Tiene usted la sensaci¨®n de que ha habido fallos de comunicaci¨®n en su Gobierno?
R. Much¨ªsimos. Desgraciadamente ha habido muchos fallos en mi Gobierno, pero tenemos que entender que las reformas que hemos hecho son tan profundas que se han producido muchos desajustes.
P. ?No teme que una sentencia de la Corte absolvi¨¦ndole, porque no hay motivos, provoque des¨®rdenes?
R. En absoluto. Lamentablemente, usted se va ya de nuestro pa¨ªs, porque si no le acompa?ar¨ªamos a cualquier parte de Venezuela para que viera c¨®mo me trata a m¨ª la gente.
P. ?No cree que lo del juicio forma parte de una estrategia?
R. Desde luego, me acusan de corrupci¨®n para desestabilizar el pa¨ªs. Aqu¨ª, con motivo de todas estas circunstancias que hemos vivido, los grupos extremistas del viejo sistema se han conjurado creyendo que todav¨ªa pueden provocar un cambio de poder por la violencia en Venezuela. Esto ha formado parte de esta estrategia, pero ha sido un fracaso total.
P. ?Su sucesor tiene alguna otra alternativa en cuanto al modelo econ¨®mico de Venezuela?, ?puede dar un giro?
R. Estoy se guro que es imposible.
P. ?M¨¢s de lo mismo?
R. M¨¢s de lo bueno, porque aqu¨ª viv¨ªamos en una econom¨ªa artificial y lo que hemos hecho es sincerar la econom¨ªa y darle posibilidades serias de crecimiento al pa¨ªs.
P. Todo parece indicar que la elecci¨®n presidencial de diciembre va a ser muy cerrada, con un presidente con un 30% de los votos.
R. Aqu¨ª es muy dif¨ªcil que haya un triunfador con una ventaja considerable. Esto nos lleva a la conclusi¨®n de que seguramente el pr¨®ximo Gobierno tendr¨¢ que ser de alguna forma un Gobierno de coalici¨®n. El problema no est¨¢ en que yo est¨¦ o no en la presidencia. Todo lo contrario. Lo que le ha dado estabilidad a este periodo es mi persistencia y mi capacidad para conducir esta crisis.
P. Las enciclopedias suelen ser muy injustas. Al final son cinco l¨ªneas, y le voy a dar dos opciones: una, Carlos Andr¨¦s P¨¦rez fue dos veces presidente de Venezuela y se march¨® entre acusaciones y sospechas de corrupci¨®n; otra, Carlos Andr¨¦s P¨¦rez muri¨® defendiendo la democracia.
R. Ninguna de las dos. La verdad es que mi Gobierno figurar¨¢ en la historia de Venezuela como el que logr¨® la transformaci¨®n y la modernizaci¨®n del pa¨ªs.
P. ?Usted reconoce que es una figura que polariza mucho?
R. Me han obligado las circunstancias.
P. ?Y no teme que le maten?
R. En absoluto. Tengo un respaldo popular bastante fuerte, a pesar de que no cuento con aquella mayor¨ªa que tuve al iniciar mi Gobierno. En segundo lugar, en Venezuela, afortunadamente, el crimen pol¨ªtico no ha figurado en la historia de nuestro pa¨ªs. En tercer lugar, los que me odian no est¨¢n precisamente entre esa gente capaz de empu?ar un arma para liquidarme.
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