Descubrir el poder del mal en Sarajevo

Cuenta el director de cine Louis Malle que los alemanes uniformados que aparecieron, en la Il Guerra Mundial, en su colegio y se llevaron a sus compa?eros de clase jud¨ªos cambiaron su vida, ya que entonces descubri¨® el poder del mal. Algo parecido me ha pasado a m¨ª en Sarajevo.Con los ni?os muertos y mutilados; con las j¨®venes violadas; los ancianos degollados; millones de vidas truncadas; las mezquitas dinamitadas; las bibliotecas incineradas... toda Europa ha muerto un poco, postrada ante la barbarie. Tengo la certeza de que nos hemos hecho un da?o irreparable.

Los b¨¢rbaros han convertido en una escombrera aquella bella ciudad, llena de chispa, inteligencia y tolerancia. La mera existencia de ¨¦sta, la m¨¢s urbana de las ciudades -el ¨²nico Toledo que nos quedaba a los europeos-, era una ofensa para ellos, para los jinetes de la raza y la sangre. Me queda un emocionado respeto por la dignidad que los ciudadanos de Sarajevo demostraron y demuestran en su batalla contra el odio de la tribu. Un a?o y tanta tragedia despu¨¦s del comienzo del asedio a Sarajevo, me queda adem¨¢s, olor a cad¨¢ver pegado a la memoria, amargura por haber sido testigo impotente y rabia por pertenecer a una sociedad tan embriagada en su bienestar que no supo ver que Sarajevo era un ¨®rgano vital nuestro, atacado por el c¨¢ncer. Ahora la met¨¢stasis nos circula por toda lasangre.