Clinton, dispuesto a ayudar a Rusia con o sin Yeltsin
El Gobierno norteamericano apuesta claramente por Bor¨ªs Yeltsin ante el refer¨¦ndum que el presidente ruso afrontar¨¢ dentro de 20 d¨ªas, pero considera que el programa de ayuda econ¨®mica presentado en la cumbre de Vancouver no se interrumpir¨¢ obligatoriamente si Yeltsin es derrotado. De regreso a Washington, Bill Clinton ha comenzado su campa?a para conseguir otros paquetes de asistencia a Rusia, tanto en Estados Unidos como entre sus aliados, con el objetivo puesto en sostener las reformas econ¨®micas y democr¨¢ticas en Mosc¨² sea cual sea el destino pol¨ªtico del actual l¨ªder ruso.
Estados Unidos es consciente, como afirmaba ayer un editorial del diario The Washington Post, de que no puede decidir por completo el futuro de Rusia, pero esta Administraci¨®n est¨¢ dispuesta, al menos, a ir todo lo lejos que sea posible para demostrar que si el proceso de reforrnas es interrupido no ser¨¢ por la decisi¨®n de Occidente.El secretario de Estado, Warren Christopher, explic¨® ayer en un entrevista con una cadena de televisi¨®n que el compromiso de Estados Unidos de ayudar a Rusia es "global" y no est¨¢ absolutamente condicionado al destino de Yeltsin. Christopher manifest¨® que, por el momento, "nadie puede reemplazar" al presidente ruso, pero a?adi¨® que eso no significa que una derrota de Yeltsin en el refer¨¦ndum suponga autom¨¢ticamente el fin de la ayuda."Ser¨ªa un perjuicio que perdiese, pero no creo que eso ocurra", dijo el secretario de Estado, quien manifest¨® que hab¨ªa recibido en Vancouver la impresi¨®n de que Yeltsin es un hombre valiente y en buena conexi¨®n con su pueblo.Clinton tambi¨¦n elogi¨®, en la conferencia de prensa que puso fin a la cumbre, la voluntad -de Yeltsin de respetar el criterio -de los ciudadanos de su pa¨ªs. "Siempre hay que respetar la opini¨®n de los pueblos, incluso cuando te piden que te retires", dijo.
Trabajar con el Congreso
La labor de Clinton a partir de ahora, seg¨²n ¨¦l mismo anunci¨® en Vancouver, ser¨¢ la de trabajar con los miembros del Congreso para conseguir un nuevo paquete de ayuda para Rusia para el a?o 1994, as¨ª como forzar en lo posible la resistencia de otros pa¨ªses del Grupo de los Siete y naciones amigas de EE UU en Europa, Asia y Oriente Pr¨®ximo para quepresenten en las pr¨®ximas semanas programas de ayuda similares a los anunciados el domingo por la Administraci¨®n norteamericana. "El deber y el propio inter¨¦s de todas las democracias del mundo es estar al lado de las reformas democr¨¢ticas en Rusia ante este nuevo desaflo", dijo.
Para ello, Clinton tendr¨¢. que vencer la oposici¨®n de sectores, tanto de la derecha como de la izquierda, que quieren. recortar considerablamente la ayuda externa norteamericana. Hasta ahora, Clinton ha consegiaido hacer verdaderos malabarismos para sacar los 1.600 millones de d¨®lares de su programa de ayuda de presupuestos ya aprobados por el Congreso,con lo que ha evitado un dificil debate parlamentario. Pero, a partir de ahora, tendr¨¢ que pasar por el Capitolio para nuevas partidas de asistencia, lo que supone un serio desgaste para el presidente.
El programa presentado en Vancouver ha sido elogiado en EE UU por cuanto supone una novedosa distribuci¨®n del dinero para que se pueda obtener un rendimiento r¨¢pido y tangible desde el punto de vista pol¨ªtico. Las tres cuartas partes de ese programa, seg¨²n dijo Clinton, est¨¢n destinadas a proyectos relacionados con la iniciativa privada en Rusia. Un 75% tambi¨¦n, seg¨²n Christopher, ser¨¢ invertido fuera de Mosc¨², con el prop¨®sito de aliviar el sufrimiento de las zonas que mayores dificultades conocen en estos momentos.
La cumbre ha dejado la impresi¨®n de que Clinton y Yeltsin, sin llegar a desarrollar una c¨¢lida relaci¨®n personal, son capaces de entenderse como dos hombres de negocios a los que les gusta hablar el lenguaje de los hechos y la acci¨®n. "Ambos hemos encontrado una forma de comunicaci¨®n", afirm¨® Yeltsin. Pero cuando el propio presidente ruso dijo que no hab¨ªa ninguna opci¨®n a Yeltsin, Clinton coment¨®, en voz baja y con una sonrisa ir¨®nica: "Yo hubiera dicho lo mismo en su posici¨®n".
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