La direcci¨®n del PSOE quiere evitar una votaci¨®n que muestre la fuerza de cada sector
Toda la organizaci¨®n socialista se autoproclama felipista, aunque la correlaci¨®n de fuerzas en los ¨®rganos directivos -fruto del congreso federal y los congresos reg¨ªonales da la mayor¨ªa a los guerristas (mandan en ocho regiones) frente a renovadores (cinco) y no alineados (cuatro). No obstante, y aunque este dato) est¨¢ presente en la mente de los m¨¢s activos en la lucha, el secretario general, Felipe Gonz¨¢lez, se ha manifestado en contra de que la direcci¨®n de su partido tenga que llegar a votar, porque supondr¨ªa la ruptura del consenso que siempre ha presidido las decisiones del PSOE al m¨¢ximo nivel.
En el PSOE no se ha practicado en exceso la f¨®rmula del voto en los ¨²ltimos diez a?os, ya que despu¨¦s de las discusiones se produc¨ªa un acuerdo. Si hab¨ªa votaciones, los resultados siempre superaban el 90%.La nota discordante en las votaciones de los ¨®rganos de direcci¨®n del PSOE siempre la, ponen los representantes de la corriente Izquierda Socialista (IS), que nunca dan su aprobaci¨®n a los informes de gesti¨®n o a las, conclusiones alcanzadas en el comit¨¦ federal. Por el contrario, los m¨¢s cr¨ªticos con la direcci¨®n siempre acaban dando su voto a los informes de gesti¨®n de la ejecutiva federal.
En la comisi¨®n ejecutiva federal, que preside el secretario general, Felipe Gonz¨¢lez, ni siquiera se llega al acto de votar. Es un uso que se mantiene desde hace a?os y del que no se han desprendido los miembros de la ejecutiva pese a que en los dos ¨²ltimos a?os la unanimidad de criterios se ha resquebrajado. En este ¨®rgano de direcci¨®n no se utiliza la facultad que otorga el art¨ªculo 34 de los Estatutos del PSOE, seg¨²n el cual para que un asunto sea aprobado se requiere el voto favorable de la mayor¨ªa simple. Son 31 miembros los que tienen derecho al voto.Reparto
No obstante, cualquier votaci¨®n en la ejecutiva federal est¨¢ abocada a un triunfo guerrista. De los 31 miembros elegidos en el ¨²ltimo congreso, y al margen del propio Gonz¨¢lez, 17 se mantienen fieles al vicesecretario general, Alfonso Guerra; 11 son renovadores y dos esquivan dar a conocer sus opiniones. Entre los ¨²ltimos, Ram¨®n Rubial, presidente del PSOE. En esta divisi¨®n siempre hay que tener en cuenta, seg¨²n reiteraci¨®n de los interesados, que reconocen la existencia de guerristas y antiguerristas pero nunca de antifelipistas. Es decir, rehuyen la hip¨®tesis de tener que elegir alguna vez entre Gonz¨¢lez y Guerra. Si se apura en esta hip¨®tesis todos apostar¨ªan por Gonz¨¢lez "hasta Guerra", se?ala un guerrista para dar a entender que por todos los medios hay que evitar que esta situaci¨®n se produzca.
Lo cierto es que el guerrismo ha visto mermadas sus fuerzas desde que su mentor perdi¨® predicamento por el caso de su hermano Juan y, sobre todo, desde que perdi¨® la vicepresidencia del Gobierno. Entonces empezaron a aparecer desafectos que dieron en llamarse "felipistas". "Es un espect¨¢culo ver la carrera para demostrar quien es m¨¢s felipista" observaban divertidos los miembros de IS.
En la mayor¨ªa de las federaciones los guerristas ganan la partida si bien habr¨ªa que hacer m¨²ltiples matizaciones porque cada regi¨®n tiene su pecualiaridad. No es exacto que todos los militantes andaluces sean guerristas como tampoco lo es que todos los madrile?os son renovadores a pesar de que sus direcciones obedezcan a esas etiquetas. La desolaci¨®n es el ¨²nico sentimiento palpable: entre la mayor¨ªa de los militantes y de los cuadros medios.
Secretarios provinciales antes de la convulsi¨®n de: estos d¨ªas ya hab¨ªan decidido empezar su propia movilizaci¨®n para la campa?a electoral a la vista de que por los problemas internos no llegaban las directrices oficiales. Ahora, de nuevo, se ha producido un nuevo par¨®n cuando nada menos est¨¢ en cuesti¨®n la dimisi¨®n del secretario de organizaci¨®n, Txiki Benegas e incluso el peligro de la celebraci¨®n de un congreso extraordinario. Por encima de todo ello, el peor de los supuestos: la dimisi¨®n del secretario general, Felipe Gonz¨¢lez.
Reuniones en Gobelas
Ayer, varios dirigentes regionales del PSOE se entrevistaron por separado con Guerra en la sede socialista de la calle de Gobelas. Entre ellos estaban el presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, y los responsables del partido en Arag¨®n, Jos¨¦ Marco; Murcia, Juan Manuel Ca?izares, y La Rioja, ?ngel Mart¨ªnez Sanju¨¢n. Tambi¨¦n ayer algunas federaciones celebraron reuniones de sus ejecutivas. Los secretarios regionales que no son miembros de la ejecutiva federal y, por tanto, no estar¨¢n en la reuni¨®n del pr¨®ximo s¨¢bado, aprovecharon ayer para hacer llamadas a la calma.
Atr¨¢s han quedado ya los tiempos en los que Guerra reconoc¨ªa que discut¨ªa con Gonz¨¢lez hasta el l¨ªmite de lo posible en el intento de convencerle de que cambiara de opini¨®n sobre alg¨²n asunto. El l¨ªmite era ¨¦ste: "Cuando habla Felipe, se acab¨®. Ya hay doctrina".
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