Tres pesetas

Visito una exposici¨®n de pintura, ante la vista de no pocos cuadros siento verdadera admiraci¨®n. No entiendo muy bien si son expresionistas o impresionistas, si cubistas o abstractos; pero s¨ª entiendo de mi sentimiento, de mi gozo ¨ªntimo ante su contemplaci¨®n.Me doy un paseo por el bosque y aunque no s¨¦ si el abeto que veo es de Canad¨¢ o del Pirineo, si el pino que admiro es negro o silvestre, no dejo de estar un buen rato a su pie llenando mi esp¨ªritu de esa maravilla de la naturaleza.

Conecto Radio 2, y aunque lo que transmiten no s¨¦ si est¨¢ en do mayor o en s¨ª bemol, cierro los ojos y escucho. Son ratos de los mejores del d¨ªa. Como claramente puede apreciarse soy un lego en bellas obras, pero no por eso dejo de experimentar en mi esp¨ªritu esa agradable sensaci¨®n ante lo que te cautiva. No obstante todo ello, a tono con el materialismo

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que nos invade y ante tanto criterio de rentabilidad -econ¨®mica- como nos rodea, creo razonable proponer a los poderes p¨²blicos lo siguiente:

Que las salas de exposiciones se conviertan en salones de maquinicas tragaperras. Ser¨ªan m¨¢s rentables.

Que los bosques sean talados y convertidos en papel y madera. Dar¨ªan m¨¢s beneficios.

Que Radio 2 FM sea suprimida. Cada espa?ol nos ahorrar¨ªamos tres pesetas.