Giros pol¨ªticos en las econom¨ªas mundiales
El premio Nobel de Econom¨ªa vaticina la proliferaci¨®n de pol¨ªticas econ¨®micas expansivas en la mayor parte de los pa¨ªses. El motivo, a su juicio, no es "una inclinaci¨®n hacia la izquierda" sino la persistencia de la crisis econ¨®mica. Al final, dice, "empezar¨¢n a hacer lo que deb¨ªan haber hecho en 1991".
Cuando William Clinton gan¨® las elecciones norteamericanas, algunos expertos se preguntaron: ?se estar¨¢ inclinando el p¨¦ndulo hacia una corriente m¨¢s humanitaria, dejando atr¨¢s el conservadurismo Reagan-Bush?, ?se extender¨¢ tambi¨¦n esta epidemia por Europa y Asia?, ?podemos explicamos la inesperada vuelta al poder del Partido Laborista Australiano como parte de esta nueva tendencia? Mi consejo es que seamos cautelosos a la hora de predecir estas nuevas y radicales inclinaciones.De hecho, as¨ª lo ilustra -si es necesario hacerlo- la aplastante derrota del socialismo de Mitterrand en las ¨²ltimas elecciones francesas, y demuestra que se dar¨¢n acontecimientos contradictorios en diferentes partes del mundo. Lo curioso no es precisamente la derrota de los socialistas franceses, sino que hayan conseguido mantenerse tanto tiempo en el poder actuando de un modo tan mediocre.
Es posible que fuera de Estados Unidos se imiten los programas econ¨®micos de expansi¨®n de Clinton, pero no porque exista una inclinaci¨®n hacia la izquierda, sino m¨¢s bien debido a que la recesi¨®n en Jap¨®n y en la Comunidad Europea se mantenga persistente y dolorosa.
Tras unos cambios tan numerosos en la C¨¢mara de Diputados, ?qui¨¦n puede estar seguro de que los Gobiernos alem¨¢n y franc¨¦s se mantendr¨¢n firmes en su desesperado intento por mantener la paridad entre marco y franco, y continuar¨¢n combatiendo la inflaci¨®n a base de sostener altas las tasas de inter¨¦s? Ser¨¢ mejor no apostar por ello.
El Bundesbank admite, en privado, que no calibr¨® bien la debilidad del ciclo de negocio alem¨¢n. Al margen de haberse demorado, recort¨® en dos ocasiones las tasas de inter¨¦s y espera que se produzcan m¨¢s recortes antes del oto?o.
Suecia tiene un Gobierno conservador. En un desesperado intento por lograr una respetabilidad financiera y con el fin de defender la moneda sueca (la corona), las tasas de inter¨¦s se elevaron a la rid¨ªcula cantidad del 500%. Esto no consigui¨® enga?ar a nadie. Finalmente, la devaluaci¨®n sueca era inevitable.
Los a?os noventa me recuerdan a los a?os treinta. Despu¨¦s de que el Reino Unido permitiera la devaluaci¨®n de la libra en 1931, su econom¨ªa se recuper¨® al igual que la sueca y la holandesa, que se unieron al bloque de la esterlina. B¨¦lgica intent¨® contenerse, pero en 1936 tuvo que devaluar para as¨ª dar el espaldarazo a la depresi¨®n.
Lo mismo sucedi¨® en 1933, cuando Franklin D. Roosevelt asest¨® un golpe a los especuladores y devalu¨® el d¨®lar. De forma inmediata, lo peor ya hab¨ªa pasado en EE UU. Francia se mantuvo ensimismada con el patr¨®n oro, incluso con el socialista L¨¦on Blum; los trabajadores franceses pagaron muy cara esta locura.
Hacia la macroexpansi¨®n
Mi teor¨ªa es que, a lo largo de todo el a?o, Italia, Espa?a, el Reino Unido, Jap¨®n, Corea, Francia y Alemania cambiar¨¢n su pol¨ªtica para dirigirla hacia una mayor macroexpansi¨®n. Aunque se resistan a ello, tanto el Banco de Jap¨®n como el Ministerio de Econom¨ªa y el Partido Democr¨¢tico Liberal empezar¨¢n a hacer lo que, obviamente, deber¨ªan haber hecho en 1991.
De modo superficial, dar¨¢ la impresi¨®n de que est¨¢n imitando a la Norteam¨¦rica de Clinton. En realidad, en todas partes se desarrollar¨¢n las presiones pol¨ªticas con el fin de llevar r¨¢pidamente a t¨¦rmino una recesi¨®n mundial bastante innecesaria. El Tercer Mundo, incluidas Am¨¦rica Latina y la India, se beneficiar¨¢ de este tard¨ªo abastecimiento de las locomotoras financieras del mundo entero. Por desgracia, el problema econ¨®mico de los pa¨ªses, pol¨ªticamente ca¨®ticos, que han brotado de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica ha llegado tan lejos que no habr¨¢ forma de salvarlos cuando al acabar 1993 llegue el fin de la crisis.
Yugoslavia, Sud¨¢n, Irak y Libia son la base del malestar y de la desorganizaci¨®n social. Pero incluso estos pa¨ªses, en cuanto a la carrerilla que sus respectivos futuros han tomado, se beneficiar¨¢n m¨¢s si la econom¨ªa mundial se encuentra razonablemente estable y progresiva.
Si miramos m¨¢s all¨¢ de este a?o y del pr¨®ximo, ser¨¢n otros los problemas que m¨¢s resaltar¨¢n. Por ello, la inflaci¨®n, como si de la viruela se tratara, no se ha curado para siempre.
El arte de la econom¨ªa pol¨ªtica consiste en no olvidar jam¨¢s el futuro lejano. Aun as¨ª, aunque la recesi¨®n est¨¦ llegando a su fin, las principales prioridades no incluyen nuevos y audaces programas contra la inflaci¨®n. Como dice el refr¨¢n, "m¨¢s vale malo conocido que bueno por conocer".
Creo que la crisis japonesa es muy grave, pero Jap¨®n cuenta con los poderes suficientes para cambiar el rumbo de la depresi¨®n econ¨®mica. Una vez que se utilicen y que se compruebe el ¨¦xito de los mismos, seguramente la psicolog¨ªa japonesa d¨¦ un giro hacia un exceso de confianza y quiz¨¢ una nueva ilusi¨®n llegue a brotar con el tiempo.
El caso alem¨¢n es m¨¢s duro. La reunificaci¨®n todav¨ªa no ha demostrado ser un ¨¦xito y ha resultado bastante m¨¢s costosa de lo que el canciller Kohl hab¨ªa prometido. Alemania no debe confiar en escapar del desaf¨ªo que le supone competir con Corea, Taiwan, Singapur, Hong Kong y Jap¨®n. Al igual que Estados Unidos, Alemania necesitar¨¢ reestructurar su econom¨ªa, y los resultados, posiblemente, opriman los salarios reales.
Espa?a e Italia comenzar¨¢n a notar la competencia de los nuevos rivales asi¨¢ticos en la CE. El nivel de vida de los dos pa¨ªses quiz¨¢ entre en una fase de crecimiento lento igual a la que EE UU experiment¨® desde 1973 hasta 1990. El PSOE tendr¨¢ que luchar para conservar su popularidad entre el electorado espa?ol. Nadie puede pronosticar cu¨¢les ser¨¢n los efectos de la desaceleraci¨®n y sus implicaciones sobre el nivel de vida en los fragmentados partidos italianos.
Corea del Sur puede, por primera vez, esperar una exitosa democracia civil. Al igual que Jap¨®n, Corea debe reconciliarse consigo misma, evitando la dependencia de sus exportaciones. Hay mucho trabajo ¨²til que hacer en Corea, que podr¨ªa tratar de emular el conseguido modelo de Taiwan, con su amplia inversi¨®n p¨²blica en infraestructuras.
Traducci¨®n: .
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