Errores como dinosaurios
Cada siete semanas se descubre un nuevo 'lagarto terrible' que acaba con alg¨²n t¨®pico
Olviden lo que sab¨ªan: no est¨¢ tan claro que fueran de sangre fr¨ªa ni que tuvieran el cerebro de un mosquito, y puede que no se hayan extinguido del todo. A pesar del reducid¨ªsimo n¨²mero de cient¨ªficos que trabajan en este campo -un centenar en todo el mundo-, cada siete semanas se descubre una nueva especie de dinosaurio. Gracias a estos hallazgos, los dinosaurios son ahora m¨¢s populares que nunca y los museos de todo el mundo est¨¢n renovando sus exposiciones. En junio, la dinoman¨ªa alcanzar¨¢ cotas febriles con el estreno en EE UU de la pel¨ªcula de Spielberg Parque Jur¨¢sico.
Un fr¨ªo y brumoso amanecer, alrededor de 78 millones de a?os antes de Cristo, un solitario triceratops interrumpe una apacible comida de helechos y ramitas para ponerse a merodear, inquieto. Aunque esta criatura de 11 toneladas es un peso ligero intelectual, percibe el peligro que acecha en la selva que le rodea. De repente, de detr¨¢s de un ¨¢rbol sale pesadamente uno de los carn¨ªvoros m¨¢s grandes y feroces ,que hayan existido jam¨¢s: el Tyrannosaurus rex. Aunque esta bestia no es m¨¢s que un adolescente, mide cuatro metros y medio de altura y est¨¢ armada con unos dientes afilados como pu?ales. El triceratops se bate en retirada, pero esta criatura de sangre fr¨ªa s¨®lo puede moverse muy lentamente. Acaba de salir el sol, y al dinosaurio no ha podido absorber el calor que necesita para animar su perezoso metabolismo. Aunque Tyrannosaurus rex tiene el mismo problema, sus patas m¨¢s largas le permiten dar alcance r¨¢pidamente al d¨®cil herb¨ªvoro. Y entonces...?Esperen! ?Un momento! Algo falla en esta imagen. En realidad, casi todo. Hace s¨®lo dos d¨¦cadas, los paleont¨®logos podr¨ªan haber suscrito un escenario como ¨¦ste, pero hoy no. Una avalancha de nuevas pruebas -huesos fosilizados, nidos de dinosaurios, huevos y hasta huellas de pisadas, analizados con un equipo de alta tecnolog¨ªa- ha transformado completamente las teor¨ªas cient¨ªficas acerca de los dinosaurios. Los triceratops y otros herb¨ªvoros no eran necesariamente tontos ni vagaban por ah¨ª en soledad; probablemente viajaban en grandes manadas y realizaban migraciones anuales. Es posible que cuidaran a sus cr¨ªas, y tal vez cooperaran unos con otros para protegerlas de los depredadores -en colonias de nidos semejantes a las de ping¨¹inos-.
Sangre y piel
Es probable que los dinosaurios tampoco fueran de sangre fr¨ªa (los cient¨ªficos reconocen ahora que hay cinco o seis clases de sangre fr¨ªa y caliente, y a veces cuesta distinguirlas, incluso en animales vivos). Pod¨ªan desplazarse con agilidad, incluso en un clima fr¨ªo; algunos viv¨ªan por encima del C¨ªrculo Polar ?rtico, donde no sale el sol en todo el invierno. Es muy posible que no fueran de un color verde uniforme y mate, sino de rayas o moteados, y de colores brillantes. Hasta la idea de que todos los dinosaurios murieron hace 65 millones de a?os est¨¢ ahora superada. Muchos expertos creen que una l¨ªnea ha resistido y sigue prosperando en nuestros d¨ªas. El nombre com¨²n de estos modernos dinosaurios: aves. Mark Norell, paleont¨®logo del Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York, se?ala: "Las aves est¨¢n m¨¢s directamente relacionadas con el Tyrannosaurus rex que ¨¦ste con casi cualquier otro dinosaurio".Esta revisi¨®n de los conocimientos convencionales se ha acelerado en los ¨²ltimos 10 a?os. Se han encontrado nuevos yacimientos de f¨®siles y se han redescubierto otros viejos en el desierto de Gobi, a lo largo de la antigua Ruta de la Seda en las monta?as de China, en el l¨ªmite de los Andes argentinos y en las. selvas de Laos y Tailandia.
La pasi¨®n por los dinosaurios no es nueva. En 1841, el anatomista brit¨¢nico Richard Owen fue el primero en acu?ar el t¨¦rmino dinosaurio -del griego cl¨¢sico deinos (terrible) y sauros (lagarto)- para referirse a gigantescos huesos fosilizados descubiertos varias d¨¦cadas antes. En realidad, los huesos y huellas de dinosaurio ya se conoc¨ªan desde hac¨ªa siglos, pero se atribu¨ªan a dragones o a especies extinguidas de saurios o incluso a cuervos gigantes. Owen se dio cuenta de que esos enormes huesos pertenec¨ªan a un grupo de animales desconocido hasta entonces y extinguido hace mucho tiempo, relacionado con los saurios, pero diferente a ellos. Los dinosaurios causaron inmediatamente furor en Londres. Una exposici¨®n realizada en 1854 en el Palacio de Cristal de Hyde Park presentaba una serie de maquetas de dinosaurios en tama?o natural que atrajeron a multitudes:
Sin embargo, los primeros expertos en dinosaurios tropezaron con el obst¨¢culo de la escasez de f¨®siles, y cometieron importantes errores en cuanto al aspecto de aquellas criaturas. Owen cre¨ªa por ejemplo, que el Iguanodon, una bestia herb¨ªvora de unos nueve metros de largo, ten¨ªa una constituci¨®n similar a la de un hipop¨®tamo, con un cuerno peque?o y afilado en su hocico. Medio siglo despu¨¦s, los cient¨ªficos establecieron que la forma de la criatura era m¨¢s bien parecida a la de un canguro y que el cuerno era en realidad una u?a mal colocada que pertenec¨ªa a su pata delantera.
S¨®lo conocido un 1%
Los cient¨ªficos siguen trabajando, sin embargo, con informaci¨®n deficiente. "Es probable que no conozcamos ni siquiera el 1% del total de especies", reconoce Jack Horner, conservador de Paleontolog¨ªa del Museo de las Monta?as Rocosas de Bozeman, Montana (EE UU). A pesar de todo, se han realizado enormes progresos en la comprensi¨®n de la evoluci¨®n de los dinosaurios, de c¨®mo llegaron a dominar el mundo durante el incomprensiblemente largo periodo de 165 millones de a?os (los humanos, por ejemplo, no llevamos aqu¨ª ni cuatro millones de a?os) -la disposici¨®n de dientes y mand¨ªbulas fue probablemente un factor clave de su ¨¦xito-, de c¨®mo viv¨ªan y se comportaban, y de c¨®mo pasaron a la historia.Antes, la principal teor¨ªa acerca de su desaparici¨®n se refer¨ªa a un cambio clim¨¢tico en todo el planeta; ahora es algo completamente ajeno a este mundo: hace 65 millones de a?os, un asteroide o un cometa se estrell¨® contra la Tierra y levant¨® un manto de polvo en todo el planeta. El sol se ocult¨® durante meses, matando casi toda la vegetaci¨®n y haciendo que los dinosaurios murieran de hambre. Los mam¨ªferos, que hab¨ªan perdido una oportunidad durante la ¨²ltima extinci¨®n en masa, 150 millones de a?os antes, se precipitaron a ocupar los huecos ecol¨®gicos repentinamente vacantes.
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