Una burgues¨ªa contra las cuerdas
Las diligencias del juez Estevill siembran el temor entre los industriales catalanes
Las detenciones de Manuel Carreras, vicepresidente de Benkers, y de Antonio Sagnier, consejero delegado de Privat Bank -puesto en libertad bajo fianza-, desparraman desconcierto y temor por las arterias de una clase empresarial cuyos esquemas anidan en el calvinismo industrial mucho m¨¢s que en los arrebatos financieros. Para los empresarios, la moral es un c¨®digo de acci¨®n. Las gestoras de patrimonios creadas por los grandes de la industria familiar no han sido inculpadas en el presunto fraude fiscal de 1.500 millones de pesetas que instruye el juez Llu¨ªs Pascual Estevill. Pero s¨ª algunos de sus ejecutivos. Y en manos del magistrado, la presunci¨®n es ya un castigo social.
El ¨²ltimo mazazo cay¨® en la tarde del pasado 16 de abril. Dos veh¨ªculos se cruzaron a la altura de la calle de Enten?a, en las inmediaciones de la c¨¢rcel Modelo de Barcelona. En uno de ellos viajaba hacia la libertad condicional Antonio Sagnier, financiero de impoluta imagen y elitista trayectoria -desempe?¨® cargos en el Santander y el Natwest-, actual consejero delegado del Privat Bank. El segundo transportaba hacia una celda a Manuel Carreras, vicepresidente de Benkers, una agencia de valores fundada por los grupos familiares Corominas y Soldevila, de larga y fecunda tradici¨®n en los sectores textil y financiero.Las diligencias abiertas por el magistrado Llu¨ªs Pascual Estevill en el presunto fraude fiscal de 1.500 millones de pesetas han sembrado la inquietud en los c¨ªrculos de la clase industrial "Algunos no duermen en casa, sin haber cometido ning¨²n delito", explica un empresario exportador. "Alguien ha decretado una especie de estado de excepci¨®n y ha sembrado un p¨¢nico inexplicable que tiene una ins¨®lita similitud con el clima que rode¨® al fraude a la Seguridad Social de principios de los a?os ochenta", secunda otro, blindado en el riguroso anonimato.
Sea como sea, Pascual Estevill, hoy juez del cuarto turno que hab¨ªa alcanzado notoriedad como civilista hace algunos a?os en el bufete del procurador Jos¨¦ Mar¨ªa Sicart, es el azote de la clase social en cuyas filas se encuentran algunos de sus antiguos clientes. Sobre su solitaria firmeza han reca¨ªdo los esc¨¢ndalos econ¨®micos de la Barcelona posol¨ªmpica: Macosa, Planasdemunt, Grupo Cor, Hotel Arts y hasta los ¨²ltimos coletazos del caso Prenafeta.
Las diligencias del titular del Juzgado de Instrucci¨®n numero 26 de Barcelona propulsan el desconcierto y suscitan la sorpresa procesal. El asunto Macosa estall¨® el pasado mes de octubre con el auto de prisi¨®n contra Eduardo Santos, ex presidente de la compa?¨ªa de material ferroviario y ex subsecretario del Ministerio de Industria. El inculpado soport¨® una orden de captura; pero cuando, poco despu¨¦s se present¨® a prestar declaraci¨®n, sali¨® con una fianza de 10 millones de pesetas.
En el caso del supuesto fraude fiscal de 1.500 millones de pesetas, la orden de detenci¨®n cay¨® con estr¨¦pito sobre Jos¨¦ Felipe Bertr¨¢n de Caralt, ex vicepresidente de Asland, albacea hist¨®rico de una de las familias con mayor tradici¨®n en la gran industria privada e impulsor de iniciativas empresariales como la refundaci¨®n democr¨¢tica del Fomento del Trabajo Nacional cuando en plena transici¨®n combati¨® el verticalismo del entonces presidente, Felix Gallardo, y actu¨® de propulsor en la ascensi¨®n de Carlos Ferrer Salat a la cima de la CEIDE. La figura del empresario ha estado vinculada a la creaci¨®n del C¨ªrculo de Empresarios de Madrid y al nacimiento, m¨¢s reciente, del Instituto de la Empresa Familiar. Dos d¨ªas despu¨¦s del auto judicial, que le inculpaba y ordenaba su detenci¨®n, Bertr¨¢n de Caralt declar¨® y sali¨® sin fianza.
Este mismo esc¨¢ndalo, en el que se investiga el supuesto blanqueo de dinero a trav¨¦s de cuentas con identidades falsas, ha implicado a Francisco Querol, al abogado Josep Maria Caminals, al financiero Jos¨¦ P¨¦rez Sala Valls Taberner y a Timoteo Ram¨ªrez, apoderado de una sociedad controlada por Bertr¨¢n de Caralt. Las investigaciones judiciales se han centrado tambi¨¦n en la antigua filial de un gran banco nacional que con posterioridad a los hechos de las supuestas imputaciones fue adquirida por un grupo italiano.
Quienes defienden al pol¨¦mico magistrado lo hacen con un ojo puesto en la fiscal¨ªa del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a, donde se realiz¨® la investigaci¨®n preliminar del presunto fraude fiscal concluido con la querella ahora instruida. Reconocen en las finanzas, cuya gram¨¢tica es el dinero, una ¨¦tica tan implacable como ambigua.
Detractores del juez
Los detractores de Pascual Estevill, en cambio, le imputan el aliento de "un modelo de justicia fatalmente sesgado por el origen humilde del juez, quien en sus tiempos de letrado amas¨¦ el patrimonio que le permiti¨® mantener un notable despacho privado, hoy inactivo, y desde el que dentro de pocos meses volver¨¢- a ejercer la abogac¨ªa", se?alan medios jur¨ªdicos.En los n¨²cleos de las entidades civiles que congregan al mundo econ¨®mico catal¨¢n -C¨ªrculo de Econom¨ªa y C¨ªrculo Ecuestre, entre otras- se palpa la indignaci¨®n producida al a?adir castigo social sobre lo que en alg¨²n caso han sido simples medidas cautelares. Mucho m¨¢s porque el freno a la codicia financiera representa una herencia hegem¨®nica en la cultura industrial aut¨®ctona, "la que tiene ra¨ªces reales en el tejido productivo", destaca otro industrial.
El fiscal jefe de Barcelona, Carlos Jim¨¦nez Villarejo, no deb¨ªa de tenerlo tan claro cuando, al inicio de la investigaci¨®n, relacion¨® a Benkers con las actividades efectuadas por Antonio Sagnier antes de desempe?ar el cargo de consejero en el Privat Bank. La inculpaci¨®n de este ¨²ltimo, relacionada con cuentas de identidades ficticias, fue iniciada por el Tribunal Superior como en el caso de Manuel Carreras.
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