La carencia de formaci¨®n

La formaci¨®n profesional se convierte en un aspecto fundamental pata incrementar la competitividad de las empresas, reducir los desequilibrios, macroecon¨®micos y cumplir adem¨¢s con las condiciones establecidas en Maastriclit a juicio del autor., En su criterio, como resultado de la falta de formaci¨®n profesional, se puede ver frenada la inversi¨®n extranjera, y la movilidad geogr¨¢fica, alterada.

La convergencia de Espa?a con los pa¨ªses comunitarios debe pasar por un crecimiento econ¨®mico sostenido, por la reducci¨®n de los desequilibrios macroecon¨®micos y por la competitividad de las empresas. A este respecto, es necesario reducir la tasa de desempleo, la inflaci¨®n, el d¨¦ficit p¨²blico y el de la balanza de pagos, as¨ª como incrementar la productividad y mejorar el dise?o y la calidad de los productos. La formaci¨®n profesional se convierte en un aspecto fundamental para incrementar- la competitividad de las empresas, reducir los desequilibrios macroecon¨®micos y cumplir adem¨¢s con las condiciones establecidas en Maastricht:

a) La reducci¨®n de la tasa de desempleo. Una formaci¨®n profesional correcta permitir¨¢ que los j¨®venes puedan incorporarse al mercado de trabajo, y que los trabajadores que pertenecen a la plantilla de las actuales empresas puedan permanecer en las mismas, y que los empleados que han perdido su puesto y necesitan adaptarse a una nueva categor¨ªa, o a los avances tecnol¨®gicos, puedan encontrar, con una mayor seguridad, un empleo.

As¨ª, la formaci¨®n profesional permitir¨¢ reducir la segmentaci¨®n del desempleo en raz¨®n del grupo de edad. La alta tasa de paro juvenil puede explicarse, en una gran parte, porque los niveles retributivos no se ajustan a la utilidad de los conocimientos aportados y las empresas, por un escaso margen de retribuci¨®n, prefieren a un empleado ya formado, y as¨ª no incurrir en el coste de reciclar a un joven sin experiencia. La demandada movilidad funcional, encorsetada actualmente por las ordenanzas laborales, no podr¨¢ ser efectiva si no se incrementa la formaci¨®n continua. Por otro lado, los altos costes reales de despido, por encima de los ya legalmente elevados, son provocados, en parte, por centrarse sobre aquella parte de la plantilla con alta antig¨¹edad y que, debido a su escasa formaci¨®n, no se ha adaptado a los cambios tecnol¨®gicos.

Como resultado de la falta de formaci¨®n profesional, se puede. ver frenada la inversi¨®n extranjera, y la movilidad geogr¨¢fica, alterada. As¨ª, un factor b¨¢sico para un flujo constante de inversi¨®n extranjera es contar con una mano de obra adecuada. Ante la inexistencia en determinadas zonas de trabajadores cualificados, han tenido que existir compromisos previos gubernamentales de formaci¨®n para asegurar la inversi¨®n. Igualmente, parece dificil explicar c¨®mo gran parte de la mano de obra de los sectores de hosteler¨ªa y construcci¨®n de Canarias ha tenido que trasladarse desde la Pen¨ªnsul¨¢, cuando la tasa de paro en esa comunidad es de las mayores del pa¨ªs.

b) Inflaci¨®n. La mayor cualificaci¨®n puede ayudar a reducir el incremento de los precios. Una parte relevante de los altos incrementos salariales registrados en la ¨²ltima d¨¦cada proviene de la escasez de determinados profesionales cualificados, que obliga a los gestores empresariales a una carrera por fichar a los empleados de alguno de sus competidores. Esta escasez es incluso m¨¢s dram¨¢tica en algunos niveles intermedios, y no est¨¢ acorde con la fuerte tasa nominal de desempleo.

Oferta y demanda

Si la oferta de trabajo se adecuara a la demanda, se moderar¨ªan los incrementos salariales desmesurados de determinadas categor¨ªas, provocados por la escasez de trabajadores cualificados. ?Es l¨®gico que se hayan pagado sueldos desproporcionados en determinados puestos de trabajo en la Expo de Sevilla y en los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, cuando a menos de treinta kil¨®metros de esas ciudades hab¨ªa bolsas de paro con j¨®venes o adultos sin cualificaci¨®n que, de existir una mejor formaci¨®n profesional, pod¨ªan haber desarrollado per fectamente esos trabajos?

Una poblaci¨®n afortunada adecuadamente supone menores recursos p¨²blicos para gastos en protecci¨®n al desempleo y servicios p¨²blicos de empleo. De esta forma, no habr¨¢ que dedicar una mayor financiaci¨®n para estos conceptos y, en consecuencia, no ser¨¢ necesario incrementar. la presi¨®n fiscal de los empresarios y trabajadores, con menores traslaciones a los precios, y se podr¨¢ producir una mayor generaci¨®n de puestos de trabajo.

Igualmente, una deficiente formaci¨®n profesional lleva aparejada una baja productividad en las empresas. As¨ª, los aumentos de las retribuciones reales de sus trabajadores dan lugar, si se trasladan a los precios de los productos, a una mayor inflaci¨®n.

c) Necesidades de financiaci¨®n p¨²blica. Un sistema de formaci¨®n profesional reglada, adecuado a las necesidades productivas, exigir¨¢ menos recursos p¨²blicos y privados. La disociaci¨®n educaci¨®n-trabajo durante d¨¦cadas ha provocado que las empresas tuvieran que volver a formar a los estudiantes incorporados al mundo productivo y, en consecuencia, duplicar con sus recursos lo ya gastado presupuestariamente. Los j¨®venes poseen conocimientos te¨®ricos, pero escasos conocimientos tecnol¨®gicos y productivos, con lo cual se ven incapacitados para cubrir adecuadamente un puesto de trabajo.

En segundo lugar, muchos desempleados adultos, al no estar reciclados adecuadamente, no encuentran trabajo en las empresas y terminan anclados de forma permanente en el subsidio de desempleo. Lo cual deriva en un aumento estructural de los gastos de protecci¨®n de desempleo y de los servicios p¨²blicos del Inem.

En tercer lugar la falta de cualificaci¨®n profesional puede provocar otros efectos negativos indirectos sobre las cuentas p¨²blicas y privadas, tales como mayores gastos sanitarios y p¨¦rdidas de producci¨®n motivadas por accidentes laborales, as¨ª como un e evado numero e pensiones por invalidez y de desembolsos por incapacidad laboral transitoria. Al final, todos estos gastos tendr¨¢n que ser financia dos por impuestos y cotizaciones de empresarios y trabajadores y por mayores recursos privados.

Por ¨²ltimo, hasta el momento los fondos p¨²blicos para formaci¨®n ocupacional, tanto los provenientes del Presupuesto del Estado como los del Fondo Social Europeo, no han sido aprovechados de la forma m¨¢s eficaz posible, al primar m¨¢s la cantidad que la calidad, y m¨¢s la realizaci¨® de los cursos en el Inem que en las empresas.

d) D¨¦ficit de la balanza de pagos. La adecuaci¨®n de la oferta a la demanda de trabajo mediante una mejora de la formaci¨®n profesional ayudar¨¢ al equilibrio de la balanza comercial, de servicios y de capital. Por un lado, un n¨²mero m¨¢s elevado de trabajadores m¨¢s cualificados permitir¨¢ una mayor productividad, lo cual supondr¨¢ menores precios y mejor calidad de los productos, facilitando su exportaci¨®n. Adem¨¢s, de esta manera,, se podr¨¢ hacer frente de forma m¨¢s eficaz a las importaciones de productos far¨¢neos. Por otro lado, la balanza de servicios -a trav¨¦s del turismo- permitir¨¢ un super¨¢vit m¨¢s elevado, dado que los gastos en formaci¨®n profesional derivar¨¢n -en el sector de hosteler¨ªa- en una relaci¨®n calidad/ precio m¨¢s razonable. Finalmente, la inversi¨®n extranjera -al contar con una mano de obra cualificada y adaptada al desarrollo tecnol¨®gico- podr¨¢ incrementarse, permitiendo compensar el desequilibrio de la balanza por cuenta corriente.

Generaci¨®n de empleo

En consecuencia, si se quiere incrementar la competitividad de las empresas y converger con Europa, en inflaci¨®n, d¨¦ficit p¨²blico, equilibrio en la balanza de pagos, y generar un mayor nivel de empleo, es necesario:

1. Incrementar los recursos dedicados a la formaci¨®n profesional, tanto, los, de car¨¢cter p¨²blico como privado. Actualmente, Espa?a dedica a este concepto una cantidad, en relaci¨®n al PIB, que es la mitad de los pa¨ªses de la OCDE. Asimismo, las empresas espa?olas, frente. al resto de las comunitarias, s¨®lo asignan a este cap¨ªtulo, en relaci¨®n a los costes laborales, una s¨¦ptima parte de lo que dedican sus hom¨®logas europeas.

2. Reestructurar los cursos de formaci¨®n ocupacional y desarrollar en las empresas las pr¨¢cticas de la formaci¨®n profesional reglada. Las c¨¢maras de comercio podr¨¢n desempe?ar, tal como sucede en otros pa¨ªses occidentales, a partir del convenio firmado recientemente con el Ministerio de, Educaci¨®n y Ciencia, un papel fundamental para el desarrollo y aplicaci¨®n pr¨¢ctica de este tipo de formaci¨®n.

Si se cumplen estas dos premisas, se podr¨¢ aumentar la productividad, permitiendo que el incremento de los salarios reales no, afecte negativamente a, la inflaci¨®n. Igualmente, se reducir¨¢ el paro friccional y, se mejorar¨¢ la competitividad de los productos espa?oles,, tanto en precio como en la calidad de los mismos, de forma que se in1crementar¨¢n las exportaciones y, en consecuencia, el empleo. Es indudable que la formacion profesional debe recuperar su protagonismo en la sociedad, el cual nunca debi¨® perder. La competitividad de las empresas as¨ª lo exige, y par a su consecuci¨®n es condici¨®n necesaria la, colaboraci¨®n de los poderes p¨²blicos, y de los interlocutores sociales.

es codirector del estudio La formaci¨®n profesional en el nuevo contexto europeo, que ha sido editado por el Consejo Superior de las C¨¢maras de Comercio.