La reforma electoral enfrent¨® a ex comunistas y democristianos
El nuevo Gobierno, de 24 carteras, con el que el banquero Carlo Azeglio Ciampi pareci¨® haber logrado el hito hist¨®rico en Italia de incorporar a cuatro ministros de origen comunista, naci¨® bajo el signo de la urgencia y con el sino de inevitables pol¨¦micas internas.,La que estall¨® ayer, entre un ministro democristiano y otro ex comunista, sobre la divisi¨®n de competencias ante la reforma de la ley electoral, retras¨¦ el juramento del Gobierno m¨¢s de una hora. En su primera conferencia de prensa, Ciampi asegur¨® que las reformas electoral y constitucional ser¨ªan la gran prioridad de su Gobierno y del Parlamento.
Fue Augusto Barbera, de 55 a?os, profesor de Derecho Pol¨ªtico en Bolonia, senador del Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS, ex comunista) y nuevo ministro de Relaciones con el Parlamento, quien ayer mismo por la ma?ana exigi¨® a Ciampi que le aclarara sus competencias sobre la reforma de la ley electoral antes de jurar.
Barbera, quien promovi¨® el refer¨¦ndum del 18 de abril junto al ex democristiano Mario Segni, era el exponente del sistema mayoritario en un Gabinete donde dominaba la tendencia contraria. El nuevo ministro para las Reformas Institucionales, el democristiano Leopoldo Elia, fue candidato a presidir el Gobierno y es un constitucionalista, propon¨ªa mantener el sistema proporcional al menos para el 40% de los diputados.
Rechazo inicial
No son claras las garant¨ªas que Ciampi y el presidente de la Rep¨²blica dieron a Barbera acerca de la mano que hubiera tenido en el asunto que le interesa. Este, el martes por la noche, hab¨ªa rechazado inicialmente la oferta de entrar en el Gobierno. Pero el caso es que Barbera jur¨¦, tras discutir 30 minutos a puerta cerrada con los jefes m¨¢ximos, mientras los dem¨¢s ministros esperaban. La ceremonia se retras¨¦ desde las 9 hasta las 10.15 horas.
M¨¢s que la pol¨ªtica econ¨®mica, la reforma de la ley electoral y la orientaci¨®n temporal del Gabinete han sido el centro de las luchas internas del el Gobierno de Ciampi, que el propio presidente Scalfaro ha definido como el "transbordador entre lo viejo y lo nuevo". Ayer, el transbordador se hundi¨® e Italia qued¨® sin perspectivas.
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