Triunfo a lo grande de Manolo Carri¨®n

El valenciano Manolo Carri¨®n ocupa desde ayer el trono de oro de los novilleros, adonde se encaram¨® a lo grande con un extraordinario toreo que enardeci¨® a la c¨¢tedra vente?a. Hizo honor a su cuna valenciana y no dispar¨® salvas en la m¨¢s importante cita, hasta ahora, de su carrera. Al contrar¨ªo, organiz¨® una aut¨¦ntica masclet¨¢ t¨¢urica de aroma mediterr¨¢neo, de brillante luz levantina, que le vali¨® salir en volandas por la puerta de la gloria con la corona novilleril sobre sus sienes y tres orejas guardadas con mimoso primor en su escri?o.La explosi¨®n del coletudo se produjo en el sobrero lidiado en quinto lugar, un galafate con seriedad de toro, de catadura pastue?a y nobil¨ªsima. Una golosina que exig¨ªa a gritos un torero con buen gusto y empaque, que no rompiese tan fino y delicado cristal; es decir, a Carri¨®n. El diestro lo recibi¨® con ver¨®nicas ganando terreno para cerrar la serie con la misma suerte en su versi¨®n desmayada, pura ambros¨ªa como las chicuelinas con las que galle¨® para conducirlo airosamente a la jurisdicci¨®n del varilarguero.

Con la fl¨¢mula construy¨® una faena muy propia de su paisano Ponce, quien parece haber creado escuela por los lares de Valencia. Con todas sus virtudes: doblones de alhel¨ª por bajo para sacar al burel a los medios, cadenciosos redondos ribeteados de sentimiento y abrochados con pases de pecho largos cual despedida de enamorados, sandungueros adornos, y pura est¨¦tica sorollesca en los inspirad¨ªsimos adornos finales. Tambi¨¦n alg¨²n defectillo: escaso manejo de la mano izquierda, aunque cuando lo hizo alumbr¨® belleza, y alg¨²n tibio alivio con el pico que no empa?an su indiscutible triunfo. Algo similar realiz¨® con el segundo, m¨¢s terciado y flojito, lo que fue causa de que el calibre de la faena rayara algo m¨¢s bajo. Eso s¨ª, rubric¨® ambas faenas con dos estoconazos a ley que aumentaron la algarab¨ªa del cotarro, ya puesto en pie y con las fibras sensibles enhiestas.

Sus compa?eros de terna, el salmantino Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez y el angole?o-portugu¨¦s Jos¨¦ Luis Gon?alves, apuntaron igualmente muy alto en un interesant¨ªsimo festejo de los que hacen afici¨®n y borran del triste recuerdo de tantas tardes pl¨²mbeas y mediocres. El primero roz¨® los goznes de la puerta so?ada, que si no atraves¨® fue por sus fallos con la tizona. Su concepci¨®n cl¨¢sica y antigua del toreo le llev¨® a hartarse de crear templados naturales, algo en desuso y que resucit¨® con tan infinita y transl¨²cida pureza que tambi¨¦n produjo escalofr¨ªos de conmoci¨®n. Mientas que el segundo apechug¨® con los dos bicornes m¨¢s tardos y extrajo arreboles sueltos de categor¨ªa.

Para encumbrar ya de forma inolvidable la magn¨ªfica tarde, los novilleros no se perdonaron ni un quite, compitiendo con variada galanura en los seis bureles, y con la tizona jam¨¢s se les fue la mano a las respectivas zah¨²rdas de los mismos.

La corrida de hoy

Esta tarde act¨²an El Madrile?o, Juan Carlos Garc¨ªa y V¨ªctor Puerto, con novillos de Juan Jos¨¦ Gonz¨¢lez, de Guillena (Sevilla).