Se apaga el espejismo del arte joven
Los creadores reunidos en Cuenca buscan resignados nuevas v¨ªas para dar a conocer su obra
Despu¨¦s de cuatro d¨ªas no hubo conclusiones ni manifiestos en los que aunar sus voces. Pero no pod¨ªa ser de otra manera. Los j¨®venes artistas espa?oles reunidos en Cuenca para estudiar su situaci¨®n han intercambiado experiencias, teor¨ªas, propuestas -a veces exabruptos-, conscientes de que viven un momento especialmente dificil para dar a conocer su obra y vivir de ella. El arte joven ya no est¨¢ de moda, y el periodo de vacas gordas de hace una d¨¦cada ha terminado.
Mario Mart¨ªn Crespo, madrile?o de 21 a?os, ha realizado una exposici¨®n individual y varias colectivas, el m¨ªnimo que los organizadores de La Situaci¨®n, el encuentro de j¨®venes artistas celebrado en Cuenca, exig¨ªa a los alrededor de 300 creadores pl¨¢sticos participantes. Lo mismo que para Mario Igualada, tambi¨¦n madrile?o de 21 a?os, lo importante es dar a conocer su obra. "No pinto pensando en el mercado", explica Mario Crespo, "si ese, viene, pues fant¨¢stico. Pero me parece un desprop¨®sito lo que ha ocurrido hasta hace muy poco, que con 20 a?os vend¨ªas los cuadros por kilos. Se nos trataba a los pintores como si fu¨¦ramos estrellas de rock y a todos se nos exig¨ªa la canci¨®n del verano. Ahora, en los noventa, ya s¨®lo se apuesta por lo seguro, y creo que eso es bueno para el arte, porque es jodido que los galeristas no se maten por exponernos o que no nos hagan cat¨¢logos fant¨¢sticos, pero es que es de idiotas decir que un t¨ªo es un genio cuando lleva pintando dos a?os. Tendr¨¢n que pasar 30 o 40 para saber si es importante lo que hace".?De qu¨¦ viven mientras llega el momento de la gloria? Porque, tal como reconocieron en Cuenca, el 90% de ingresos ajenos al arte. Tanto Mario Mart¨ªn Crespo como Alfredo Igualada trabajan temporalmente como camareros o aceptan hacer alguna escenograf¨ªa cuando se les acaba el dinero de lo que van vendiendo. Pintan y exponen permanentemente su obra junto a otros colegas en El Almac¨¦n de la Nave, un local pr¨®ximo al Manzanares que han alquilado y acondicionado entre todos y del que se muestran satisfechos.
Domingo S¨¢nchez Blanco, de 28 a?os, vive y trabaja en Salamanca. Casado y padre de dos hijos, es de los que opina que es absurdo que los artistas hablen de crisis porque la inmensa mayor¨ªa de ellos no se hab¨ªa beneficiado de nada hasta ahora. "?A qui¨¦nes se les han dedicado las grandes exposiciones? ?Qui¨¦nes han viajado al extranjero para mostrar su obra? ?Para quienes han sido las becas y ayudas importantes? Para un reducid¨ªsimo n¨²mero de artistas. Y siempre los mismos nombres. Lo ¨²nico que nosotros tenemos que hacer es nuestro trabajo, sin presiones, y poderlo exponer despu¨¦s".
Covadonga de la Vega, conquense de 29 a?os, una de las pocas mujeres asistentes al encuentro, pero m¨¢s ruidosa que la mayor¨ªa, y esc¨¦ptica como ninguno sobre el inter¨¦s de la reuni¨®n, confiesa que la mayor parte del tiempo vive de su padre. "Todos dicen aqu¨ª que no est¨¢n interesados en el mercado, les parece algo ordinario, pero es mentira. Discursean para comer la bola a la gente, porque lo que queremos todos es vender mucho y hacernos famosos. Como es dif¨ªcil, hay que sobrevivir. Y f¨ªjate c¨®mo son de ap¨¢ticos. He puesto un cartel ofreciendo ¨¦xtasis y prostituci¨®n y no ha habido ninguna respuesta".
Miguel Molina, valenciano de 33 a?os, integrante del colectivo art¨ªstico Laboratorio de Indagaci¨®n e Intervenci¨®n, tiene un planteamiento diferente de lo que debe ser el arte y de la salida que ha de tener. Su objetivo es hacer que las intervenciones art¨ªsticas est¨¦n ligadas a problemas del entorno m¨¢s inmediato: el paro, los accidentes, la especulaci¨®n. Su primera acci¨®n fue sobre los incendios que hace un a?o se produjeron en la provincia de Valencia. El grupo introdujo un trozo de bosque quemado en el Palau de la M¨²sica e invit¨® a la gente a repoblar parte de lo ya destrozado con 800 encinas. "Queremos desvincular el arte del endiosamiento en el que se le tiene. No nos importan nada los museos o las galer¨ªas. ?se es un mundo muerto y ajeno a nosotros. ?De qu¨¦ se puede vivir entendiendo as¨ª el arte? Pues de la familia, de la Cosa Nostra o de un amigo despistado".
Jorge Balboa Garnica, granadino que trabaja en Madrid, piensa tambi¨¦n que el arte de los noventa no puede estar pendiente de lo que las galer¨ªas quieran exponer. "No importa si malvivimos o no. Pasa lo mismo con otros trabajos. Si sacamos en claro que ¨¦ste es el momento de replantearnos todo en soledad, habr¨¢ sido un avance tremendo. Todo lo dem¨¢s es comerse el tarro y creer en los Reyes Magos".
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