El cocedero
Esta era la funci¨®n aplazada el pasado domingo por lluvia y se celebr¨® a mediod¨ªa de ayer, con un sol en lo alto, soberano, esplendoroso y abrasador. Despu¨¦s de una semana oculto por las nubes, ten¨ªa ganas de salir, y sali¨® despendolado. Aqu¨ª estoy yo, dijo el sol, y se puso a echar fuego, convirtiendo la Maestranza en un cocedero.Los que hab¨ªan pagado sombra tuvieron sol hasta hartarse.Hab¨ªa sol para dar y tomar. En su cenit el astro rey, las sombras ca¨ªan tan verticales que no se ve¨ªa sombra alguna en la plaza, salvo las que daban los propios toros, bajo su barrigota. El toro y su sombra. Corr¨ªa el toro, y entre las patitas galopantes corr¨ªa paralela su sombra.Es un decir, lo de correr y lo de galopar. Los toros, ni galopaban, ni corr¨ªan. Los toros, en realidad, no hac¨ªan nada, salvo buscar un colch¨®n. Los toros parec¨ªa como si hubieran estado tomando infusi¨®n de adorinidera. Vegetal vers¨¢til, la adormidera produce muchas satisfacciones, lo mismo en infusi¨®n que en ensalada, de guarnici¨®n o para ali?o.
Jandilla / Joselito, Ponce, Chamaco
Toros de Jandilla, justitos de presencia, sospechosos de pitones, muy flojos y aborregados. Joselito: estocada ca¨ªda (ovaci¨®n y salida a los medios); estocada trasera ladeada y rueda de peones (ovaci¨®n y salida a los medios). Enrique Ponce: pinchazo y media estocada ca¨ªda (silencio); bajonazo (palmas). Chamaco: bajonazo saliendo trompicado (ovaci¨®n y salida al tercio); estocada perpendicular delantera ca¨ªda descordando (silencio). Plaza de la Maestranza, 1 de mayo (mafiana). Corrida aplazada por lluvia e 25 de abril. Cerca del lleno.
Salieron picadores porque la tradici¨®n as¨ª lo manda, pero igual habr¨ªa dado que saliera el Tr¨ªo Calaveras a cantarles a los toros una ranchera. Quiz¨¢ mejor. Una rancherita rom¨¢ntica,un corridito vibrante, un jijeo gracioso -?Aj¨¦!, ?aj¨²!, ¨²¨ªa!, ?ea! todo el mundo en la plaza, y vengan palmas- hubiese dado una cierta alegr¨ªa a la fiesta.
Mientras el sol ca¨ªa de plano torrando los rostros de los aficionados, a¨²n p¨¢lidos de la invernada y las torrenciales lluvias, los banderilleros prend¨ªan palos como si los lomos de los toros fueran sacos; sonaba el clar¨ªn, lastimero; el matador se pon¨ªa a pegar pases, unas veces al saco, otras al aire caliente del mediod¨ªa.
El primer toro de Ponce se rompi¨® un cuerno por la cepa al derrotar contra un burladero. Es el segundo toro que pierde un cuerno en dos d¨ªas consecutivos, y no ser¨¢ el ¨²ltimo. Los subalternos tienen el vicio de asomar el capote por la boca del burladero, para provocar el encontronazodel toro contra la madera y su consecuente atontamiento.
Enrique Ponce quiso torear de muleta al toro sin cuerno, con toda la cara. El p¨²blico se lo quer¨ªa impedir, desisti¨® al o¨ªr las protestas y se march¨® a por la espada, pero al regreso intent¨® pegar pas es otra vez. Antiguamen te, bastaba que el p¨²blico protes tara un toro por su trap¨ªo, para que el matador se apresurara a matarlo. Modernamente, basta que el p¨²blico proteste un toro por lo que sea para que el matador lo muela a derechazos, y como siempre pica alguien, y corea ol¨¦s, y aplaude, lo m¨¢s probable es que esa faena acabe en triunfo. Lo de torear un toro sin cuerno ya lo hizo Manzanares hace no tanto, lo repiti¨® el viernes por la tarde Litri y el s¨¢bado a mediod¨ªa pretend¨ªa Enrique Ponce consolidar por su propiacuenta esta version novisima de la tauromaquia.
La tauromaquia del toro sin cuerno es derivaci¨®n l¨®gica de la tauromaquia del toro fofo, tullido, sin embestida, del toro sin toro. Joselito, que es diestro forjado en otras tauromaquias m¨¢s plenas y severas, dio unos pases aburridos a los borreguitos. Ponce instrument¨® media docena de finos derechazos al que ten¨ªa dos cuernos, dio cuatro naturales con la muleta mal cogida y peor manejada, y se acabaron ah¨ª el toro y la finura. Chamaco prodig¨® pases de pie o de rodillas, sin garra ni emoci¨®n. Y para ver eso, hubo de. permanecer el p¨²blico dos horas largas coci¨¦ndose al sol. La medalla al m¨¦rito taurino debieron imponer a cada aficionado. Eso, o darles de comer, ya que se iban a pasar el d¨ªa entero en la Maestranza.
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