Parches para un paisaje desolador
Las competencias dispersas y descoordinadas sobre Medio Ambiente deben dar paso a una nueva Administraci¨®n ecol¨®gica
Dos grupos ecologistas paralizan a finales de abril las obras del trasvase de Picadas a Valmayor (Madrid) encaden¨¢ndose a las m¨¢quinas. La conservaci¨®n del medio ambiente generar¨¢ en Espa?a durante tres a?os un volumen de negocios de m¨¢s de 1,5 billones de pesetas, seg¨²n el Ministerio de Obras P¨²blicas y Transportes. Todo es ecolog¨ªa. La avalancha diaria de noticias constituye, para unos, la moda verde; para otros, un aut¨¦ntico y creciente inter¨¦s de la sociedad por la protecci¨®n del medio ambiente.En cualquier caso, la ecolog¨ªa lo impregna todo cada vez con m¨¢s fuerza: econom¨ªa, agricultura, industria, turismo, pol¨ªtica nacional e internacional, consumo, educaci¨®n, sanidad... Y seg¨²n todos los expertos consultados, necesita un planteamiento m¨¢s serio desde la Administraci¨®n espa?ola y no los parches de los ¨²ltimos a?os o el mero seguimiento de las directivas de la CE.
Por si alguien necesita meter el dedo en la llaga para convencerse de la magnitud del asunto, aqu¨ª algunos titulares: la Administraci¨®n espa?ola dedica el 1% del PIB a la defensa del medio ambiente. Actualmente se invierten en el mundo unos 23 billones de pesetas anuales en el control de la contaminaci¨®n. En la Cumbre de R¨ªo, en junio de 1992, se reunieron m¨¢s de cien gobernantes del mundo para hablar de medio ambiente y desarrollo. La producci¨®n forestal europea pierde tres billones de pesetas al a?o por la contaminaci¨®n de los, bosques. Las empresas espa?olas deber¨¢n invertir 26.000 millones de pesetas en reducir un 15% su volumen de residuos durante este a?o...
Visto as¨ª, nadie entender¨ªa que el medio ambiente fuese considerado una guinda o un adorno; m¨¢xime cuando es un campo que en la mayor¨ªa de los casos sobrepasa las fronteras nacionales. Sin embargo, todos los expertos consultados, de las m¨¢s diversas ¨¢reas, coinciden en se?alar que Espa?a sigue sin tener una pol¨ªtica ambiental -un planteamiento global de todos esos problemas-; que todo se mueve por acciones descoordinadas entre las diferentes Administraciones, parches o directamente operaciones de imagen.
Alberto Pardo, asesor de educaci¨®n ambiental en el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, opina as¨ª: "El medio ambiente es algo a lo que todos quieren engancharse ¨²ltimamente; y mucho me temo que hasta la ecolog¨ªa se contamine, y sobre todo en ¨¦poca electoral. Adem¨¢s, falta mucha profesionalidad entre quienes tratan este asunto en la Administraci¨®n".
Los principales problemas que tiene planteados Espa?a actualmente son la p¨¦rdida de suelo f¨¦rtil -con el duro agravante de los incendios forestales- (un 13% del territorio espa?ol corre el riesgo de llegar a la total desertificaci¨®n en los pr¨®ximos a?os) y la contaminaci¨®n de las aguas -a la que se une el mazazo, ya habitual, de la sequ¨ªa, que debilita a¨²n m¨¢s los recursos h¨ªdricos- (s¨®lo el 11% de los cursos de agua en zonas pobladas se encuentra en estado natural).
Y baste un dato para dar una idea de hacia d¨®nde vamos: el porcentaje de ¨¢rboles da?ados por la lluvia ¨¢cida provocada principalmente por las emisiones de azufre de industrias, centrales t¨¦rmicas y autom¨®viles. En 1992 fueron un 12,3%; en 1991, un 7,3%, y en 1990, un 3,7%. La tasa ha vuelto al mismo nivel que en 1987 y se acerca a la media de la CE, entre el 16% y el 18%.
Artemio Precioso, economista de 75 a?os, uno de los padres del ecologismo en Espa?a, es tajante: "Espa?a, como Estado, no tiene una pol¨ªtica ambiental, aunque se han hecho algunas cosas buenas, como la moratoria nuclear y la Ley de Aguas de 1985. El PSOE, en su programa electoral de 1982, propon¨ªa una ley de protecci¨®n del medio ambiente. Y hasta ahora. El Plan Hidrol¨®gico Nacional est¨¢ hecho por ingenieros de caminos sin ninguna sensibilidad con el medio ambiente. Los ciudadanos han avanzado mucho m¨¢s que la Administraci¨®n; ah¨ª est¨¢ el funesto Instituto para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (Icona), un organismo anacr¨®nico y desarrollista".
Artemio Precioso considera que la Comunidad Europea s¨ª tiene una pol¨ªtica ambiental. De la CE, de sus programas, directivas y fondos, proceden precisamente algunos de los principales logros: el comienzo del programa de reforestaci¨®n con especies aut¨®ctonas de cultivos abandonados o el plan para recuperar las tablas de Daimiel (Ciudad Real), dotado con m¨¢s de 12.000 millones de pesetas.
La mayor¨ªa de los que andan metidos en reivindicaciones ecologistas piensan que es un error que la Secretar¨ªa de Estado del Agua y Medio Ambiente dependa del Ministerio de Obras P¨²blicas y Transportes, promotor, seg¨²n ellos, de grandes desaguisados y perjuicios para el ecosistema, como muchos embalses. Contra el Plan Hidrol¨®gico han arremetido todos los grupos eco-
-logistas por considerar una "salvajada" la construcci¨®n de m¨¢s de 100 nuevos embalses.
Rafael Luengo, secretario de la Comisi¨®n de Medio Ambiente de la CEIOE, se?ala: "Los empresarios saben que el medio ambiente es un reto ineludible, que de nada. sirve esconder la cabeza bajo el ala. Pero a la Administraci¨®n hay que pedirle ayudas financieras en esta reconversi¨®n industrial; y tiempo, plazos. No se puede pretender cambiarlo todo en dos d¨ªas. Adem¨¢s, y es algo muy urgente, las empresas necesitan unas infraestructuras para el tratamiento de los residuos industriales y que haya coordinaci¨®n entre la Administraci¨®n central y las auton¨®micas sobre lo que quieren. Faltan criterios claros". La prohibici¨®n, el oto?o pasado, por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha de la incineradora de residuos industriales de Almad¨¦n (Ciudad Real), cuando el Gobierno cen tral la daba pr¨¢cticamente por hecha, y los fracasos en los programas de recuperaci¨®n de pilas y papel son dos ejemplos de esa falta de coordinaci¨®n.
Para Ladislao Mart¨ªnez, portavoz de la Asociaci¨®n Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat), "los ciudadanos son semiv¨ªctimas y semic¨®mplices del problema ambiental; no acaban de darse cuenta de la magnitud de sus agresiones al medio ambiente, pero algo les suena; tienen mala conciencia y establecen peque?os compromisos. El movimiento ecologista espa?ol es demasiado autocomplaciente; ha perdido la modestia y a veces da patinazos importantes. Debe exigirse m¨¢s".
Juan L¨®pez de Uralde, portavoz de Greenpeace, que cuenta con m¨¢s de 60.000 socios en Espa?a, se muestra realista y pr¨¢ctico, quiz¨¢ para contradecir a quienes acusan a estas asociaciones de ut¨®picas: "Espa?a est¨¢ perdiendo el tren de una nueva modernizaci¨®n industrial".
Un detalle que conviene recordar a los pol¨ªticos: el pasado mes de diciembre, s¨®lo 30 diputados asistieron al primer debate en el Parlamento sobre la situaci¨®n del medio ambiente en Espa?a.
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