Faltan cursillos de alegr¨ªa

ANTONIO LORCA, La mayor¨ªa de los novilleros necesita un cursillo de alegr¨ªa. Algunos, un master. Y otros, ni con sesudas sesiones de estudio conseguir¨ªan aprender c¨®mo se levanta una tarde que se despe?a por el aburrimiento. Muchos creen que con el gusto basta, que con la postura es suficiente, y la confunden con el arte.

Ser¨¢ dificil encontrar una terna con m¨¢s gusto que la que hizo el pase¨ªllo en La Maestranza. Y ser¨¢ casi imposible encontrar una terna m¨¢s aburrida, desangelada y vencida. Los chavales son v¨ªctimas del desenfreno de sus mentores: exigen una novillada justa de presencia, abrochadita de pitones, con cara de buena gente. Y se la dan. Cuando sale el novillo, resulta que es un santo var¨®n de los de ahora, tan noble y flojo que da l¨¢stima. M¨¢s que un novillo, parece un merengue. Y, claro, pasa lo que pasa: ?A qui¨¦n le emociona ver c¨®mo otro se come un merengue? Hay que ser un artista consumado para crear arte en tales circunstancias. Si s¨®lo se tiene gusto, se puede llegar a aburrir a las ovejas.

Los tres novilleros llegaron a la Maestranza con la lecci¨®n aprendida del gusto, y salieron con el lastre del aburrimiento sobre sus espaldas. Los Torrestrella eran sosos, como ellos quieren, blandos, suficientes para el triunfo de quienes pretenden tomar el cetro del arte. Pero no fue posible. Los tres fracasaron.

Javier Conde debutaba tras una fulgurante y exitosa carrera de novillero artista. Le toc¨® el mejor lote y estuvo peor que ninguno. Una buena ver¨®nica, un adorno, un natural, sin ligaz¨®n, sin convicci¨®n, con frialdad y soser¨ªa. Muy por debajo de su primero, se afligi¨® en el sexto.

Joaqu¨ªn D¨ªaz lleva varios a?os apuntando, pero no dispara. Sigue siendo una esperanza a pesar de sus esfuerzos por demostrar que le puede la apat¨ªa. Un torero de gusto que, cuando se ha gustado, no sabe qu¨¦ hacer. El debutante Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez se llev¨® lo peor del encierro. Ejecut¨® un toreo fino con el capote y vertical con la muleta. Va para torero listo: dio una vuelta por su cuenta.