"EE UU y la CE obligar¨¢n a Japon a firmar el GATT"
Fustraci¨®n es la palabra que mejor resume el estado de la Ronda Uruguay de negociaciones del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio), destinada a liberalizar el comercio mundial, y estancada desde hace seis a?os. Andrew Stoler piensa exactamente lo contrario. Stoler, adjunto al jefe de la delegaci¨®n estadounidense ante el GATT, se encarga de coordinar diariamente la postura de EE UU ante este organismo, y piensa que las negociaciones ni est¨¢n estancadas ni han agotado ning¨²n plazo. Durante una reciente estancia en Madrid, Stoler afirm¨®, en una conversaci¨®n con EL PA?S, que la Ronda Uruguay se cerrar¨¢ antes de 1994, tras superar el ¨²ltimo obst¨¢culo: Jap¨®n.
Durante toda laentrevista, Andrew Stoler apenas puede ocultar la sorpresa que le produce el escepticismo generalizado sobre las posibilidades de concluir con ¨¦xito la Ronda Uruguay.
Pregunta. ?Qu¨¦ le dir¨ªa a alguien que sostuviese que la Ronda Uruguay del GATT est¨¢ definitivamente muerta?
Respuesta. Yo dir¨ªa que la gente que sostiene eso no est¨¢ bien informada. En este momento hay entre un 80% y un 90% que ya est¨¢ terminado, y que no hay que renegociar. Estamos s¨®lo en un periodo de pausa, por el que ya atravesamos hace dos afios. No es algo que me preocupe. Acabaremos este a?o.
P. ?Este a?o? Si han necesitado 6 a?os para llegar hasta aqu¨ª, ?c¨®mo podr¨¢n resolver el embrollo en unos pocos meses y con el verano de por medio?
R. Lo que queda por resolver es s¨®lo elaborar lo que ya se ha discutido, m¨¢s que volver a empezar a partir de un borrador.
P. ?Cu¨¢l es el plazo fijado por el Congreso estadounidense para finalizar las negociaciones?
R. La legislaci¨®n que la Administraci¨®n ha enviado al Congreso nos exigir¨ªa finalizar la negociaci¨®n antes del 15 de diciembre de 1993.
P. ?Hay que entender este plazo como un signo de buena voluntad o como una amenaza?
P. Yo creo que como signo de buena voluntad. De hecho, muchos de los pa¨ªses participantes nos rogaron que no pidi¨¦semos una extensi¨®n de la autorizaci¨®n demasiado larga porque tem¨ªan que eso acabar¨ªa matando las negociaciones. De cualquier modo, fin de a?o es una buena fecha l¨ªmite porque nadie quiere pasarse las navidades negociando.
P. ?Y qu¨¦ pasar¨¢ si de cualquier modo no se cierran las negociaciones?
R. Si no alcanzamos un acuerdo antes del 15 de diciembre, pienso que la Ronda Uruaguay estar¨ªa realmente muerta, porque no creo que el Congreso autorizase a la Administraci¨®n estadounidense a seguir negociando. ?se es un punto que hemos especificado al Congreso para conseguir la autorizaci¨®n, al decir que pensamos que es la ¨²ltima extensi¨®n que necesitamos.
P. Es decir, que s¨ª que hay que entenderlo como una amenaza: 0 se firma antes o se acab¨®.
R. No, no es una amenaza. Incluso una delegaci¨®n como la uruguaya le dir¨¢ que hace un a?o ya pensaban que, o se acaba de una vez, o pronto las negociaciones ser¨¢n ya irrelevantes para el comercio mundial. Algunas de las disposiciones que estamos negociando ahora ya estaban m¨¢s o menos claras en 1983. Si no somos capaces de un esfuerzo ahora para concluir, nos tendremos que preguntar si el conjunto puede funcionar alguna vez o no.
P. ?Qu¨¦ est¨¢ dispuesto EE UU a sacrificar para lograr un acuerdo?
R. Nosotros ya hemos demostrado que estamos dispuestos a aceptar sacrificios. Por ejemplo, el fin de las restricciones para la importaci¨®n de productos textiles, que son parte del paquete negociado. La industria textil estadounidense ve esto como una conces¨ª¨®n muy importante.
P. ?Y la CE?
R. Yo no pienso que la CE tenga que realizar sacrificios adicionales. La mayor¨ªa ya est¨¢n pactados. Quiz¨¢ tengamos algunas dificultades importantes en ¨¢reas en las que nos gustar¨ªa ver concesiones adicionales. Puedo citar un par (le ellas. Estamos insatisfechos con las restricciones en la CE a servicios audiovisuales, pel¨ªculas, radiodifusi¨®n. Ese tipo de restricciones afectan a nuestros productores cinematogr¨¢ficos y televisivos. Muchos europeos podr¨ªan ver el actual acuerdo sobre agricultura como una gran concesi¨®n europea, pero de hecho, como le he comentado a un grupo de empresarios y de gente pr¨®xima al Gobierno espa?ol, mucho de lo acordado en el paquete agr¨ªcola con EE UU ya estaba decidido como consecuencia de la reforma de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n.
P. ?Se muestra Jap¨®n suficientemente cooperativo en la Ronda Uruguay?
R. Claramente no. Una de las quejas tanto de parte de EE UU como de la CE es que mientras nosotros estamos intentando llevar adelante las negociaciones, los japoneses, que quiz¨¢ son los que m¨¢s se juegan, act¨²an como si no fuese con ellos. Los japoneses no se comprometen con la liberalizaci¨®n. Su posici¨®n m¨¢s conocida -las restricciones a importaciones de arroz- es criminal. Es inaceptable que un pa¨ªs con unos intereses industriales gigantescos y con un n¨²mero relativamente peque?o de agricultores no deje entrar ni un s¨®lo grano de arroz. Eso es un buen. ejemplo. En sectores industriales, los japoneses tambi¨¦n son reluctantes a la hora de abrir sus mercados. Simplemente no quieren hacer concesiones.
P. ?Y cree de verdad que todo eso va a cambiar en lo poco que queda hasta diciembre?
R. Creo que tendr¨¢n que hacer concesiones. EE UU y la CE obligar¨¢n a Jap¨®n a firmar el GATT. Y si no lo hacen, intentaremos reducir los beneficios que de otra manera obtendr¨ªan si se llega a un acuerdo.
P. ?Y c¨®mo piensa obligarles? R. Crearemos una nueva organizaci¨®n en lugar del GATT, lo que denominamos Organizaci¨®n de Comercio Multilateral, que tendr¨¢ estatutos diferenciados. La idea es que se aceptan en su conjunto o se rechazan. As¨ª que crear¨ªamos una situaci¨®n en la que si Jap¨®n quiere alguno de los beneficios del nuevo sistema, tendr¨¢ que hacer algunas de las concesiones que queremos que haga. Y si consideran imposible ceder, se encontrar¨ªan fuera del sistema.
P. Por la actividad del representante de comercio estadounidense, Mickey Kantor, se dir¨ªa que EE UU prefiere ¨²ltimamente los pactos a dos que las negociaciones multilaterales.
R. Las negociaciones entre EE UU y la CE no son negociaciones bilaterales. Son el primer paso de una negociaci¨®n multilateral. La discusi¨®n sobre el acceso a mercados p¨²blicos de las ¨²ltimas semanas es el n¨²cleo de un pacto multilateral.
P. ?No puede imaginar que en el siglo XXI haya m¨¢s bien tres grandes bloques comerciales funcionando, EE UU, CE, y Jap¨®n, en lugar de un mundo bajo la ¨¦gida del GATT?
R. Probablemente se negociar¨¢n m¨¢s acuerdos comerciales, pero creo que ser¨¢n lo que podr¨ªamos llamar pr¨®ximos al GA TT. Es decir, que de alg¨²n modo lo complementan. No creo que se llegue a ning¨²n tipo de pacto que signifique un alejamiento de lo que se haya pactado ya en el GATT.
P. Pero a¨²n no se ha llegado a un pacto. ?Tan complicado es?
R. El contexto pol¨ªtico no era el adecuado. Durante muchos meses en 1992, su vecino del norte [Francia] no tuvo ning¨²n inter¨¦s por razones pol¨ªticas. Y consiguieron convencer al se?or Delors, entre otros, de que no era conveniente para Francia alcanzar un acuerdo en ese sentido. Pero las cifras son tan importantes que nadie asumir¨¢ la responsabilidad de no llegar a un acuerdo. En los primeros diez a?os de aplicaci¨®n de] tratado, el PIB mundial se incrementar¨¢ en 5,3 billones de d¨®lares adicionales (unos 650 billones de pesetas), de los cuales 1,4 en la CE y 107.000 millones de d¨®lares (13 billones de pesetas) en Espa?a.
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