Encadenados en el subsidio
Todos los partidos pol¨ªticos plantean laref¨®rma del Inem ante su incapacidad para proporcionar empleo
"La gente olvida pronto. Pero uno de los cinco puntos que provocaron la huelga general del 14D en 1988 fue la exigencia de que el 48% de los parados tuviera subsidio de desempleo, tal como se hab¨ªa pactado a?os atr¨¢s en el Acuerdo Econ¨®mico y Social", recuerda Juli¨¢n Ariza. "En aquel momento, s¨®lo percib¨ªan subsidio el 40% de los desempleados", a?ade. "Pues bien, hoy la cobertura se ha doblado y alcanza al 80% de los parados inscritos en el Inem". Un nivel de protecci¨®n que hace a?os nadie se hubiera atrevido a reclamar. Tampoco nadie se hubiera imaginado que lo! desempleados superaran ampliamente los tres millones.Hoy en Espa?a hay m¨¢s de 1,6 millones de parados que perciben prestaciones o subvenciones del Estado. S¨®lo este elevado nivel de protecci¨®n p¨²blica y la red de seguridad que supone la familia explica que la alta tasa de desempleo no desemboque en una grave confrontaci¨®n social.
Sin embargo, el actual sistema de protecci¨®n, aunque proporciona una estimable seguridad, es seriamente criticado por muchos estudiosos del mercado de trabajo. A pesar del recorte de las prestaciones del a?o pasado, al PSOE le cabe el m¨¦rito de haber asegurado un nivel de seguridad a los desempleados como jam¨¢s hab¨ªan disfrutado. En materia de desempleo se reconoce que el PSOE ha repartido muchos peces, pero se le censura que no ha ense?ado a pescar.
La inc¨®gnita m¨¢s importante del actual modelo es saber si el Estado ser¨¢ capaz de mantener el elevado nivel del gasto del desempleo pr¨®ximo a los dos billones de pesetas anuales, y si el empleo de estos recursos no puede tener a veces efectos perversos en el mercado de trabajo.
Dualizaci¨®n
El economista Julio Segura ha se?alado el peligro de que se pueda producir "una dualizaci¨®n de la fuerza del trabajo entre un 70% con contratos estables y un 30% abocados a alternar indefinidamente periodos de empleo con periodos de paro subsidiado, con escasas posibilidades de mejorar su formaci¨®n y calificaci¨®n". En el informe Factores configuradores comunitarios despu¨¦s de 1992 advierte que con el actual sistema de contratos temporales y subsidios "se da la situaci¨®n parad¨®jica de que cuanto m¨¢s empleo se crea mayores son los pagos por desempleo derivados tanto de una creciente tasa de cobertura como del fuerte ritmo de rotaci¨®n de la mano de obra derivada de los contratos temporales y de los beneficios que llevan aparejados".
El economista Juan Francisco Jimeno es m¨¢s cr¨ªtico a¨²n con el sistema actual. "Tenemos un sistema que parece que est¨¢ inventando parados. Lo primero que hay que hacer es desligar el subsidio de paro del mercado de trabajo. Si una persona, una familia no tiene recursos, lo l¨®gico es que el Estado la ayude. Pero no porque haya estado trabajando tanto o cuanto tiempo, sino porque lo necesita. Lo que es demencial es que haya contratos temporales ligados al seguro de desempleo. Ello conduce a que la gente trabaje un tiempo determinado pensando que luego tiene un derecho a un periodo de subsidio".
Hablar del fracaso del Inem no es noticia. Todos los partidos pol¨ªticos, incluido el PSOE, plantean su reforma o radical transformaci¨®n. Su incapacidad para proporcionar empleo y recolocar a las personas ha sido absoluta. Todos los testimonios recogidos por este diario son del tono del ofrecido por Natalia Hern¨¢ndez, 27 a?os, estudiante:
"Llevo muchos a?os inscrita en el Inem y jam¨¢s me llamaron".
El ejemplo que mejor simboliza este fracaso es el de las asambleas de parados del Pa¨ªs Vasco. Estas agrupaciones, que nacieron espont¨¢neamente acuciadas por la necesidad, aseguran que han colocado a m¨¢s de 3.000 personas en los ¨²ltimos 10 a?os.
Ricardo Gonz¨¢lez, de 26 a?os, trabajador de la construcci¨®n en Barakaldo, explica c¨®mo act¨²an: "Cuando tenemos noticia de que se crea una nueva empresa, nos dirigimos r¨¢pidamente a los gerentes, a los promotores, explicamos nuestra situaci¨®n. les decimos que somos los parados del pueblo y exigimos que contraten a algunos. En lo que va de a?o hemos colocado un centenar. Ahora llevo m¨¢s de tres meses sin trabajo, pero al final siempre encuentras".
Andr¨¦s, de 36 a?os, compa?ero suyo que no quiere dar el nombre, es menos optimista: "Hace dos a?os se me termin¨® el subsidio. Vivo de lo que viven los parados. De las instituciones, de las ayudas a los pobres, de los padres. Aqu¨ª hay gente que lleva nueve a?os sin encontrar nada porque a los mayores los cogen
menos. Intentamos alcanzar acuerdos mutuos con los constructores; bueno, a veces no son' tan mutuos, pero nuestra voluntad es de di¨¢logo".
Las dudas que a veces se suscitan sobre si hay o no 3.300.000 parados -que es la cifra de la Encuesta sobre Poblaci¨®n Activa (EPA)-, "porque si los hubiera no se podr¨ªa andar por la calle", quedan despejadas cuando se tiene en cuenta este elevado nivel de protecci¨®n. La mayor¨ªa de expertos dan por buenas las cifras de la EPA, pero advierten que la situaci¨®n personal y las necesidades de los parados son muy distintas.
El ministro de Trabajo, Luis Mart¨ªnez Noval, recordaba recientemente que del conjunto de parados., el n¨²mero de familias en las que el parado era cabeza de familia, era de 640.000. De estas familias, unas 264.000 -la mayor¨ªa de ellas personas solas- no perciben ning¨²n tipo de ingresos, ni salarios, ni pensi¨®n, ni subvenci¨®n. Este colectivo es precisamente el que se encuentra en una situaci¨®n l¨ªmite, y aunque s¨®lo representa el 8% de los desempleados, en estos asuntos, para la medida de la frustraci¨®n y la angustia de los afectados, las cifras son poco ¨²ltiles para explicar la gravedad del problema.
La EPA se basa en una encuesta -es el sistema que se emplea en otros pa¨ªses- que trimestralinente se hace a 60.000 familias y recoge la opini¨®n de las personas, que expresan su opini¨®n sobre su situaci¨®n laboral. Recoge as¨ª situaciones muy diversas: desde estudiantes que terminan sus estudios a trabajadores que han perdido su empleo y temen no volver a tener otro.
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