Cinco turcos, entre ellos dos ni?as, mueren en un incendio intencionado en la ciudad alemana de Solingen
La bestia racista resurgi¨® ayer en Alemania de su semiletargo invernal y seg¨® las vidas de cinco personas, entre ellas dos ni?as de cuatro y nueve a?os. Un beb¨¦ de seis meses y un ni?o de tres a?os luchaban por su vida en el hospital. Una vieja casa de Solingen, en el valle del Ruhr, ardi¨® ayer de madrugada atrapando en su interior a los 20 miembros de una familia turca. Todos los indicios apuntan a que fue un incendio provocado por un grupo neonazi, muy activo en esta zona en la que viven numerosos extranjeros. Durante las ¨²ltimas semanas, explicaban ayer varios vecinos del lugar, se produjeron numerosos atentados menores contra casas y propiedades de turcos, incluida la mezquita.
La Fiscal¨ªa Federal, al igual que sucedi¨® en diciembre pasado, cuando en la localidad de M?lln otras cuatro mujeres, tambi¨¦n turcas, murieron abrasadas, asumi¨® inmediatamente el caso, confirmando los indicios de que se trata de la obra de un grupo neonazi. "Dado qu¨¦ la casa estaba habitada exclusivamente por extranjeros, la motivaci¨®n racista no puede excluirse, especialmente si no hay otros motivos", se limit¨® a decir un portavoz de la Fiscal¨ªa. El Gobierno alem¨¢n ofreci¨® ayer una recompensa de casi ocho millones de pesetas a quien ofrezca una pista que permita detener a los responsablesEn Solingen, nadie duda de que han sido los neonazis. Varios testigos aseguran haber visto, en torno a la media noche, a varios individuos vestidos a la usanza de estos grupos en las inmediaciones de la vivienda siniestrada. Pese a que no ha habido, por el momento, ninguna reivindicaci¨®n del atentado, a unos 20 metros del lugar, en un jard¨ªn de infancia, pod¨ªa a¨²n verse una cruz gamada dibujada en el suelo. En las ¨²ltimas semanas, explicaban ayer varios miembros de la comunidad turca, se han venido produciendo ataques sistem¨¢ticos contra sus casas, sus negocios o sus propiedades, que culminaron con el incendio de la mezquita y el Centro Cultural Turco.
El fuego, seg¨²n indic¨® la polic¨ªa, se inici¨® a la 1,42 de la madrugada y fue provocado por una explosi¨®n en la puerta principal de la casa. La antig¨¹edad de la estructura de madera hizo que las llamas prendieran r¨¢pidamente. Los vecinos acusan a la polic¨ªa y los bomberos de haber tardado hasta una hora en llegar. Los bomberos insist¨ªan ayer que estaban all¨ª cinco minutos despu¨¦s de haber sido avisados, pero la polic¨ªa matizaba que en aquellos momentos recibieron hasta 30 llamadas de urgencia.
Dos mujeres de 26 y 18 a?os y dos ni?as de 9 y 4 a?os murieron atrapadas en el interior. Otra mujer, cuya edad no ha sido a¨²n dada a conocer, falleci¨® en el hospital. Seg¨²n un vecino, una de las v¨ªctimas muri¨® al tirarse por la ventana. Otros recordaban con horror como se hab¨ªan despertado al o¨ªr los "gritos desgarradores" y el crepitar de las llamas e insist¨ªan en lo excelentes que eran las relaciones entre turcos y alemanes en el barrio.
"Horror y verg¨¹enza"
A mediod¨ªa de ayer, frente a los restos de esta casa de tres pisos, un millar de personas se manifest¨® espont¨¢neamente. El joven turco que la encabezaba portaba una pancarta que dec¨ªa: "Nuestra pena es grande, nosotros tambi¨¦n somos de Solingen". En Berl¨ªn, unas 4.000 personas, entre ellos, muchos miembros de la comunidad turca, marcharon por el centro de la ciudad en se?al de duelo.
El presidente de Renania del Norte-Westfalia, el socialdem¨®crata Johannes Rau, y el ministro del Interior, el democristiano Rudolf Seiters, acudieron a Solingen. Este ¨²ltimo fue recibido con gritos de "asesino". Mientas que el presidente alem¨¢n, Richard von Weizsaecker, declar¨®: [el incendio de Solingen] "nos llena de horror y de verg¨¹enza", el canciller Helmut Kohl envi¨® ayer un telegrama al presidente turco, Suleim¨¢n Demirel, en el que expres¨® su "profunda conmoci¨®n". Tambi¨¦n el ministro de Exteriores, el liberal Ylaus Kinkel, envi¨® un telegrama a su hom¨®logo turco en el que se?alaba que el Gobierno alem¨¢n no permitir¨¢ que la imagen de Alemania como pa¨ªs amistoso con los extranjeros sea destruida.
Pero en Ankara, la nota de Kinkel no evit¨® una dura reacci¨®n diplom¨¢tica. "El canciller Kohl nos prometi¨® que se tomar¨ªan todas las medidas necesarias contra la violencia racista", dec¨ªa la nota del ministerio de Exteriores, "pero el ataque de hoy en Solingen nos muestra que estas medidas no son suficientes y que la seguridad de nuestros ciudadanos que viven en Alemania est¨¢ en peligro". En Alemania viven cerca de dos millones de turcos, que constituyen la mayor comunidad extranjera. Gran parte de ellos han nacido aqu¨ª y 0son culturalmente alemanes, pero la ley les niega la posibilidad de tener la nacionalidad.
Las relaciones entre Bonn y Ankara son complicadas, especialmente a causa de la represi¨®n de la minor¨ªa kurda. La semana pasada el canciller Kohl visit¨® Turqu¨ªa en un intento de suavizar anteriores diferencias. Precisamente ayer, cerca de 70.000 kurdos se manifestaron en Bonn portando pancartas del Partido de los Trabajadores Kurdo (PKK), que lidera la insurreci¨®n de esta minor¨ªa en Turqu¨ªa. El centro de la ciudad qued¨® completamente paralizado, pero no se produjeron incidentes.
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