Puntos cardinales del arte
El comisario general de la Bienal de Venecia, que comienza el lunes, explica que la edici¨®n de 1993 se basa en la idea del viaje y el nomadismo cultural. Las confusiones del mundo del escaparate y del vac¨ªo sem¨¢ntico han fomentado un nomadismo voyeur¨ªstico de nuevo aliento en el territorio del arte, seg¨²n Bonito Oliva.
La edici¨®n 1993 de la Bienal de Venecia lleva como t¨ªtulo global Puntos cardinales del arte y prev¨¦, junto a la presencia de pa¨ªses de varios continentes, una serie de muestras que ilustran dicha tem¨¢tica.Puntos cardinales del arte no se desarrolla tanto como instrumento de una cr¨ªtica restrictiva e impositiva, sino m¨¢s bien como constataci¨®n de c¨®mo el arte contempor¨¢neo se ha formado a trav¨¦s del nomadismo cultural y la coexistencia de lenguajes. Sujeto a la estrecha confrontaci¨®n con el mundo de la t¨¦cnica y la evoluci¨®n de la sociedad moderna, ¨¦sta ha debido aceptar la idea del viaje, la referencia a otras culturas para retomar energ¨ªa y fuerza expresiva.
En un momento hist¨®rico como el actual, atravesado por una fragmentaci¨®n pol¨ªtica y un fraccionamiento social al l¨ªmite de la lucha tribal, la cultura debe formular una propuesta que sea un proyecto de respiro internacional. La internacionalidad del arte constituye el valor moral y crea la necesidad expositiva, en cuanto es capaz de conjugar la coexistencia de la diferencia. Si el nomadismo en los a?os ochenta lleg¨® a descongestionar ciertas rigideces culturales, hoy, en los noventa, encuentra su canalizaci¨®n en la idea del viaje, una direcci?n interna de los Puntos cardinales del arte.
Dichos puntos se refer¨ªan inicialmente a aquellos astrof¨ªsicos del Norte, Sur, Este y Oeste, puntos que en el ¨¢mbito de la producci¨®n art¨ªstica ejemplifican elementos de partida e incluso de paso de frontera y acercamiento. El arte moderno, a partir de Delacroix, ha buscado y encontrado su valor en otro lugar espacial y geogr¨¢fico, m¨ªtico y temporal, estableciendo el bipolarismo Norte-Sur en la primera mitad del siglo y Este-Oeste en su segunda mitad.
Confusiones
Esquema que ha sido superado inicialmente por la pr¨¢ctica del nomadismo cultural de los ochenta, que ha desmontado la geometr¨ªa ideol¨®gica de referencia, con la llegada a un eclecticismo cultural tan rico en libertad expresiva como en confusiones. El nomadismo ha abierto corredores de referencia hacia ¨¢reas ling¨¹¨ªsticas y culturales aisladas del furor cultural y, frecuentemente, ha producido felices internacionalismos o incluso homologaciones en algunos modelos hegem¨®nicos. Este flujo de movimientos, practicado artesanalmente por el arte y la cultura en general, ha sido f¨¢cilmente logrado y sobrepasado por el nomadismo voyeuristico de la tecnolog¨ªa y la telem¨¢tica. La televisi¨®n ha permitido una reducci¨®n de las distancias geogr¨¢ficas y culturales, ha producido tantos conocimientos como ilusiones de conocimiento, ha difundido el conocimiento en directo de acontecimientos lejanos, con una inequ¨ªvoca coincidencia entre cr¨®nica e historia. Mediante un inevitable esteticismo crom¨¢tico y con la manipulaci¨®n de las im¨¢genes, el medio televisivo ha producido anestesiados testimonios de acontecimientos dram¨¢ticos, a pesar de todo intercambiables con el veloz salto de canales.
El mundo del escaparate, intuido ya por Nietzsche, junto al vac¨ªo sem¨¢ntico perpetrado por la t¨¦cnica, testimonio de Heidegger, ha fomentado un nomadismo voyeuristico que ha impulsado un nuevo aliento al territorio del arte.
Los a?os noventa, atravesados por el finis Russiae, constituyen el final de un imperio ideol¨®gico que ha fraccionado cada visi¨®n unitaria y real. El arte ha sentido la necesidad de superar el hedonismo de cada voluble cita, encauzando el abierto nomadismo de los ochenta en una idea de viaje guarnecido de puntos cardinales internos a su devenir, y siempre en referencia a un quinto punto desmembrado de los tradicionales, Norte, Sur, Este y Oeste.
El proyecto de la 45? Bienal de Venecia, que lleva como t¨ªtulo unitario Puntos cardinales del arte, reivindica as¨ª una diversa proyecci¨®n cultural, ya no apoyado sobre la unificadora y te¨®rica soberbia, sino sobre una estructura que a modo de mosaico contribuye a la lectura de la compleja internacionalidad del arte mediante exposiciones fragmentadas en temas, contexto y personalidad individual de la creaci¨®n art¨ªstica.
Emigraciones
Dicho proyecto reivindica la capacidad de la cultura de satisfacer una problem¨¢tica demanda sobre la realidad contempor¨¢nea, haciendo nueva lectura de la noci¨®n de internacionalidad y disciplinariedad del fen¨®meno art¨ªstico. Si hasta el final de los ochenta era posible todav¨ªa adivinar un concepto de internacionalidad en la dial¨¦ctica Europa-Am¨¦rica, exaltando la diversidad de contenidos hist¨®ricos, hoy, con la masiva emigraci¨®n o las invasiones m¨¢s o menos pac¨ªficas de los pueblos, se necesita revisar dicho concepto. De hecho, ya no es posible el reconocimiento de la pureza del n¨²cleo nacional, sino una aportaci¨®n positiva de transnacionalidad, mezcla de pueblos que produce el eclecticismo cultural y el necesario interracismo.
De aqu¨ª mi invitaci¨®n a superar en los pabellones nacionales una autarqu¨ªa fruto de la adopci¨®n hist¨®rica de la bienal del modo de Exposici¨®n Universal de Par¨ªs, en favor de una hospitalidad hacia los artistas de otros pa¨ªses. Esto produce inevitablemente la exaltaci¨®n del valor de la coexistencia, particularmente significativo en este momento hist¨®rico que acent¨²a la diferencia. Diferencia que no puede evitar el contacto con la disciplinariedad del arte en favor del evidente paso de frontera interdisciplinar. La identidad investigativa del arte encuentra en la afirmaci¨®n de estos conceptos su necesidad de ser y producir, incluso la motivaci¨®n moral de la presente bienal. Una edici¨®n que, en su proyecci¨®n a modo de mosaico, tiende a superar la simple espectacularidad del gran evento y a buscar, sin embargo, la posibilidad de representar la coexistencia pac¨ªfica del arte sobre su diferencia expresiva.
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