Una Conferencia en peligro
El desacuerdo entre los Gobiernos, afirma el autor, puede vaciar de contenido la Conferencia Mundial de Derechos Humanos que se celebrar¨¢ en Viena, a partir del lunes, para revisar el sistema internacional de protecci¨®n de esos derechos.
A pocos d¨ªas del inicio de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos (Viena, 14 de junio de 1993), el desacuerdo entre los Gobiernos del mundo puede vaciarla de contenido. Mientras, aquella declaraci¨®n iniciada con la frase "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos" corre riesgo de transformarse en un esperpento.La Conferencia Mundial -que, para entendernos, pretende ser algo as¨ª como lo que fue la Conferencia de R¨ªo para la ecolog¨ªa- tiene el objetivo de revisar el sistema internacional de protecci¨®n de los derechos humanos. Algo muy necesario a la luz de los cambios registrados en el mundo y de que hace 25 a?os que los gobernantes de la Tierra no se paraban a reflexionar sobre un tema tan crucial.
Sin embargo, tras celebrarse seis reuniones durante los dos ¨²ltimos a?os, la conferencia parece estar en un callej¨®n sin salida. Amnist¨ªa Internacional ha llegado a decir que la conferencia "puede ser un retroceso en la protecci¨®n de los derechos humanos".
Se corre el riesgo de que todo acabe en declaraciones fatuas e incluso que se convierta en una batalla de posturas entre delegados del Norte y del Sur que ponga en duda un principio esencial: la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos.
La conferencia llega en un momento dif¨ªcil. Muchas de las campanas lanzadas al vuelo con motivo de la desaparici¨®n de algunos de los sistemas totalitarios m¨¢s rancios han sido silenciadas por la contumacia de la pobreza, la tortura y otras violaciones de los derechos proclamados en la Declaraci¨®n Universal.
M¨¢s a¨²n: el mundo del nuevo orden internacional ha sabido de pronto, con horror, que los fantasmas racistas estaban vivos en su seno, convirtiendo la limpieza ¨¦tnica en una nueva pesadilla, ya sea bajo la forma de guerra -en los Balcanes, en Sud¨¢n...- o de restricciones y agresiones contra extranjeros en otros pa¨ªses.
Por si fuera poco, la sociedad internacional -que se cre¨ªa liberada ya de las trabas que impon¨ªa la coexistencia pac¨ªfica de la guerra fr¨ªa- ha asistido impotente al surgimiento de nuevas crisis de derechos humanos sin ser capaz de articular una respuesta v¨¢lida.
Incluso se ha dicho que el armaz¨®n de las relaciones internacionales con las Naciones Unidas como eje central -que, pese a todos los pesares, ha ido teji¨¦ndose durante las ¨²ltimas d¨¦cadas- corre peligro de ser sustituido por un conjunto de alianzas regionales enfrentadas en un proceso que recuerda mucho a la descomposici¨®n de la Sociedad de Naciones durante la ¨¦poca de entreguerras.
?En qu¨¦ van a quedar los mecanismos creados para proteger los derechos humanos en la nueva situaci¨®n internacional? ?Y qu¨¦ nuevos m¨¦todos van a fomentarse para hacer frente -a los muchos y complejos desaf¨ªos que est¨¢n naciendo?
Sin duda, una conferencia con m¨¢s de 4.000 participantes no puede ser la panacea para todos los problemas, pero s¨ª puede suponer el inicio de nuevos mecanismos o el bloqueo de cualquier mejora.
Logros importantes
Ser¨ªa injusto, e incluso suicida, negar la importancia de los tratados y mecanismos que, por primera vez en la historia, est¨¢n tratando de sujetar las relaciones humanas a unos m¨ªnimos principios de convivencia.
La Comisi¨®n de Derechos Humanos, los grupos de trabajos tem¨¢ticos o los relatores especiales sobre violaciones de derechos humanos en determinados pa¨ªses son logros importantes, aunque muchas veces su funcionamiento est¨¦ condicionado por la falta de poder coercitivo o la actitud hip¨®crita de los Gobiernos (como mostr¨® el caso del cambio de actitud de muchos Gobiernos occidentales sobre violaciones de derechos humanos en Irak antes y despu¨¦s de la invasi¨®n de Kuwait).
Millones de personas siguen condenadas a la pobreza y la enfermedad; las guerras no desaparecen de la faz de la Tierra; contin¨²an reproduci¨¦ndose desapariciones, ejecuciones legales y extrajudiciales, torturas y juicios injustos; la arbitrariedad del poder sigue rampante por doquier.
?Hay que rendirse y arrojar el sue?o de un mundo justo regido por normas comunes? ?Debemos dejarlo todo en manos de los due?os del poder, de los se?ores de la guerra y del dinero, en todas sus facetas?
Hay que decir que no. As¨ª lo ha dicho Amnist¨ªa Internacional, que est¨¢ pidiendo, entre otras medidas, la creaci¨®n en la ONU de una nueva figura, el Comisionado Especial para los Derechos Humanos, que act¨²e como una nueva autoridad de alto nivel capaz de alertar, coordinar y responder r¨¢pidamenteante la crisis de derechos humanos.
Las reuniones regionales que ya se han celebrado para preparar la Conferencia Mundial han puesto de relieve discrepancias y preguntas que posiblemente florar¨¢n en Viena. Algunas de estas son, en s¨ªntesis, las siguientes:
- ?Son los derechos humanos realmente universales o deben adaptarse a circunstancias culturales y religiosas? V¨¦anse temas como los derechos de la mujer, de las minor¨ªas o de la libertad de religi¨®n.
- ?Son tales derechos realmente indivisibles? ?Se puede hablar de procedimientos contra los malos tratos mientras una poblaci¨®n vive bajo la amenaza del hambre o sometida a la presi¨®n del pago de la deuda externa?
- ?Tienen los representantes del Norte derecho a exigir en materia de derechos civiles y pol¨ªticos, cuando las pol¨ªticas econ¨®micas de sus pa¨ªses producen o facilitan graves violaciones en materia de derechos econ¨®micos y sociales?
Las organizaciones de derechos humanos deben aprovechar la oportunidad para recalcar la universalidad e indivisibilidad de todos los derechos, indisolublemente unidos, a la vez que rechazar posturas hip¨®critas, y recordar que para que unos pa¨ªses puedan reclamar libertades en otras naciones deben dar ejemplo en temas como las pol¨ªticas sobre asilo y refugio.
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