La santa terrante
La imagen de la Virgen de la Almudena no ha tenido mucho reposo en sus casi cinco siglos de vida. La talla -datada en el primer cuarto del siglo XVI- se supone obra de Diego Copin de Holanda, aunque la leyenda la hace venir desde Jerusal¨¦n en brazos del ap¨®stol Santiago.La misma tradici¨®n dice que los cristianos escondieron la imagen en un cubo de la muralla para preservarla de la mancilla del moro infiel, y que tras 200 a?os sin aire fresco apareci¨® en 1085 en la cuesta de la Vega, muy cerca de la actual catedral de la Almudena, durante una procesi¨®n en la que participaba el rey Alfonso VI.
Milagrosamente, no s¨®lo la imagen estaba intacta, sino que las velas que le daban luz segu¨ªan ardiendo. La talla, contin¨²a la leyenda, se instala en la antigua mezquita musulmana, que tom¨® el nombre de parroquia de Santa Mar¨ªa.
Pero los historiadores modemos niegan incluso que existiese una talla anterior a la actual. El catedr¨¢tico Manuel Montero Vallejo asegura que ¨¦sta que ahora mora en la catedral de la calle de Bail¨¦n se hizo a partir de una pintura mural conocida como de la Flor de Lis, que apareci¨® hacia 1624 en Santa Mar¨ªa.Asilo en el Sacramento
Las vicisitudes de la Almudena no se acaban con su legendaria reconquista. Con motivo de obras de reforma en la iglesia de Santa Mar¨ªa, en 1638 y 1777 se la traslada, en solemnes procesiones, primero al convento de las Descalzas Reales y luego al del Sacramento, en la calle del mismo nombre.
Cuando la parroquia recobraba la calma, la Almudena, siempre con el Ni?o Jes¨²s en brazos, volv¨ªa a su lugar de origen; pero en 1868 se demoli¨® el antiguo templo para ensanchar la calle, y la Almudena busc¨® de nuevo refugio con la congregaci¨®n de las Recoletas Bernardas del Sacramento.
Los madrile?os tardaron pocos a?os en buscarle una casa propia a su Virgen patrona, y comenzaron a construir la catedral junto al Palacio Real. Cuando se inaugur¨® la cripta de la Almudena (1911) fue llevada a la que parec¨ªa que iba a ser su sede definitiva. Pero tras la guerra civil, en 1939, el templo inconcluso queda muy deteriorado, y la Virgen pura de color morena, como la retrat¨® Lope de Vega, se exili¨® otra vez en el Sacramento.
En la que ya era su segunda casa, tampoco hall¨® descanso. En 1954, a petici¨®n del cabildo catedralicio, se traslada a la que hasta ayer fue su morada: la catedral de San Isidro. Ahora la patrona tiene un techo propio y en pocos d¨ªas ocupar¨¢ su lugar, a la derecha del altar mayor, junto con un retablo de Juan de Borgo?a del siglo XVI.
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