La ducha
El mejor acto electoral de la de recha lo realiz¨® Aznar la noche de su derrota cuando felicit¨® al ganador con un impecable estilo democr¨¢tico mientras algunos de los suyos en un momento de crispaci¨®n estuvieron a punto de re belarse contra las urnas. Aunque no lo parezca, ¨¦ste es un pa¨ªs moderado que agradece las formas. Aqu¨ª toda la violencia se guarda para matarse de verdad en una guerra civil, pero si se trata s¨®lo de un espect¨¢culo de ficci¨®n y no de aniquilarse de veras con absoluto realismo, entonces esta so ciedad prefiere el sosiego a las cuchillas, ya que tiene el subconsciente todav¨ªa muy herido. A nadie le gusta que le vendan sus propias desgracias, por eso en democracia fracasan siempre los agresivos que usan la lengua como hacha y nada m¨¢s. La pol¨ªtica tiene que ser sensata para que la vida privada de los ciudadanos pueda estar llena de pasiones. Durante la campa?a estos airados j¨®venes de la derecha fueron cargando el espacio de electricidad negativa y dentro de ese nublado s¨®lo brillaban el sarcasmo, los nervios, los insultos. Demasiado f¨¢cil. Con eso no consiguieron sino alertar a los in decisos o desencantados de la izquierda que ese d¨ªa se pusieron en pie como lo hacen los anticuerpos cuando reaccionan con tra la vacuna. En cambio ha bastado un gesto genuinamente de mocr¨¢tico de Aznar aceptando la derrota para que todo el mundo se haya volcado a felicitarle por haber conseguido esa gran victoria sobre sus propias huestes. Ahora se ha puesto de moda aplaudir a Aznar por haber cumplido una norma de estricta cortes¨ªa. Una de las cosas que este pa¨ªs necesita con mayor urgencia es una derecha racional, creativa, moderna y europea que pueda un d¨ªa alternarse en el poder sin resabio alguno del pasado. ?ste deber¨ªa ser un gran objetivo nacional. ?Cu¨¢ntas veces tendr¨¢ que pasar por la ducha democr¨¢tica todav¨ªa hasta quitarse la ¨²ltima ro?a del franquismo que lleva pegada en las rodillas? Con un par de veces ser¨¢ suficiente. Una para ablandarla. Otra para quedar reluciente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
