Exaltaci¨®n rom¨¢ntica

A menudo olvidamos cu¨¢n enrevesada y turbadora puede llegar a ser la iron¨ªa. Su lucidez abismal puede constituirse, desde esos dos l¨ªmites opuestos de la conciencia de la modernidad, en la risa sat¨¢nica de Baudelaire, que "hiela y retuerce las entra?as", o en esa otra g¨¦lida inmutabilidad duchampiana. Pero puede tambi¨¦n adoptar formas menos intempestivas e implacables.La quiebra del prestigio de la modernidad ha dado lugar a innumerables chistes historicistas y a un imp¨²dico saqueo de las formas del pasado. En ese sentido, la renuncia al papel heroico de la vanguardia rara vez ha incurrido en la ingenuidad de una en¨¦sima sustituci¨®n por arquetipos perdidos, pero tampoco ha sabido siempre plantear el escalofr¨ªo de ese tiempo que hoy nos desgasta, neg¨¢ndonos toda redenci¨®n desde ambos extremos.

Eso es, de hecho, lo que confiere un especial encanto a la apuesta, melanc¨®lica y sensual, de la pintura de Ramiro Fern¨¢ndez Saus (Sabadell, 1961). Centrada anteriormente en la met¨¢fora, m¨¢s escueta, del paisaje, se abre hoy, con estas escenas y bodegones de objetos, a una formulaci¨®n m¨¢s compleja y -a mi juicio- m¨¢s certera. Y buena parte de ese atractivo nace del contraste entre el aparente candor de su abandono a la sensualidad m¨¢s inmediata de la pintura y al contagio de ciertos motivos, y el hecho de que su elecci¨®n responda a una estrategia infinitamente m¨¢s sof¨ªsticada y perversa.

As¨ª, no es precisamente casual que sus referencias se orienten hacia la tradici¨®n rom¨¢ntica, tanto en sus temas como en el propio lenguaje pict¨®rico, esa embriagante y turbulenta gestualidad pasional, que evoca la manera abocetada de un cierto Fragonard, de Delacroix y Gericault. Lenguaje y motivo se funden as¨ª en un mismo ¨¦nfasis pasional, teatralizaci¨®n de un anhelo que, no en vano, se desliza alegremente hacia las fronteras del kistch m¨¢s empalagoso, ese l¨ªmite que para Hermann Broch era el destino ineludible de toda la exaltaci¨®n rom¨¢ntica.