EE UU propone el uso preventivo de la fuerza para defender los derechos humanos en el mundo
La Administraci¨®n norteamericana dio ayer un paso importante en la definici¨®n de su pol¨ªtica exterior y del nuevo orden mundial surgido del fin de la guerra fr¨ªa al asignar a las Naciones Unidas el papel de polic¨ªa mundial y pronunciarse a favor del derecho a intervenir, incluso militarmente, en defensa de los derechos humanos alli donde sean pisoteados. Warren Christopher, el jefe de la diplomacia estadounidense, manifest¨® en Viena, en la apertura de la Conferencia Internacional sobre Derechos Humanos de las Naciones Unidas, su total apoyo a la creaci¨®n de un Alto Comisionado de la ONU.
"Hoy presento oficialmente ante la comunidad mundial un ambicioso plan de acci¨®n", dijo Christopher, "y el compromiso de seguir luchando en favor de los derechos humanos independientemente del resultado de esta conferencia". Para el secretario de Estado norteamericano, con este plan se "ayudar¨¢ a construir la capacidad de las Naciones Unidas para practicar la diplomacia preventiva, salvaguardar los derechos humanos y ayudar a las j¨®venes democracias. Buscamos fortalecer. el actual Centro de los Derechos Humanos y sus funciones de consejo e informaci¨®n, y apoyamos el establecimiento de un Alto Comisionado de las Naciones Unidas".La creaci¨®n de este Alto Comisionado, que asumir¨ªa las funciones del actual Centro de Derechos Humanos de Ginebra, supondr¨ªa no s¨®lo un incremento presupuestario, de personal y medios, sino que significar¨ªa sobre todo pasar de su dependencia de la Asamblea General de la ONU, como es el caso actualmente, a, ser responsable ¨²nicamente ante el Consejo de Seguridad y la secretar¨ªa general, como sucede con el Alto Comisionado para Refugiados.
En este sentido, la frase de Christopher sobre la "diplomacia preventiva" no significa otra cosa que: la posibilidad de enviar tropas o de aprobar una intervenci¨®n humanitaria all¨ª donde se violen, los derechos humanos.
La postura de la nueva Administraci¨®n norteamericana ante los derechos humanos qued¨® tambi¨¦n reflejada por el anuncio de Christopher de que van a ser enviados al Congreso todos los tratados y convenios en materia de derechos humanos que han sido firmados, pero a¨²n no ratificados. "Tenemos la obligaci¨®n de tornar tomar medidas propias", se?al¨®.
Christopher, sin embargo, es perfectamente consciente de las enormes dificultades a las que se enfrenta su propuesta de creaci¨®n de un Alto Comisionado para Derechos Humanos, tema que, sin duda, va a dominar los diez d¨ªas que durar¨¢ la conferencia. Tal vez por ello, el secretario de Estado dijo que, cuando llegue la ¨²ltima jornada, "ser¨¢ mejor tener una declaraci¨®n fuerte o nada, antes que un documento de palabras vagas sin contenido".
La pretensi¨®n, tanto de Washington como de las democracias occidentales, es evitar, a lo largo de estos d¨ªas, entrar en la discusi¨®n de casos concretos y solazarse en acusaciones contra determinados pa¨ªses. "Se trata", manifest¨® una fuente norteamericana, "de salir de aqu¨ª con una herramienta que abra el camino para una defensa efectiva de los derechos humanos desde las Naciones Unidas".
La estrategia durante estos primeros balbuceos de la Conferencia ha sido la de apostar m¨¢s alto de lo que realmente se busca, concretamente en favor de la creaci¨®n de un Tribunal Internacional para los Derechos Humanos. La delegaci¨®n china, que se ha convertido, en cierto sentido y especialmente despu¨¦s del incidente con el Dalai Lama, en la mala de la reuni¨®n, no ha tardado ni un instante en oponerse tajantemente a esta propuesta.
Fuerte oposici¨®n china
La propuesta de creaci¨®n de un Alto Comisionado no cuenta con la bendici¨®n de Pek¨ªn ni la de todos aquellos pa¨ªses que temen enfrentarse a la cuesti¨®n de los derechos humanos "colectivos" ante otros "individuales", para justificar la ausencia de libertades civiles.
La conferencia de prensa del secretario general de las Naciones Unidas, Butros Gali, destil¨® toda ella el mismo esp¨ªritu que el discurso de Christopher. Gali justific¨® el ataque contra una de las bandas armadas somal¨ªes y se mostr¨® favorable a una segunda Conferencia de Londres sobre el conflicto de la antigua Yugoslavia, que deber¨ªa basarse, aunque fuera para cambiarlo, en el plan de paz Vance-Owen. "La credibilidad de la ONU", dijo Gali, "depende del apoyo de sus estados miembros. No siempre tenemos ¨¦xito, el ¨¦xito depende, no solo de la voluntad de los pa¨ªses que mandan a sus hijos para imponer la paz a¨²n con el riesgo de que caigan muertos en el empe?o, y que financian y organizan las operaciones, sino, sobre todo, del deseo pol¨ªtico de los protagonistas del conflicto, sin lo cual no hay posibilidad de ¨¦xito".
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