Juan Pablo II consagra la catedral de la Almudena
La catedral de la Almudena es "el s¨ªmbolo y hogar visible de la comunidad diocesana" madrile?a, y la jornada de ayer, d¨ªa de su consagraci¨®n por el Papa, debe ser para dicha comunidad "una apremiante llamada a la nueva evangelizaci¨®n" de Espa?a, manifest¨® ayer Juan Pablo II durante la ceremonia que celebr¨® en el nuevo templo, situado junto al patio de la Armer¨ªa, adyacente al Palacio Real. "En una sociedad pluralista como la vuestra se hace necesaria una mayor y m¨¢s incisiva presencia cat¨®lica, individual y asociada, en los diversos campos de la vida p¨²blica", a?adi¨® el Pont¨ªfice.
PERU EGURBIDE El Papa, igual que hiciera el pasado lunes en Huelva, insisti¨® en el llamamiento contra la "descristianizaci¨®n" de Espa?a y calific¨® de inaceptable "la pretensi¨®n de reducir la religi¨®n al ¨¢mbito de lo estrictamente privado, olvidando, parad¨®jicamente, la dimensi¨®n esencialmente p¨²blica y social de la persona humana". Estuvieron presentes en la misa de consagraci¨®n -aunque el t¨¦rmino utilizado por el consagrante fue "dedicaci¨®n"-, el rey Juan Carlos, la reina Sof¨ªa y la madre del Rey, do?a Mar¨ªa de las Mercedes, entre otros miembros de la familia real. Tambi¨¦n acudieron el presidente del Gobierno en funciones, Felipe Gonz¨¢lez, y su esposa, Carmen Romero; el presidente de las Cortes, F¨¦lix Pons; el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaqu¨ªn Leguina, y el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano. Entre los invitados estaban el presidente del PP, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar; el n¨²mero tres del PSOE, Txiki Benegas, y el cabeza de lista de CiU en el Congreso, Miquel Roca, as¨ª como los ex presidentes del Gobierno Adolfo Su¨¢rez y Leopoldo Calvo Sotelo.
Muchos miles de personas siguieron la ceremonia a trav¨¦s de pantallas macrosc¨®picas de televisi¨®n desde el exterior de la c¨¢tedral, donde se hab¨ªan dispuesto varios sectores de sillas. Pero el p¨²blico, preferentemente el joven, ocupaba tambi¨¦n los jardines de la plaza de Oriente, donde esper¨® el comienzo de la ceremonia durante varias horas.
Medalla de oro
La llegada del Pont¨ªfice en papam¨®vil, pasadas las seis menos cuarto, fue saludada con gritos y v¨ªtores, que se repitieron cuando Juan Pablo II se detuvo a saludar al p¨²blico tras cruzar por segunda vez el patio de la Armer¨ªa, procedente del Palacio Real. Los Reyes lo recibieron al pie de la llamada escalera de embajadores. Tras ese recibimiento, el Pont¨ªfice se retir¨® para vestirse con los ornamentos religiosos. Mientras lo hac¨ªa le fue entregada la medalla de oro de Madrid por el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano.
En la ceremonia de consagraci¨®n participaron el secretario de Estado del Vaticano, cardenal ?ngel Sodano; el presidente de la conferencia episcopal, El¨ªas Yanes, y los cardenales espa?oles: el arzobispo de Madrid, ?ngel Suqu¨ªa, y el de Toledo, Marcelo Gonz¨¢lez Mart¨ªn, as¨ª como los em¨¦ritos Vicente Enrique y Taranc¨®n, y Narc¨ªs Jubany.
El Papa agradeci¨® al pueblo de Madrid, al Gobierno, a las autoridades locales y a quienes han contribuido a completar, a lo largo de m¨¢s de un siglo, este templo de 99 metros de longitud por 66 de anchura en el crucero, realizado seg¨²n un proyecto iniciado en 1944 por los arquitectos Carlos Sidro y Fernando Chueca Goitia. Pero el proyecto originario, tambi¨¦n de estilo neog¨®tico y del que s¨®lo lleg¨® a realizarse la cripta, inaugurada en 1911, fue de Francisco de Cubas.
El Papa expres¨® su agradecimiento al cardenal Suqu¨ªa, quien inaugur¨® la ceremonia con una breve alocuci¨®n en la que dijo que "es preciso crecer en la unidad de la fe". Suqu¨ªa ha sido el principal impulsor de la conclusi¨®n de unas obras paralizadas desde 1965, en pleno franquismo, hasta 1984, cuando fueron reactivadas con la ayuda del primer Gobierno socialista.
El coste del proyecto, pr¨®ximo a los 2.000 millones, fue el motivo principal del desinter¨¦s del cardenal Taranc¨®n hacia un templo que consider¨® superado por los tiempos. Pero el Papa ha apreciado esta inauguraci¨®n, excepcional en Europa y acogida con protestas por sectores del pueblo espa?ol, que se?alan otras necesidades prioritarias.
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