Las de un premio Nobel para invertir mejor
William Sharpe, profesor de la Universidad de Stanford y premio Nobel de Econom¨ªa en 1990 junto con Harry Markovitz y Merton Miller, visita estos d¨ªas Madrid. Sharpe y Markovitz aportaron a mediados de los sesenta, por primera vez en la historia de la econom¨ªa, un sistema claro y pr¨¢ctico para medir el riesgo. Del riesgo se hab¨ªa hablado mucho hasta entonces, pero nadie hab¨ªa conseguido definirlo y medirlo con precisi¨®n. Su sistema, adem¨¢s de conseguir esto, ven¨ªa acompa?ado de un conjunto de ideas nuevas sobre c¨®mo se debe invertir, que supon¨ªan un cambio completo de la forma de hacer de aquellos d¨ªas.Estos trabajos empezaron a conocerse y a revolucionar el mundo pr¨¢ctico algunos a?os despu¨¦s. Pocas veces se ha pasado de la teor¨ªa econ¨®mica a la pr¨¢ctica con tanta rapidez y tanta fuerza. Porque desde entonces el trabajo de los Inversores y analistas financieros cambi¨® de orientaci¨®n radicalmente para siempre. La capacidad de Sharpe para comunicar bien y divulgar sus ideas entre los que toman decisiones fue la que impuls¨® este cambio r¨¢pido. Sharpe ha intentado siempre acercar la teor¨ªa a la realidad.
Invertir se ha convertido hoy en una actividad m¨¢s arriesgada que hace 20 a?os. Entonces, los tipos de inter¨¦s eran estables, y los cambios de las monedas, menos vol¨¢tiles. Por eso los errores en la inversi¨®n se pagan ahora mucho m¨¢s caros que entonces, y las ideas de estos dos economistas son hoy una gu¨ªa imprescindible para decidir bien. Estas ideas se aplican hoy por muchos bancos, empresas e inversores particulares para invertir mejor y con menos riesgo en inversiones tan distintas como deuda p¨²blica, *acciones, divisas, fondos de inversi¨®n y, tambi¨¦n, en inversiones directas.
Mercados eficientes
Resumir¨¦ a continuaci¨®n la importancia pr¨¢ctica y algunas consecuencias que pueden sacarse de dos de estas ideas: 1. La de que los mercados son eficientes; y 2. La necesidad de diversificar la inversi¨®n.
Sharpe y otros profesores han defendido siempre que los mercados son eficientes. Con ello quieren decir que los precios reflejan adecuadamente toda la informaci¨®n conocida. Esta afirmaci¨®n, aparentemente inofensiva, supone un ataque frontal a la forma tradicional de invertir en Bolsa. Tradicionalmente se ha considerado que invertir en Bolsa consiste en identificar las empresas cuyo valor real es superior al precio de mercado y comprar sus acciones. En otras palabras, hay que distinguir entre valores caros y baratos, y comprar estos ¨²ltimos. Pero si la Bolsa es eficiente, no hay valores caros ni baratos; su cotizaci¨®n es la mejor estimaci¨®n de lo que valen. Y entonces, llevando el argumento hasta el extremo, los analistas que estudian las empresas en Bolsa est¨¢n perdiendo el tiempo y sobran.
Muchos gestores de inversiones entendieron en su d¨ªa que las cosas eran as¨ª y redujeron dr¨¢sticamente el n¨²mero de analistas dedicados a estas tareas. Muchos de ellos, por fortuna, encontraron su nuevo trabajo en una actividad que, inexplicablemente, se hab¨ªa descuidado: conocer los objetivos del inversor y construir una cartera a su medida.
Algunas consecuencias de todo esto para un inversor pueden ser:
1. Las listas con recomendaciones de compra o de venta de valores tiene poca utilidad. Es muy dificil acertar. Es m¨¢s f¨¢cil acertar escogiendo carteras, no valores, que respondan a los objetivos del inversor, y adem¨¢s de m¨¢s f¨¢cil es mucho m¨¢s importante.
2. No existe una cartera ideal. La cartera mejor para un inversor depender¨¢ del nivel de riesgo que est¨¦ dispuesto a asumir.
3. Si alguien le dice que suele acertar en sus inversiones, sea muy prudente antes de confiarle sus ahorros.
4. Si alguien le dice que ha descubierto un sistema infalible para invertir, no le deje ni una peseta.
Es necesario diversificar
Sharpe y Markovitz han demostrado la gran importancia que tiene diversificar. En un mercado eficiente hay que diversificar m¨¢s que intentar seleccionar inversiones. Sharpe ense?¨® a los inversores a distinguir entre riesgos buenos y malos. Un riesgo bueno da la oportunidad de alcanzar una rentabilidad mayor. Un riesgo malo, es un riesgo innecesario que siempre hay que evitar: asumir este riesgo no da ninguna oportunidad de obtener m¨¢s rentabilidad. Sharpe ense?¨® tambi¨¦n que las carteras bien diversificadas evitan los riesgos malos.
Estas ideas han tenido un gran impacto en las conductas de muchos inversores que no valoraban suficientemente la importancia de diversificar. Por ejemplo, hace 20 a?os, ning¨²n gran fondo de pensiones o de inversi¨®n americano ten¨ªa inversiones importantes en el exterior. Se pensaba que ten¨ªan un riesgo excesivo. Hoy en d¨ªa, una parte importante de la cartera de estos fondos est¨¢ invertida permanentemente en el exterior. Esto permite conseguir una cartera mejor diversificada y m¨¢s segura o m¨¢s rentable a corto plazo.
La tercera parte de la deuda p¨²blica espa?ola est¨¢ en manos de inversores extranjeros. Una parte importante de esta inversi¨®n tiene, con toda probabilidad, un car¨¢cter estable, ya que est¨¢ inspirada en este principio de diversificaci¨®n y no en expectativas a corto plazo del cambio de la peseta o de nuestros tipos de inter¨¦s.
De todo esto se pueden derivar m¨¢s consecuencias para el inversor:
1. Diversifique siempre sus inversiones. Las inversiones diversificadas terminan casi siempre por producir mejores resultados que las inversiones concentradas.
2. Invierta una parte de su inversi¨®n en divisas. Su cartera estar¨¢ mejor diversificada y tender¨¢ a conseguir un mejor resultado que invirtiendo en una sola moneda.
3. Normalmente una buena diversificaci¨®n se puede alcanzar distribuyendo su inversi¨®n entre 15 o 20 valores. Una dispersi¨®n mayor no aporta mayores ventajas. Si invierte s¨®lo en deuda se alcanza una diversificaci¨®n suficiente con un n¨²mero de valores mucho mayor.
4. Finalmente, considere la posibilidad de invertir en un fondo de inversi¨®n. Adem¨¢s de importantes ventajas de tipo fiscal, un buen fondo de inversi¨®n puede ser la v¨ªa m¨¢s eficaz de conseguir todo lo anterior. Un buen fondo no siempre es el que queda bien en los ranking que se suelen publicar. Cuando sube la Bolsa quedan bien los fondos invertidos en acciones, y cuando cae la Bolsa quedan mejor los fondos de dinero y los de obligaciones. Estos ranking no son, por tanto, muy ¨²tiles para elegir fondos. Sharpe invent¨® un sistema sencillo de ranking que ha sido muy utilizado para corregir estos problemas.
5. Un buen fondo suele ser el que cobra menos comisiones a sus part¨ªcipes. Elija un fondo con unos gestores solventes, pero conozca lo que le cobran por sus servicios. De esta forma conseguir¨¢ diversificaci¨®n y liquidez a buen precio.
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