Dentro

Los americanos est¨¢n muy preocupados porque dentro de las latas de pepsi-cola han comenzado a aparecer restos de jeringuillas de inexplicable procedencia. Dicho as¨ª, parece un suceso, pero a m¨ª me parece un aviso. O sea, que est¨¢bamos acostumbrados a que dentro de las cosas s¨®lo hubiera lo que pon¨ªa en la etiqueta, y eso no es.Un amigo m¨ªo, por ejemplo, ha descubierto con terror que dentro de la cabeza de su hijo peque?o hay un dinosaurio grande. Los cient¨ªficos dicen que estos bichos desaparecieron hace 65 millones de a?os; sin embargo, gozan de excelente salud. Lo que pasa es que antes estaban fuera, en las praderas, y ahora est¨¢n dentro, en las cabezas. O sea, que han cambiado de sitio, como las jeringuillas.

Durante alg¨²n tiempo, todav¨ªa ser¨¢ razonable pensar que dentro de un envase de yogur no haya m¨¢s que yogur, o que en el interior de una caja craneal no haya m¨¢s que cerebro, pero ya en la actualidad se ven algunas cabezas, como la del fiscal general, que incluyen en su composici¨®n porcentajes muy altos de leche fermentada.

Y dentro de Parque Jur¨¢sico, la novela de Crichton que ha inspirado la pel¨ªcula del mismo t¨ªtulo de Steven Spielberg, parece que hay una novela, pero lo que te alimenta cuando la ves no es lo que tiene de novela, sino de explicaci¨®n de la teor¨ªa del caos y de los avances de la ingenier¨ªa gen¨¦tica.

O sea, que tenemos que acostumbramos a no saber qu¨¦ hay dentro de las cosas, incluso de las cosas importantes. ?Qu¨¦ hay, por ejemplo, dentro de la crisis? Hombre, s¨ª, hay paro, eso ya lo sabemos, y desesperaci¨®n, lo de siempre, pero yo creo que tiene que haber algo m¨¢s, o quiz¨¢ algo menos.

Por ejemplo, no consigo ver, cuando me asomo, una respuesta sindical.