Cuentas pendientes

Sometido a los rigores de un r¨¦gimen penitenciario de mayor aislamiento, m¨¢s duro y severo que el que impera en la mayor¨ªa de las prisiones espa?olas, Francisco M¨²gica Garmendia, Pakito, no tiene verdaderamente motivos para esa leve sonrisa que acostumbra a esbozar testimonialmente ante los alegatos del tribunal. Y sin embargo, la permanencia en las c¨¢rceles francesas va a ser para ¨¦l y, por mucho- tiempo, su ¨²nica garant¨ªa de poder evitar un futuro m¨¢s comprometido: su extradici¨®n a Espa?a para afrontar la larga relaci¨®n de causas pendientes con la justicia.Principal referencia f¨¢ctica del ¨²ltimo y m¨¢s indiscriminado periodo de la historia de ETA, el hombre que ha conducido f¨¦rreamente a esa organizaci¨®n hasta su actual debacle se ha mostrado menos duro de lo esperado en los sondeos a que ha sido sometido tras su detenci¨®n. "Ya saben d¨®nde tienen que ir, a Santo Domingo para contactar con Antxon", respondi¨® al comisario de la Polic¨ªa del Aire y de las Fronteras (PAF), Joel Cathal¨¢, cuando ¨¦ste le sonde¨® a primeros de a?o sobre su disposici¨®n a promover un tregua. "Yo no tirar¨¦ del carro, pero tampoco voy a meter palos en las ruedas", contest¨® a Eloy Uriarte, se?or Robles, su antiguo compa?ero de organizaci¨®n que, al igual que otros confinados en Francia, tratan de extender la idea de que es imprescindible declarar una tregua incondicional como paso previo al inicio de conversaciones con el Gobierno.

Artapalo, sobrenombre asumido por el resto de los integrantes de la direcci¨®n arrestada en Bidart en marzo de 1992, tiene otra cuenta pendiente en Ordizia, el pueblo guipuzcoano en el que nacieron Pakito y Mar¨ªa Dolores Gonz¨¢lez Catarain, Yoyes, y en el que ¨¦sta fue asesinada ante su hijo.