El dolor y el desconcierto de todo un pueblo
Cuatro de los militares asesinados recibieron ayer sepultura en Alcal¨¢ de Henares, en donde resid¨ªanJAVIER BARRIOAlcal¨¢ de Henares
Cuatro barriadas de Alcal¨¢ de Henares, ciudad de 165.000 habitantes situada en el noreste de la Comunidad de Madrid, viven en una nube de tristeza desde el pasado lunes. Ese d¨ªa, como era habitual, una furgoneta recog¨ªa sobre las siete de la ma?ana a varios militares residentes en esta localidad. Una hora m¨¢s tarde, en Madrid, tras recorrer 30 kil¨®metros, saltaba por los aires.La noticia del atentado corri¨® como la p¨®lvora en la colonia del Aire, compuesta por varias decenas de altos edificios situada frente al Acuartelamiento de la Brigada Paracaidista. En los primeros momentos, la incertidumbre por conocer los nombres de los fallecidos; despu¨¦s, estupor, tristeza e indignaci¨®n entre sus habitantes al confirmarse que dos de sus vecinos, los tenientes coroneles Jos¨¦ Alberto Carretero y Juan Romero ?lvarez, se encontraban entre las v¨ªctimas. Carretero fue enterrado en el cementerio de Getafe.
Elena, propietaria del bar Loreto en cuya pared exterior puede observarse el escudo del Ej¨¦rcito del Aire, aseguraba ayer tras el entierro, con tensi¨®n en su rostro, que conoc¨ªa a uno de los fallecidos, as¨ª como a su mujer, y reconoc¨ªa, no sin cierta amargura, que en su bar, ubicado dentro de la colonia del Aire, s¨®lo se habla del atentado.
El n¨²mero 12 de la calle de Colegios, en pleno casco antiguo de la ciudad, encierra tras una verja marr¨®n varios bloques de viviendas habitados por militares del Ej¨¦rcito de Tierra. Los tenientes coroneles Javier Baro y D¨ªaz de Figueroa y Fidel D¨¢vila Garijo viv¨ªan all¨ª. Este ¨²ltimo se reincorporaba el lunes a su puesto tras haber regresado de una misi¨®n en El Salvador. El Rey le hab¨ªa condecorado hace un mes por este motivo. En el cementerio antiguo de la ciudad, donde fueron enterrados los cuatro tenientes coroneles, la viuda de Fidel D¨¢vila apretaba contra su pecho la gorra de su marido, sin entender c¨®mo un hombre que hab¨ªa dedicado su vida a la paz acababa de forma tan absurda.
Dos de sus vecinos, tambi¨¦n militares, siguen dando gracias a Dios desde el lunes al pensar que pod¨ªan haber acabado como sus compa?eros. Uno de ellos se durmi¨® y perdi¨® la furgoneta, mientras el otro decid¨ªa en el ¨²ltimo momento desplazarse a Madrid en su coche particular.
All¨ª estaban ayer, en el cementerio, conteniendo las l¨¢grimas junto a otros cientos de alcala¨ªnos reunidos para dar el ¨²ltimo adi¨®s a sus compa?eros o vecinos mientras la banda de la Brigada Paracaidista desped¨ªa los f¨¦retros al son de acordes militares. Las familias de los fallecidos, con una enorme entereza, aguantaban la tensi¨®n del ambiente. Un beso en el f¨¦retro, que ya en la tumba se cubri¨® de flores, puso el punto y seguido al dolor que padece la numerosa colonia militar que reside en Alcal¨¢ de Henares.
Manuel Calvo Alonso, sargento primero de la Armada, era el ¨²nico de los seis fallecidos que no resid¨ªa en viviendas destinadas espec¨ªficarnente a militares. Ayer, un folio pegado al cristal del portal de su bloque, en la calle de Coru?a, advert¨ªa a los vecinos que uno de ellos iba a ser enterrado. El d¨ªa anterior la noticia sacudi¨® la comunidad y el barrio.
Esperando la furgoneta
A menos de 50 metros de su vivienda, en una bodega donde los hijos de Manuel, y a veces ¨¦l mismo, compraban su habitual botella de vino blanco, la noticia se conoci¨® a trav¨¦s de un mando de la BRIPAC tambi¨¦n vecino del barrio. El due?o del establecimiento hab¨ªa observado apenas dos horas antes a Manuel Calvo esperar en la puerta a que le recogiera la furgoneta del Ej¨¦rcito. Despu¨¦s, la polic¨ªa y la Guardia Civil confirmaban la tragedia.
La mujer del sargento, confirm¨® que su marido era uno de los fallecidos cuando "dos marineros" fueron a avisarle. Mar¨ªa, due?a de una mercer¨ªa que se encuentra al lado del n¨²mero 23, confirmaba el revuelo producido.
Fue un d¨ªa de luto ayer en Alcal¨¢ de Henares, donde se suspendieron todas las actividades oficiales previstas, mientras la corporaci¨®n municipal acud¨ªa sepelio de los militares que fueron enterrados en el viejo cementerio de la ciudad.
En Madrid, alguien deposit¨® una docena de claveles rojos sobre el tramo de la calle de Joaqu¨ªn Costa, donde el d¨ªa anterior ocurri¨® la masacre, informa Efe. El barrio recobr¨® poco a poco lanormalidad, entre la rabia y la indignaci¨®n por unos asesinato que nadie comprende.
Tiendas cerradas
Algunos establecimientos de zona afectada por la explosi¨®n continuaban ayer cerrados por los destrozos. Tampoco los cerca de 80 vecinos que tuvieron que ser desalojados de los tres edificios declarados inhabitables por el t¨¦cnicos del Ayuntamiento de Madrid podr¨¢n volver a sus casas hasta dentro de m¨¢s de una semana, cuando los responsables municipales den por finalizadas las obras de reparaci¨®n de las viviendas. Estos vecinos han rechazado el ofrecimiento de los responsables municipales para que se alojen en hoteles mientras duren las obras de reparaci¨®n, y han optado por pernoctar en casas de familiares y amigos.
Siguiendo las ¨®rdenes del alcalde de la ciudad, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, cerca un centenar de obreros trabajan en cada turno las 24 horas del d¨ªa para reparar los citados inmuebles, y otros 17 edificios y si locales comerciales afectados por la onda expansiva del coche bomba.
Otros 36 alba?iles trabajan la rehabilitaci¨®n de las 53 viviendas y cuatro establecimientos comerciales que sufrieron desperfectos por la explosi¨®n del otro coche que los terroristas hicieron estallar poco despu¨¦s en la call de Serrano.
Una docena de los inquilinos afectados por el segundo atentado no han querido abandona sus casas y han preferido dormir en ellas, a pesar de lo destartaladas que se encuentran algunas despu¨¦s de que los obreros municipales taponaran sus ventanas con planchas de madera y les instalaran un tendido provisional de fluido el¨¦ctrico.
Varios contenedores llenos escombros ocupaban tramos las calles afectadas por la tragedia.
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