Besos y abrazos

Cuando el alguacilillo le entreg¨® la oreja a Juan Antonio Cobos, este, emocionado, se fundi¨® con aquel en un abrazo interminable y le dej¨® la camisa blanca hecha unos zorros de sangre; a continuaci¨®n se llev¨® el trofeo a los labio y le estamp¨® un beso de ¨¦poca. Con la cara ensangrentada por la oreja, el novillero, con semblante de aut¨¦ntica felicidad, inici¨® una vuelta al ruedo que le sabr¨ªa a gloria.No era para menos. Cobos dio una vuelta en la ¨²nica actuaci¨®n que tuvo el pasado a?o en la Maestranza y s¨®lo le sirvi¨® para torear otro festejo en toda la temporada. Este a?o volvi¨® a Sevilla despu¨¦s de participar en dos novilladas en una localidad sevillana. Quiz¨¢, por eso, lleg¨® a la Maestranza a jug¨¢rselo todo, y de ah¨ª su inmensa alegr¨ªa al recibir la oreja aunque ahora se acuerde de ¨¦l la mujer del alguacilillo.

Recibi¨® a su primero con cuatro largas cambiadas, la primera en la puerta de chiqueros, se gust¨® en un quite por ver¨®nicas, banderille¨® con altanera decisi¨®n, y logr¨® una faena de muleta emocionante en la que destac¨® la ligaz¨®n entre muletazos templados y lentos con la mano derecha.

Lo intent¨® por la izquierda y se gan¨® una impresionante voltereta. A la hora de matar, se lanz¨® como un ob¨²s sobre el morrillo del animal. Logr¨® un estoconazo hasta la mano y el novillo rod¨® sin puntilla. Su falta de experiencia la sustituy¨® por una ilusi¨®n desbordante. En el sexto, sin embargo, no pudo redondear su tarde. Reposado con el capote, emocion¨® con tres pares de banderillas muy ajustados, pero no se acopl¨® al desigual juego del novillo en la muleta.

Oficio y experiencia

Juan Carlos Garc¨ªa y V¨ªctor Puerto tienen m¨¢s oficio, se les nota la experiencia. Al primero de ellos le sobraron ¨¢nimo y decisi¨®n, pero su labor fue vulgar ante el encastado cuarto novillo, que lo desbord¨® en todo momento. Mejor estuvo con el capote, sobre todo en dos quites, por ver¨®nicas y chicuelinas, ejecutados con mucho gusto. En su primero, muy soso, hizo una faena larga y s¨®lo consigui¨® brillar en unos naturales.A V¨ªctor Puerto se le nota la suficiencia. Tan suficiente, que dice muy poco. En el quinto novillo de la tarde le pidieron la oreja y el presidente no la concedi¨®. Hab¨ªa mayor¨ªa de pa?uelos, es cierto, pero su labor fue sosa, superficial y plagada de altibajos. En el tercero, manso y blando, pas¨® desapercibido.