Anti-Tetazos o contra el verbalismo en pol¨ªtica
ENTRE LOS pensadores es normal caer en tentaciones verbalistas, es decir, pensar que las cosas son de la condici¨®n con la que se las denomina. Entre los pol¨ªticos de sal¨®n es f¨¢cil encubrir vocaciones de aprendiz de brujo. Entre los vicarios de los poderosos es frecuente que nos encontremos con meros lectores de augurios o int¨¦rpretes de signos revelados. Entre los pol¨ªticos -entre los malos pol¨ªticos, mejor dicho- es habitual tambi¨¦n la tendencia a buscar chivos expiatorios y a identificar como traidores a las esencias eternas a aquellos que muestran sus desacuerdos.No se trata de algo extra?o. Frente a quienes se asombran ante cualquier acontecimiento que exceda de los ¨¢mbitos de su control o se produzca en el c¨ªrculo exterior a sus conocimientos, siempre ha habido lugar para que ejerzan su oficio -y vivan de ¨¦l- los transmisores de la verdad revelada, los int¨¦rpretes del alt¨ªsimo y los vicarios castrenses; frente a quienes se dedican callada y humildemente a intentar entender las cosas que pasan, siempre han existido los simplificadores, de la realidad, los escol¨¢sticos, los meros clasificadores artificiosos y los descubridores de f¨®rmulas m¨¢gicas; frente a quienes deciden rectificar comportamientos y corregir errores para dar mejor respuesta a las ansias sociales, siempre han existido los inquisidores movilistas, los buscadores de culpables, los exorcistas del maligno y los amantes de la hoguera y del fuego eterno.
?Por qu¨¦ esta introducci¨®n? Porque resulta que el doctor Tezanos, don Jos¨¦ F¨¦lix, presume de haber encontrado la explicaci¨®n de todo lo que pasa en el socialismo espa?ol. Adem¨¢s, la cuesti¨®n estriba no s¨®lo en que ¨¦l tenga ya la explicaci¨®n, simplic¨ªsima por dem¨¢s, sino en que ha empezado a predicarla con af¨¢n apost¨®lico y como adelantado de todos los que detr¨¢s de ¨¦l vendr¨¢n, en nombre del socialismo de siempre, a revel¨¢rnosla a los dem¨¢s, pobres catec¨²menos indocumentados.
Para el se?or Tezanos, porque s¨ª, en el partido socialista hay gente de derechas y gente de izquierdas. Los de derechas son malos, apoyan las propuestas de Felipe Gonz¨¢lez (en concreto, han votado a Solchaga como portavoz), y pueden ser clasificados como social-liberales. Y los de izquierdas, que son los buenos, est¨¢n del otro lado, han mostrado -?a estas alturas de la pel¨ªcula!- su oposici¨®n n¨ªtida a la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno personificada por Solchaga, y son los aut¨¦nticos socialistas o socialdem¨®cratas. As¨ª de f¨¢cil, as¨ª de clarito y as¨ª de definitorio, para el presente y para el futuro.
Ya tenemos la pretendida pol¨¦mica planteada. Ya tenemos el aviso dado desde los detentadores del p¨²lpito: "?Ay de aquel que se desv¨ªe de nuestra verdad!", parecen querer decir; "?Guay del que se escantille y difiera!", simulan amenazar, "porque ser¨¢ despose¨ªdo de un lugar entre los justos, porque ser¨¢ considerado como de derechas -?de derechas, s¨ª, de derechas!- para toda la eternidad. Y porque, adem¨¢s, ya no ser¨¢ bien querido por el ¨²nico profeta, por el aut¨¦ntico, por aquel que hasta ahora os se?al¨® todos los caminos".
?Vaya por Dios! Resulta que Felipe, ahora, es de derechas y arbitrario porque hace propuestas al margen del aparato y porque las gana en votaci¨®n secreta. Resulta que tantos y tant¨ªsimos otros, ahora, somos tambi¨¦n de derechas. ?Por qu¨¦? Pues porque a unos se?ores, en torno a una mesa, se les ha ocurrido clasificamos de ese modo, y porque se creen que van a convencer a la generalidad de que las cosas son como ellos quisieran que fuesen.
Todo ello, ?a partir de qu¨¦? Pues a partir de una serie de operaciones intelectuales sof¨ªstico-verbalista-arbitrarias. Primera, ellos son los que falsean la mayor, ya que est¨¢ por demostrar que en el partido socialista se est¨¦ produciendo ning¨²n giro ni alineamiento a la derecha; segunda, ellos son los que atribuyen las esencias a cada quien, asignando nombres y clasificaciones desde el arcano laboratorio de un poder hasta ahora incontrastado; tercera, ellos son los que ponen la raya y los que la mueven de sitio cada vez que les conviene, situando as¨ª a m¨¢s o menos ciudadanos socialistas en el grupo de los salvables o de los condenables. Puro voluntarismo y pura manipulaci¨®n, en definitiva.
Yo estoy encantado. Ya estoy esperando la bajada al ruedo de estos izquierdistas de sal¨®n. Estoy esperando dispuesto a discutir donde sea y con quien sea, con papeles, con hechos, y con gente. Y, como yo, somos muchos los que estamos esperando. Porque les vamos a demostrar dos cosas: que no tienen raz¨®n, la primera, y, la segunda, que son menos, en cantidad y en calidad, que nosotros, los que somos socialistas sin m¨¢s etiquetas.
es miembro del Comit¨¦ Federal del PSOE y ex presidente de la Junta de Andaluc¨ªa.
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