Los siete grandes discuten la misi¨®n de la ONU
El Grupo de los Siete (G-7), que ayer comenz¨® en Toldo su reuni¨®n anual, trabaja en un borrador que establece las funciones y bases de actuaci¨®n de las Naciones Unidas en la soluci¨®n de conflictos regionales y precisa el ingreso de nuevos miembros. El portavoz de la Casa Blanca, David Gergen, anunci¨® que los pa¨ªses miembros estudian una definici¨®n de los criterios en la formaci¨®n de los contingentes de cascos azules, las normas para decidir acciones militares y las que determinar¨¢n la intervenci¨®n armada en un conflicto. Gergen agreg¨® que la actuaci¨®n de la ONU en los Balcanes se analiza en este marco.
Los siete grandes tratan de determinar las funciones del principal organismo internacional como fuerza pacificadora al haberse multiplicado el n¨²mero de conflictos en los que las tropas de la ONU deben intervenir. Los casos de Somalia, donde los cascos azules actuaron directamente en contra de uno de los bandos en guerra, y de Bosnia, donde esas fuerzas son permanentemente hostigadas por las diferentes fuerzas en combate, han obligado a un replanteamiento sobre el papel de la ONU. Esta iniciativa coincide con un momento en que Estados Unidos apoya la entrada de Jap¨®n y Alemania en el Consejo de Seguridad.Logrado el fundamental acuerdo sobre el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, el G-7 abord¨® los asuntos pol¨ªticos, entre los que destaca tambi¨¦n el de la ayuda a Rusia. El fondo de asistencia a la privatizaci¨®n de las empresas estatales de la antigua metr¨®poli comunista alcanzar¨¢ los 2.000 millones de d¨®lares, seg¨²n confirm¨® el ministro franc¨¦s de Econom¨ªa, Edmond Alphand¨¦ry. Mientras los pa¨ªses m¨¢s ricos de la tierra debat¨ªan sobre Rusia o Bosnia, un centenar de radicales izquierdistas con cascos y pancartas protestaban ruidosamente, en la universidad de Waseda primero, y por el centro de la capital despu¨¦s, contra la presencia del presidente norteamericano y la "dominaci¨®n del mundo" por el G7.
Poco antes, cinco cohetes de fabricaci¨®n casera alcanzaban, con apenas da?os materiales y ning¨²n herido, una instalaci¨®n militar norteamericana en las afueras de la capital nipona. Los 40.000 polic¨ªas desplegados en Tokio hacen imposible movilizaciones de envergadura.
El secretario de Estado norteamericano, Warren Cristopher, que insisti¨® en una mayor atenci¨®n humanitaria sobre la situaci¨®n en los Balcanes, anticip¨® que la declaraci¨®n pol¨ªtica del encuentro incluir¨¢ un decidido apoyo a Bor¨ªs Yelstin y la democracia y el libre mercado en Rusia. Clinton propuso un fondo de 4.000 millones de d¨®lares, pero varias naciones del grupo, con Jap¨®n a la cabeza, consideraron excesiva la cantidad.
El Gobierno de Tokio, que pidi¨® una declaraci¨®n contra Teher¨¢n por su presunto apoyo al terrorismo, retrasa su consentimiento a una asistencia de envergadura en tanto no se solucione la disputa territorial sobre las islas Kuriles, ocupadas por el Ej¨¦rcito Rojo en las postrimer¨ªas de la II Guerra Mundial.
Un alto funcionario norteamericano inform¨® que la ayuda econ¨®mica, de aprobarse, ser¨¢ desembolsada de esta forma: 500 millones de d¨®lares garantizados por los pa¨ªses del grupo de naciones m¨¢s industrializadas, 500 m¨¢s en cr¨¦ditos a la exportaci¨®n encaminados a colaborar en la modernizaci¨®n de las empresas ya privatizadas y 1.000 millones en cr¨¦ditos del Banco Mundial para la restructuraci¨®n de los centros estatales.
Los ministros de Exteriores del Grupo de los Siete, que se reunieron en sesiones de ma?ana y tarde, estudiaron la amenaza efectuada por Corea del Norte de abandonar la disciplina nuclear si se fuerza una inspecci¨®n de sus instalaciones por la comunidad internacional.
En la declaraci¨®n final este asunto ocupar¨¢ un lugar destacado. Christopher inform¨® que se acord¨® presionar a Corea del Norte para que anule su decisi¨®n de abandonar el Tratado de No Proliferaci¨®n de Armas Nucleares, cuya vigencia se apoyar¨¢ con car¨¢cter indefinido. Christopher mencion¨® tambi¨¦n la necesidad de que "Ucrania ratifique urgentemete los acuerdos START".
El secretario de Estado, muy lejos de la postura estadounidense de meses atr¨¢s, reconoci¨® que el G-7 no trat¨® sobre la posibilidad de una intervenci¨®n militar en Bosnia, pero estuvo de acuerdo en que ni serbios ni croatas deben imponer los acuerdos de paz en la regi¨®n.
Bill Clinton, de aficionado a profesional
Reclamaban liderazgo y liderazgo encontraron los dirigentes del Grupo de los Siete en el nuevo presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, que lleg¨® a Tokio como aficionado y saldr¨¢ convertido en un experimentado profesional. Su deb¨² en la arena internacional coincidi¨® con un ¨¦xito sin precedentes en el levantamiento de las barreras comerciales en el mundo.Cuando a las siete de la tarde (hora de Tokio) se present¨® en la sala de prensa del hotel Okura con el acuerdo sobre el GATT bajo el brazo, el presidente norteamericano pod¨ªa presumir de haber sorprendido a todos los que dudaban de su capacidad.
-Presidente, ?no siente que los dem¨¢s le est¨¢n observando, tom¨¢ndole la medida? -pregunt¨¦ un periodista.
-No s¨¦. Yo les estoy conociendo. Lo estoy pasando bien.
-?Ha quedado claro el liderazgo de Estados Unidos?
-Yo creo que no hay ninguna duda de que nuestro pa¨ªs ha desarrollado el papel que le corresponde en la consecuci¨®n de este acuerdo.
Funcionarios estadounidenses confesaron despu¨¦s que este compromiso no es fruto de la casualidad, y que Clinton ha dedicado en las ¨²ltimas semanas muchas horas de silencioso trabajo a preparar esta cumbre.
Cierto es que no eran necesarios muchos m¨¦ritos para convertirse en la estrella de una cumbre a la que acude m¨¢s de un cad¨¢ver pol¨ªtico. Pero Clinton puso tambi¨¦n todo su esfuerzo en la reuni¨®n de Tokio.
Clinton sab¨ªa que, como una modelo en la pasarela, todos los ojos iban a estar puestos en su primera aparici¨®n en el escaparate internacional. Y respondi¨® a ese desaf¨ªo con sus mejores armas, con sonrisas, espontaneidad, sencillez... y con Hillary Clinton.
De la mano de Hillary
De la mano de su famosa esposa, Clinton se pase¨® ayer un rato bajo la llovizna que empapaba las calles, de Tokio. El inter¨¦s despertado por Clinton entre los transe¨²ntes no se correspond¨ªa con una reciente encuesta, seg¨²n la cual el 85% de los japoneses desconf¨ªa del nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Hillary Clinton fue tambi¨¦n objeto de inter¨¦s en la charla de su marido con los estudiantes de la Universidad de Waseda, una de las cunas de la clase pol¨ªtica nipona. Informalmente sentado sobre un taburete como los que tanto utiliz¨® durante la campa?a electoral, Clinton respondi¨®, entre otras, a la pregunta de una j oven que le confes¨® lo llamativo que resulta para la sociedad japonesa el destacado papel pol¨ªtico de Hillary.
Fuera de esas dos apariciones p¨²blicas, la primera dama norteamericana ha preferido mantenerse en un perfil bajo en esta reuni¨®n, temerosa seguramente de que se pudiera reproducir el esc¨¢ndalo que oblig¨® al presidente a renunciar a su prop¨®sito de traer a su madre, su hija y unas amigas en este viaje.
Ventajas para todos
El discurso pronunciado ayer por Bill Clinton en la Universidad de Waseda origin¨® esta pregunta de un pool de corres ponsales de la Casa Blanca a los asesores presidenciales: "?Alguien del Gobierno japon¨¦s ha sugerido que Clinton se ha entrometido en asuntos in ternos? "No, nadie", respondi¨® un alto funcionario. Lo que hizo Clinton en el centro donde hace 31 a?os Robert Kennedy ret¨® a debate a un l¨ªder comunista local fue explicar un aspecto comercial del que casi no informa el Gobierno japon¨¦s: las consecuencias de una apertura del mercado nacional a las exportaciones extranjeras."Ustedes tienen una causa com¨²n con Estados Unidos y contra las pr¨¢cticas obsoletas que deterioran relaciones y calidad de la vida", asegur¨® el presidente en su alocuci¨®n a los estudiantes, mientras un grupo de manifestantes protestaban contra el ataque norteamericano a Irak.
Clinton subray¨® que los intereses econ¨®micos deben cambiar "para mejorar la calidad de vida de norteamericanos y japoneses". El presidente norteamericano prometi¨® al consumidor nip¨®n, que compra el arroz a seis veces el precio del mercado mundial, que las ideas que propone "ser¨¢n beneficiosas para todos".
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