La estrellita de La Caixa
Ya se sabe que La Caixa, sin la estrellita de Mir¨®, no ser¨ªa lo mismo. Cierto que hay quien ve esta estrella como la piel de un pl¨¢tano y quien la ve como una mano que va echando moneditas, es decir, verdaderamente ahorrando. Pero a m¨ª, como ejemplo de logotipo bien logrado, me parece espl¨¦ndido, y su impacto comunicativo, o como quiera que se llame su efecto en el espectador y consumidor, ha sido enorme. Otro asunto es el de su legitimidad. Joan Brossa ha hecho una obra en la que se ven las dos estrellas, la de Mir¨® y la rehecha por los grafistas, poniendo la palabra plagio debajo. Sin embargo, La Caixa, al adoptar el signo mironiano, no hac¨ªa m¨¢s que utilizar lo que la legalidad le otorgaba, gracias a que hab¨ªa habido un ligero error t¨¦cnico-jur¨ªdico. Cosas de la historia.Pero el tema de la utilizaci¨®n de los s¨ªmbolos mironianos es fascinante y triste a la vez, porque concierne, por un lado, a los l¨ªmites entre lo que es plagio y lo que pudiera ser una reinterpretaci¨®n creativa, y por otro, porque en su gran mayor¨ªa los logotipos han supuesto una trivializaci¨®n, por no decir degradaci¨®n, del lenguaje mironiano.
Mir¨® publicitario
Sala T¨¢ndem. Enric Granados, 88. Barcelona. Hasta el 22 de septiembre.
Consciente de ello, la familia Mir¨® lleva ya varios pleitos puestos a varias empresas o instituciones (una de ellas, el mism¨ªsimo Ministerio de Turismo), intentando que no se exploten, sin su autorizaci¨®n, las formas del pintor.
En la Espa?a de los ochenta, en efecto, los logotipos mironianos proliferaron hasta convertirse en una plaga, y casi podr¨ªa decirse que, por lo masivos, tambi¨¦n se convirtieron en una aut¨¦ntica horterada. Citemos los ejemplos de Repsol, Pabell¨®n de Espa?a, Viva Air, los Juegos Ol¨ªmpicos, Barnajoya, Opel Calibra, Titanlux..., no todos igual de terribles, la verdad sea dicha.
Con el desayuno
El colmo de lo kitsch es un impreso de los Paradores de Espafia que anuncia el buffect-desayuno, en donde las formas mironianas aparecen rellenas de huevos duros, naranjas y pastelillos. Una aut¨¦ntica delicia para los amantes del g¨¦nero.Y yo que lo soy, me fui rauda a una exposici¨®n titulada (otra cumbre del pensamiento kitsch) Mir¨® publicitario. Pens¨¦, ingenuamente, que la exposici¨®n abarcaba el tema de Mir¨® y la publicidad, y que tal vez se adentrara en la tarea filol¨®gica de discernir lo que es un buen logotipo y lo que es una banalizaci¨®n del pintor catal¨¢n. Pero como el sentido cr¨ªtico es lo opuesto a la base misma de la publicidad, la muestra s¨®lo exhibe los carteles que Mir¨® hiciera para iniciativas c¨ªvicas a?adiendo los logotipos mixtos de la Caixa y de Tourespa?a.
El de Tourespa?a o Sol de Espa?a es fe¨ªsimo, por m¨¢s que las letras sean las que el propio Mir¨® hiciera para el Mundial de f¨²tbol en 1982, prueba de que, evidentemente, dos detalles de Mir¨® juntos (el sol est¨¢ sacado de otro cuadro) no hacen un buen Mir¨®. Tambi¨¦n, y como todo el mundo sabe, no todos los carteles de Mir¨® son buenos, aunque s¨ª lo son una mayor¨ªa. Destaca el de Quiriquib¨², el del Centre Excursionista, el de los 75 a?os de La Caixa, el del Congreso Jur¨ªdico Catal¨¢n, el de Salvat Catal¨¢ y muy especialmente el de Freixenet, que es una aut¨¦ntica joya.
Si les gusta Mir¨® y a¨²n no est¨¢n saturados, vayan a ver esta peque?a muestra abierta en Barcelona, que tiene, con todo, la gracia de haber reunido este material. Y cada vez que vean un anagrama mironiano, piensen en si supone una difusi¨®n del artista o un empobrecimiento de su arte.
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